'Redebut' amargo de Luis Suárez con el Nacional uruguayo

Luis Suárez volvió a vestir la elástica del Nacional después de 16 años y lo hizo en la ida de los cuartos de final de la Copa de Sudamérica. A pesar del ambientazo que había en el Gran Parque Central, debido al regreso del delantero y a la importancia del partido, las cosas no fueron como se esperaba. El equipo local perdió por 0-1 y Suárez jugó apenas 23 minutos, enfriando el ambiente al final del partido.

A veces las cosas no salen como esperas. Juegas en casa, es un partido de eliminatoria, regresa uno de los mejores delanteros del mundo y acabas perdiendo por la mínima en un partido que apuntaba a fiesta nacional, nunca mejor dicho. Lo que se vivió en el Gran Parque fue un recibimiento a lo grande a una estrella del fútbol que vuelve a su casa. El estadio estaba hasta la bandera, con más de 30.000 personas alentando a su nuevo fichaje, y aunque el resultado no fuera el esperado, el cariño y la ovación del público estuvo ahí.

Sin ocasiones

Luis Suárez, la estrella de la noche, el causante del aforo completo, llegó a disputar los últimos 23 minutos del encuentro, algo que sabía a poco para la afición. El charrúa no juega unos 90 minutos completos desde aquel partido en febrero ante el Barça, en el Camp Nou, y su último encuentro como colchonero fue en el mes de mayo, algo razonable para que el entrenador no arriesgase con el retorno del '9'.

Durante el encuentro el delantero no tuvo ninguna ocasión de gol, pero realizó una jugada junto a una combinación de pases para asistir a su compañero que acabó mandando el balón al palo en el minuto 89. Suárez se mostró muy agradecido con la afición por el apoyo mostrado.

"Convencido de que podemos dar vuelta al resultado". El próximo 9 de agosto el Nacional de Suárez jugará la vuelta de los cuartos de Copa, pero antes deberán disputar el partido liguero que servirá para seguir ganando minutos y poder dar lo máximo en el encuentro copero.

Suárez se debe poner a tono para exprimir su última etapa futbolística, ya que a los 35 años ya se aprecia como el físico del jugador va de caída. Aún así, conociendo la garra del ariete va a ser complicado quitarle la ilusión y el hambre de goleador que lleva en la sangre. Su siguiente objetivo es encarrilar el pase a las semifinales de su nuevo equipo.