Error de novato

Vídeo | Un atleta decide correr sin calzoncillos y cruza la meta último

El corredor tuvo que sujetarse los genitales y los pantalones en seis ocasiones a lo largo de 400 metros

Alberto Nonino corre los 400 metros del decatlón del Mundial de Atletismo Sub-20

Alberto Nonino corre la última serie de los 400 metros del decatlón del Mundial de Atletismo Sub-20, que se celebra en Colombia. /

Alexandra Costa

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La experiencia es un grado. Que se lo digan al atleta italiano Alberto Nonino, que tuvo la idea de correr sin calzoncillos la última serie de los 400 metros del decatlón del Mundial de Atletismo Sub-20, que se disputa en Cali (Colombia). El atleta de 18 años tampoco tuvo demasiados reflejos al elegir los pantalones cortos: vistió unos anchos, más propios de las pruebas de fondo, que unos ceñidos, adecuados a las carreras de velocidad, tal y como hicieron sus rivales. El resultado fue inversamente proporcional al objetivo inicial: en lugar de ser el más veloz, tuvo que estar pendiente de los bandazos que daban sus genitales en cada zancada. Quedó último.

Cuesta entender que ni su entrenador ni sus compañeros, aunque rivales en la pista, no le avisaran de que correr sin el pene bien sujeto le supondría un problema. Más allá de la comodidad, la técnica del atleta se vio totalmente mermada: no pudo bracear bien al tener que sujetar sus partes íntimas y recolocarse el pantalón con el brazo derecho.

No pudo bracear bien

Nonino lo intentó. Ocupó la calle cinco. En la salida de la primera curva, ya se tuvo que llevar su mano a las mallas porque su pene se le escapaba por debajo. Aun así, se mantuvo en las posiciones de cabeza de la competición. Sin embargo, a medida que pasaban los metros su sueño se tambaleó: tuvo que agarrar su zona noble en cinco ocasiones más durante la siguiente curva y la recta final. Mientras lo hacía, sus rivales lo superaron y cruzó la meta último, con un tiempo de 51,57 segundos.

Nonino, que el 9 de julio se consagró campeón júnior en Italia, se va de Cali con la lección aprendida. Al médico se va con la ropa interior limpia, dice el dicho. Al tartán, con los genitales a buen recaudo.