Fútbol internacional

Vuelve la violencia al fútbol argentino: un muerto durante el partido Gimnasia-Boca Juniors

La policía disparó gases lacrimógenos a lo largo de 45 minutos contra hinchas que querían entrar al estadio

Disturbios en Argentina en el partido entre Gimnasia y Boca.

Disturbios en Argentina en el partido entre Gimnasia y Boca. / Reuters

Abel Gilbert

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"Nunca vi tanta barbaridad. Fue como en las peores épocas donde su cruzaban barras contra barras. De locales contra visitantes. Retrocedimos veinte años en el ecosistema del fútbol". El presidente de Gimnasia y Esgrima de La Plata, Gabriel Pellegrino, no salía de su estupor horas después de que el deporte más popular de este país volviera a enlutarse. El corazón de un hombre de 57 años dejó de funcionar cuando la ambulancia lo llevaba a un hospital pocos minutos después de que la policía y la hinchada de ese club bonaerense se enfrentaran en el estadio. Decenas de personas resultaron heridas por los balazos de goma disparados por los uniformados de manera indiscriminada. Todo ha ocurrido 50 kilómetros al sur de la capital, pero podría haber tenido lugar en otro estadio porque la violencia siempre merodea en estado latente alrededor del balompié.

"Cada día nos superamos. Cada día damos otro paso hacia la barbarie. A un fútbol argentino impresentable desde lo organizativo, un fútbol en el que ya desde hace años no hay visitantes. Si algo nos faltaba, era esto. Esta vergüenza. Esta locura. Esta brutalidad", dijo el diario deportivo 'Olé'.

Suspensión a los nueve minutos de juego

El partido entre Gimnasia y Boca Juniors, clubs que ocupan el sexto y segundo lugar en la liga local, debió suspenderse después de nueve minutos de juego y cuando el humo de los gases lacrimógenos lanzados por la fuerza de seguridad había envuelto el terreno de juego. "Nunca había vivido una situación como esta", dijo el árbitro Hernán Mastrángelo. Según Gimnasia y Esgrima los disparos no solo fueron indiscriminados, sino que se extendieron por 45 minutos.

Las escenas fueron verdaderamente inéditas. Jugadores de Boca Juniors le ofrecían agua a los hinchas locales. Jugadores de Gimnasia corrían para ver cómo están sus familiares en las plateas. "Todo es desesperación, terror, incertidumbre, caos, cada vez más gente en el campo de juego porque las puertas siguen cerradas. La gente queda atrapada en la tribuna, sin poder escapar, en medio del gas lacrimógeno", consignó 'Olé'.

La respuesta de las autoridades

El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, dijo que se habían vendido más entradas de las que aceptan las instalaciones. "Muchos hinchas querían entrar igual. Empiezan los empujones y nadie se hace responsable". Para el diario 'La Nación' los episodios de la noche del jueves estaban cantados de antemano. "Se podía oler en el ambiente. De hecho, durante la semana, causó inquietud una decisión del Lobo (como se conoce a Gimnasia): vender entradas generales en el partido menos indicado del campeonato".

Berni lamentó el deceso del hincha. "Se podía haber evitado. Se tendrá que rendir cuentas". El ministro apuntó contra las autoridades del club porque es el responsable de organizar un partido que se suspenderá de manera indefinida”. El gobierno de la provincia de Buenos Aires finalmente apartó de las filas de la policía al responsable del operativo por considerar que tuvo una actitud inadmisible.

La Federación Argentina de Fútbol (AFA), repudió los incidentes "enérgicamente" y expresó "su compromiso de continuar trabajando para erradicar esta clase de episodios que empañan la fiesta". Más allá de su declaración, la AFA suele ser también parte de un problema que se arrastra de lejos. En Argentina, el fútbol es tema diario. La inminencia del Mundial está en boca de las multitudes acostumbradas a soñar con glorias deportivas y padecer en los estadios la constante posibilidad del peligro.

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