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Sudar para adelgazar: ¿mito o verdad?

Adelgazar es uno de los propósitos típicos de año nuevo. Como dejar de fumar o ahorrar. Y al igual que para los demás objetivos, existen mil técnicas y consejos en internet para conseguir cumplirlos. Algunos de ellos se refieren a la sudoración. ¿Qué parte de ellos es cierta? 

Fitness woman looking tired after intense workout.

Fitness woman looking tired after intense workout. / El Periódico

Begoña González

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De entre las mil ideas descabelladas que campan a sus anchas por internet para la pérdida de grasa, algunas parten de la afirmación de que cuanto más se suda, más grasa se quema. Puede que sea una de las creencias populares sobre el deporte más extendidas. No por ello es más cierta, pero tampoco es del todo falsa, solo inexacta.

Para entender hasta qué punto es así, debemos primero separar el concepto de sudoración del motivo que la produce. La sudoración en sí, no es más que un proceso fisiológico mediante el cual el cuerpo regula la temperatura cuando el cerebro detecta que esta es demasiado alta para evitar que este tenga complicaciones.

Es en este punto cuando el cerebro envía una señal a las glándulas sudoríparas de la piel para que liberen agua junto con sales minerales y algunos otros componentes. De este modo, cuando el agua sale del cuerpo y se evapora al entrar en contacto con el exterior, la temperatura corporal baja. El hecho de sudar no implica necesariamente un gasto calórico sino simplemente una pérdida de agua.

Por este motivo que después de sudar, ya sea haciendo ejercicio o por el simple hecho de tener calor, aparece la sed. El cuerpo debe reponer ese líquido que ha perdido sudando, formado en más del 90% por agua y el resto a base de sales minerales presentes naturalmente en el cuerpo. De ahí que si uno se pesa antes y después de entrenar, es posible que vea en la báscula una bajada pronunciada, pero, en contra de lo que puede pensarse, esa cifra no corresponde a la grasa, sino al líquido. Por ello, se acostumbra a recuperar todo el “peso perdido” después de un entrenamiento con el simple hecho de beber agua.

Sudar sí puede significar adelgazar

Aún así, la afirmación no es del todo incorrecta. Sudar sí puede significar una pérdida de grasa, y es simplemente debido a que cuando esta sudoración es la consecuencia de un esfuerzo físico, sí que se queman calorías. Eso sí, a causa del ejercicio y no del hecho de sudar. Por ello, debemos diferenciar el origen del sudor.

Cuando se realiza ejercicio intenso, en la mayoría de ocasiones se suda porque se eleva la temperatura corporal con las pulsaciones y el movimiento. Y aunque cada caso es diferente e influyen factores como el peso, sexo y la condición física, una persona adulta puede llegar a perder de media alrededor de 1,5 litros de agua durante una sesión de una hora de ejercicio.

Esa bajada de peso que se produce al sudar se debe en su mayor parte a la pérdida de líquidos, pero al haberse dado durante la realización del ejercicio, en gran medida el cuerpo habrá utilizado las reservas energéticas de las que disponga, pudiendo se runa de ellas, las grasas. Ahí sí se estaría consiguiendo utilizar la grasa como fuente energética y se descompondría, procediendo a lo que popularmente conocemos como quemar grasas. Pero en cambio, si esa sudoración es el resultado de haberse envuelto en impermeables o llevar más ropa de la necesaria o entrenar a alta temperatura, no necesariamente se estarán quemando las mismas calorías y tras beber agua se recuperará casi todo el peso perdido.

Riesgo de deshidratación

Esta técnica, utilizada sobre todo en los deportes de contacto para conseguir llegar a determinado peso de cara a las competiciones, es peligrosa y puede llegar a ser contraproducente a nivel de rendimiento deportivo. El cuerpo necesita mantener determinados niveles de hidratación para funcionar correctamente y en caso de no reponer esos líquidos tras el esfuerzo se corre el peligro de sufrir una deshidratación.

Llegados a este punto, si lo que se pretende es quemar grasa queda claro que lo que hay que hacer es ejercicio, independientemente de la sudoración que comporte. Sólo así se contribuirá a aumentar el déficit calórico, que es en el fondo el único motivo por el que se quema grasa y por ende se pierde peso. Del mismo modo, que es necesario beber agua y mantenerse hidratado para poder llevar a cabo esfuerzos de la forma más segura posible sin comprometer la salud. 

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