Resaca de una derrota cruel

El adiós de España: Lágrimas, dudas y la maldición de cuartos

Las jugadoras mostraron su frustración por la derrota y la actuación arbitral en el partido que demuestra el despegue definitivo del fútbol femenino en España y deja muchos interrogantes sobre la gestión del seleccionador Jorge Vilda.

Las jugadoras de la selección, a la finalización del partido de cuartos ante Inglaterra.

Las jugadoras de la selección, a la finalización del partido de cuartos ante Inglaterra. / @SEFutbolFem

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Día duro. Después de derramar muchas lágrimas de rabia sobre el césped del Brighton & Hove Comunity Stadium ante 28.994 espectadores, las internacionales españolas tuvieron que hacer las maletas en la Eurocopa. Y lo hicieron en su mejor partido. En un duelo en el que controlaron a las anfitrionas, en el que se adelantaron y en el que dominaron el partido y la posesión.

Pero llegó el empate y lo hizo en una jugada más que controvertido. Russo, la delantera inglesa, saltó y clavó el codo en el cuello de la capitana española Irene Paredes, lo que impidió que está se elevase para despejar. "Es una falta muy clara que no la quiere pitar ni revisar y eso decanta el partido. No les da la gana revisarlo porque estás en Inglaterra", lamentaba Paredes al concluir el partido.

Indignación

Mariano Caldentey era más contundente: "Si digo lo que pienso igual me sancionan, porque creo que estos partidos son detalles. Nos enseñan la repetición del gol en la pantalla, a Irene le dan un codazo en la cara, es gol. Pitan el partido en un córner, da rabia porque lo pones todo, lo intentas y contra eso no puedes hacer nada. Podríamos haber hecho cosas mejor, seguramente si, pero te quedas con cara de tonto".

Aitana Bonmatí era más pragmática: "Desde mi punto de vista el gol del empate es falta, pero ahora ya no voy a cambiar el resultado ni el partido. Todo el mundo pensaba que íbamos a perder por 5 goles o 6, que íbamos a perder por muchos. También tengo rabia porque hemos sido mejores y nos hemos ido de la Euro. Podíamos haber hecho historia y haber jugado semifinales. Hemos atacado bien, hemos tenido ocasiones, pero al final pequeños detalles no dejan fuera. Detalles que no dependen de nosotras".

Athenea del Castillo revolucionaba el partido, como en el precedente de febrero, pero después de 'inventarse' la jugada del gol de Esther González Jorge Vilda decidió cambiarla de banda y se diluyó ante Bronze. Fue después de que Wiegman cambiase a Daly por Greenwood en el lateral zurdo. Después los cambios de Vilda no dieron el resultado esperado y el físico de Inglaterra avasalló a las españolas en la medular.

Y el seleccionador terminó fiándolo todo a Amaiur, a la delantera de la Real Sociedad a la que había dejado fuera de la lista de la Eurocopa y a la que repescó tras la lesión de Alexia para no dar ni un minuto durante toda la Eurocopa. La txuri-urdin generó más peligro en media hora en el área rival que el resto de delanteras de la selección en los tres partidos previos. Dos decisiones que ponen el foco en el seleccionador, que fue renovado antes de la Eurocopa en una maniobra difícil de entender porque hace tiempo que su figura genera controversia dentro y fuera del vestuario de la selección.

La parte positiva es que esta selección femenina parece haber enganchado a la España futbolera, ya que del medio millón de espectadores que se sentó ante la televisión en 2017 para ver el partido de cuartos con Austria se ha pasado a una media de más de 3 millones en estos cuartos y un 23,3% de audiencia.

Pese al mazazo, Vilda trataba de ver el vaso medio lleno. "El sabor es amargo, por cómo ha sido la derrota y cómo nos vamos. Estamos muy orgullosos, las jugadoras se han dejado todo. Hay que irse con la cabeza alta. Tenemos equipo para rato, una España con mucho futuro por lo que hemos visto en esta Eurocopa y lo que viene por debajo. Habrá días para analizar, hoy es duro". 

Ahora resta preparar el Mundial de Australia y Nueva Zelanda de 2023, en el que España contará con Alexia Putellas y Jennifer Hermoso, sus goleadoras, para romper el maleficio de cuartos, el mismo que ha perseguido durante décadas a los chicos. Porque esta selección ya enlaza tres eliminaciones consecutivas en cuartos: 2013 ante Noruega, 2017 frente a Austria y ahora en 2022 con Inglaterra.

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