El Girona persigue la proeza ante un Madrid sin Benzema

Nunca suele ser un buen asunto medirse con un grande después de una derrota. Un Madrid herido siempre puede ser más peligroso y eso le espera al Girona este domingo en el Bernabéu. El equipo blanco sufrió esta semana en Alemania el primer fiasco de la temporada después de 14 triunfos y dos empates, el segundo mejor arranque de su historia. Los jugadores de Míchel, en zona de descenso, buscarán la proeza después de seis jornadas sin ganar y solo 2 puntos sumados de los últimos 18.

La tensión competitiva del Madrid se rebajó en la Liga de Campeones, ya clasificado para octavos de final, y lo pagó ante un rival como el Leipzig, que le dio el primer aviso. Una derrota el día que podía perder, pero un toque de atención de lo que le puede esperar si rebaja la intensidad. Carlo Ancelotti reservó jugadores en Alemania y apostó por rotaciones que no funcionaron. 

Rodrygo, entre algodones

Para este domingo solo tiene confirmada la ausencia de Benzema. Las pruebas confirmaron que no tiene ninguna lesión, pero sus sensaciones no son buenas. Continúa la fatiga muscular. Rodrygo, mientras, no entrenó ayer por una indisposición que le hizo pasar una mala noche pero el técnico cree que podrá contar con él. Valverde y Modric regresarán al once. «El equipo está centrado, hay un Mundial cerca, pero los jugadores no hablan de esto. No veo baja mentalidad en este caso, será el Madrid de siempre, el que no se rinde. Será igual en estos partidos», señaló el preparador italiano.

Pese a su magnitud, el conjunto blanco despierta recuerdos preciosos en Montilivi: los catalanes derrotaron dos veces al Madrid en sus dos anteriores aventuras en Primera, por 2-1 en 2017, hace justo cinco años, y por 1-2 en su último duelo, en 2019, también con goles de Cristhian Stuani y Portu.

Fragilidad gerundense

El equipo de Míchel Sánchez, que solo ha sumado un punto fuera de casa, no gana desde que el 9 de septiembre batió al Valladolid (2-1). En los últimos seis partidos ha encajado 14 goles. Aliviar esa sensación de fragilidad debe ser uno de los objetivos, pero Míchel mantiene su discurso ambicioso.

«Queremos ser siempre un equipo protagonista, también en el Bernabéu», proclamó el técnico. «No firmo el empate. Hemos preparado el partido para ganar. Quiero que nuestra mentalidad siga siendo la misma. Jugar estos partidos es un privilegio que nos ganamos el año pasado», concluyó.