El yerno de Luis Enrique humilla al exmadridista Navas

Multimedia: la porra mundialista de Emilio Pérez de Rozas y de la sección de Deportes

qatar desde mi sofa / Emilio Perez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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Un país sin ejército se enfrentó a los soldados, a los guerreros, de Luis Enrique, que, encima, para seguir demostrando su poder, no solo en la selección sino también, también, en la Federación Española de Fútbol, consiguió cambiar el uniforme habitual y exigió (perdón, logró) que ‘la roja’ también vistiese pantalón rojo, tal vez para infundir aún mayor respeto y/o miedo.

No seré yo quien añada agua al vino, pero todo el mundo sabe de qué va este 7-0. Los primeros que lo saben son el seleccionador y sus futbolistas. El valor de este 7-0 se lo otorga, especialmente, lo ridículos que Argentina y Alemania han hecho frente a Arabia Saudí y Japón. Si los albicelestes y los altivos alemanes hubiesen ganado sus compromisos, este 7-0 no hubiese pasado de ser un gran debut, el mejor debut de todos los tiempos, una soberbia goleada, una de las más grandes de un Mundial (desde luego, la mayor de España) y poco más.

El poder azulgrana

Cuando los niños salían del cole, España ya ganaba 2-0. Y el mundo entero se había dado cuenta de que, en efecto, Costa Rica no pasaba de ser un invitado de piedra. Como de piedra era el que había sido su inmenso portero, casi único, Keylor Navas, un auténtico tigre, una pantera voladora cuando militaba en el Real Madrid y conquistó tres Champions y ayer, ante el ejército azulgrana (Alba, Balde, Pedri, Busquets, Gavi… y el yerno de Luis Enrique, Ferran Torres, que ya es líder de los Pichichi), un muñeco sin reflejos, sin potencia, sin respuesta, sin prestigio.

Alvaro Morata  consuela al portero costarricense Keylor Navas, al final del partido de fútbol del Grupo E de la Copa Mundial Qatar 2022 entre España y Costa Rica.

Alvaro Morata consuela al portero costarricense Keylor Navas, al final del partido de fútbol del Grupo E de la Copa Mundial Qatar 2022 entre España y Costa Rica. / AFP/Kirill KUDRYAVTSEV

La España que camina de la mano del mejor Barça, el club que más jugadores aporta a la selección, empezando por su soberbio centro del campo, logró, en el primer tiempo, el récord de pases de la historia de un Mundial (538, al final fueron la friolera de 1.045, con un 94% de eficacia), superando, ya ven, aquel inservible récord del Barça de Quique Setien (1.005 pases ante el Granada), aunque la marca de Luis Enrique sirvió para una goleada de auténtico escándalo, que, a las ocho de la tarde, había convertido ya a ‘la roja’ en la segunda selección favorita de las apuestas (antes del partido, figuraba en séptima posición) por detrás de Brasil.

El 'Bild' ya teme a España y le lanza un aviso a su seleccionador: "¡Ayuda, Hansi! ¿Cómo vas a parar a estos españoles?"

Y no solo eso, sino que asustó a todo un imperio, el alemán, un imperio industrial, político, deportivo y, sobre todo, futbolístico, pues desde el chulito Manuel Neuer hasta el bocazas Thomas Müller empiezan a estar asustaditos, temiendo que España los deje, el próximo domingo, a los siete días de haber empezado la Copa del Mundo, de vuelta a casa solo con empatarles o ganarles. Por eso anoche el popular y divertido ‘Bild’ ya le lanzaba un reto a su equipo y, muy especialmente, a su ‘míster, Hansi Flick, con el titular “¡Ayuda, Hansi! ¿cómo vas a parar a estos españoles?”

Los alemanes que se habían atrevido a empezar su partido frente a Japón tapándose la boca en la fotografía del equipo, como diciéndole a la FIFA no vamos a lucir el brazalete arcoíris, pero ya sabéis lo que pensamos de este Mundial vuestro. Hace tiempo, que dejó de ser realidad esa frase tan graciosa que ideó Gary Lineker de que “el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania”. Pues va a ser que no. O, de momento, está siendo un drama para esos señores tan poderosos y, repito, tan altivos.

Ferran Torres celebra con  Gavi el cuarto gol de su equipo durante el partido  España y Costa Rica en el Estadio Al-Thumama en Doha.

Ferran Torres celebra con Gavi el cuarto gol de su equipo durante el partido España y Costa Rica en el Estadio Al-Thumama en Doha. / AFP/RAUL ARBOLEDA

No hemos visto a Brasil, ni a Uruguay, como tampoco a Portugal, pero no hay duda que, tras los 12 primeros partidos de esta, aún, descafeinada Copa del Mundo (las gradas del estadio donde jugó ayer España daban penita), el mejor fútbol, con muchísima diferencia, lo ha jugado España. Sí, cierto, ante una selección demasiado menor como para creérselo; sí, cierto, ante un equipo demasiado pasado de años, viejo; sí, cierto, frente a jugadores que, como mucho, ganan lo que los españoles en primas; pero, repito, como demuestran las vergonzosas derrotas de Argentina y Alemania, había que ganar a Costa Rica y España lució sus mejores galas.

No hay duda de que se acabaron las peritas en dulce. España ya no volverá a tener, en el resto de Mundial, un rival tan flojito como Costa Rica y aunque el Rey de España animó a los jugadores, entre risas y cánticos (“seguir, seguir, seguir cantando”, les dijo el monarca al entrar en el vestuario del estadio Al Thumama) a seguir jugando así “porque ha sido todo un espectáculo”, la Alemania que les espera el domingo se juega la vida. Pero el ejército de L.E. sabe dónde está y el valor de este 7-0. “El elogio debilita, pero este equipo no se va a relajar”, palabra del gran capitán, el que decide hasta el color del pantalón que llevan.

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