LA INDUSTRIA DEL DEPORTE

La previa de la Superliga se juega en Madrid

Queda visto para sentencia el caso de la Superliga ante la justicia europea

Queda visto para sentencia el caso de la Superliga ante la justicia europea

Marc Menchén

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Apenas quedan dos semanas para que el abogado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dé su opinión vinculante sobre la demanda de la Superliga contra la UEFA por abuso de posición dominante en la organización de competiciones europeas de clubes. Pero el pasado jueves en Madrid algunas de las partes ya lanzaron sus mensajes preventivos ante lo que pueda suceder en los próximos meses. A primera hora fue el turno de A22 Sports Management, la consultora que ha recogido el testigo de la Superliga como empresa para abanderar la voz de quienes buscan una salida a la propuesta inicial de competición cerrada. Casi acto seguido, fue el turno de réplica para LaLiga.

Bernd Reichart, acompañado de abogados de Clifford Chance -el CEO del Real Madrid, José Ángel Sánchez, causó baja de última hora- compareció para poner el foco en el modelo de gobernanza del fútbol europeo. Ni una sola referencia al modelo que proponen o los mecanismos para evitar que una competición que inicialmente se quiso reservar a las grandes potencias se lleve por delante a las ligas nacionales como producto. Javier Tebas, presidente de LaLiga, escudado por colaboradores para afirmar que las alternativas que se han ido poniendo sobre la mesa se comerían 1.663 millones de euros del negocio actual del fútbol profesional español.

Más allá de los posicionamientos exhibidos a cada lado del ring dialéctico en el que se convirtió el jueves el Paseo de la Castellana, los mensajes evidencian las fuertes diferencias conceptuales que existen entre las partes. Pero sobre todo reflejan el arduo camino que tienen por recorrer Anas Laghari y John Hahn, al frente de A22 y muy próximos a Florentino Pérez. Porque ni siquiera una sentencia favorable de Estrasburgo les protege como interlocutores válidos tras una inversión de más de dos millones de euros, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil.

Tienen razón cuando defienden que debería poder plantearse proyectos alternativos a los que se sitúan bajo el regazo de UEFA, que bien haría en acelerar el cumplimiento de la promesa de dar mayor poder de decisión a los clubes en la toma de decisiones. El problema, al menos frente a la opinión pública, es la indefinición de su plan si la Superliga como se presentó ya no existe. Y frente al resto de la industria, su visión naif de no aceptar que su proyecto, por más atractivo que pueda ser, su impacto no es nulo y capturará ingresos que hoy captan otros torneos. Lícito, pero hay que explicarlo.

¿Arabia Saudí entrando también en la NBA?

Arabia Saudí parece decidida a tomar el testigo de Qatar como próximo gran agitador de la industria del deporte. Ha provocado un terremoto en el golf con la creación de LIV -que, por cierto, llegará a España con una cita el el RC Valderrama (Cádiz)-; ha entrado en la Premier League con el deseo de entronar al Newcastle United, y ya ha dicho que rivalizará con España y Portugal por el Mundial de 2030. Trofeos que se van acumulando, y que próximamente podrían incluir una franquicia de la NBA. Y eso es algo que hasta ahora era imposible por más que hubiese querido.

La liga, que ya fue la primera en permitir que fondos de inversión pudieran ser socios minoritarios de las franquicias en 2020, ha ampliado esta regulación para permitir que otros fondos soberanos y de pensiones puedan adquirir participaciones que no sean de control en estos equipos. Actualmente, los fondos de capital riesgo pueden hacerse con un máximo de un 20% del capital, y una misma franquicia solo puede colocar hasta un 30% de sus acciones si es entre más de dos o más fondos. No son paquetes de control, pero tampoco piense uno que son accesibles para cualquiera. La valoración media de una franquicia de la NBA se ha multiplicado por hasta seis veces con relación a la media que manejaba la liga en el año 2012, pasando de 392 millones de dólares (375 millones de euros) a 2.580 millones de dólares (2.471 millones de euros).