INDUSTRIA DEL DEPORTE

Un partido cada día del año

El interior del estadio de Alte Försterei en un día de partido

El interior del estadio de Alte Försterei en un día de partido / ANDREU JEREZ

Marc Menchén

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Un partido cada día del año. No es mi deseo, pero es a lo que muchos dirigentes del fútbol aspiran a tenor de las incesantes propuestas que amenazan con cargar aún más un calendario ya de por sí saturado. Apenas unos días después del informe del abogado general de la UE que dejaba en el alambre al concepto de la Superliga, la FIFA volvió a sacar del cajón la idea de un Mundial de Clubes ampliado -ya no sólo 24 equipos, sino 32- y cada cuatro años. La idea es que debute en 2025, si antes no lo impiden los recursos y pulsos que ya han anunciado que forzarán organismos como LaLiga, ECA o FIFpro. 

La razón no es otra que los efectos que cualquier torneo de este tipo tendrá en el equilibrio competitivo de ligas nacionales e incluso las competiciones continentales de clubes. De momento poco o nada se sabe del formato, pues el consejo del organismo liderado por Gianni Infantino aprobó la batería de nuevas competiciones sin consultar a los implicados. 

Para los futbolistas, el efecto que temen es el de volver a cargar el calendario de partidos oficiales estirando la temporada a todo el mes de junio, que es donde se encajaría este nuevo torneo. Al igual que con el Mundial, la afectación se cebaría especialmente con ese 5% de los futbolistas que hoy nutren las plantillas de los principales clubes del mundo y que muy previsiblemente son los que jugarían esta competición. A priori, y en el caso de Europa, podemos pensar que como mínimo estarían los ganadores de las cuatro ediciones previas a cada Mundial y alguno más.

Y esto es lo que preocupa a ligas nacionales y ECA, que ven en este torneo un nuevo elemento distorsionador del balance competitivo europeo, pero que también abriría brecha en el resto de regiones, como Latinoamérica o Asia. ¿Por qué? Hoy ganar el Mundialito apenas son 5 millones de dólares para el campeón -normalmente europeo-, pero siempre suele quedar neutralizado por las primas a los futbolistas. En cambio, podemos presuponer que lo mínimo que recibirían los participantes de este invento puede estar entre 10 millones y 20 millones, algo que puede romper cualquier tipo de equilibrio en las ligas de países como Argentina o Brasil, donde las grandes potencias se manejan con presupuestos de máximo 100 millones si se cuentan traspasos.

Menos doloroso es en Europa, donde los clubes de LaLiga o Premier League ya asumen que sus rivales que juegan Champions League o Europa League siempre tienen un extra de entre 14 millones y 100 millones de euros, que en parte absorben las nóminas variables. Sin embargo, el problema es que partiendo de un escenario en el que los ingresos audiovisuales han tocado techo y cada vez es más difícil seducir a las marcas, la irrupción de un nuevo competidor por los presupuestos de televisiones y patrocinadores es una amenaza.

Los agentes, también revolucionados con FIFA

El de los intermediarios es un negocio que genere siempre mucho debate. Es evidente que tanto clubes como jugadores consideran que cumplen una función esencial en cuanto a coordinar la relación entre las partes, como también podemos convenir que han provocado importantes distorsiones en el mercado con su capacidad de influencia sobre algunos equipos. “Fíchame a aquel que así te ayudo a colocar a este otro” es una dinámica que hemos visto cómo se repite cada verano y volveremos a observar este invierno. La cuestión para FIFA , pues, es cómo se evita que el lucro sea excesivo y que parte del dinero que considera que debería ir a los clubes no acabe en manos de los intermediarios que facilitan las compraventas.

¿Cuánto ganaron en 2022? El último estudio de la FIFA señala que los agentes ya han dejado la pandemia claramente atrás y sus ingresos por traspasos se acercaron ya a los niveles récord de 2019. En concreto, elevaron un 24% interanual sus ingresos, hasta 622,8 millones de dólares (585,3 millones de euros) entre las ventanas de invierno y verano de este año. 

Por países, los equipos ingleses lideraron, con 203,2 millones de dólares (191 millones de euros), un ranking en el que España ocupa el cuarto lugar con 60,4 millones de dólares (56,8 millones de euros) en pagos a intermediarios.