Club blanquiazul

El Espanyol cautiva Irak con tres academias en Bagdad, Mosul y Basora

La entidad dispone de academias en Japón, Estados Unidos, Irak, China, Suecia, Argelia, Francia, Sudáfrica y Finlandia

Mao Ye, en el centro, durante la rueda de prensa de este lunes en el RCDE Stadium.

Mao Ye, en el centro, durante la rueda de prensa de este lunes en el RCDE Stadium. / RCDE

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El Espanyol sigue expandiendo su red de academias en todo el mundo con dos nuevos centros en Irak, en las ciudades de Mosul y Basora, que se suman al de Bagdad, en funcionamiento desde el año 2018, con excelentes sensaciones y resultados, explican a EFE los responsables del programa.

Albert Saus, responsable de los proyectos internacionales de formación del club, mantiene que es un "orgullo" para la entidad contar con tres academias en el país.

"Es una oportunidad para compartir ideas y experiencias. Buscamos proyectos estables y a largo plazo, no simplemente poner banderitas en países", reflexiona en una entrevista con EFE.

Estas academias replican la metodología de trabajo del Espanyol, elogiado habitualmente por sus éxitos formativos. En las dos instalaciones de Bagdad hay 316 jugadores y 13 entrenadores; en Basora, 195 futbolistas y 8 técnicos; y en Mosul, la más reciente con dos meses de funcionamiento, 110 y 8, respectivamente.

Saus apunta que esta iniciativa, que pretende ampliarse a otros mercados, tiene implicaciones muy positivas: "Supone nuevas aventuras y nuevas posibilidades, comerciales, económicas y sociales". Y según los responsables, con la ayuda de un socio local, su integración en el país es plena y los posibles problemas burocráticos se minimizan.

Varias academias por el mundo

El Espanyol dispone de academias en Japón, Estados Unidos, Irak, China, Suecia, Argelia, Francia, Sudáfrica y Finlandia. Son proyectos viables económicamente. "En el caso de Bagdad, llegamos al 'break even' -el punto en el que se cubren los gastos de la inversión- en un año y dos meses", argumenta Saus.

Aunque las oportunidades que ofrece desde la óptica del marketing son llamativas, la propuesta de valor del Espanyol en sus academias nace del fútbol. "Somos un club muy conocido por su formación y los países a los que vamos no solo valoran la marca, sino nuestra experiencia como histórico de LaLiga", agrega.

En lo estrictamente futbolístico, uno de los indicadores de éxito del proyecto de los centros de formación internacionales pasa por proporcionar al Espanyol B un futbolista de garantías en el año 2030. Y para ello cuentan con la labor, sobre el terreno, de reputados técnicos blanquiazules.

Uno de ellos es Miguel Mateo, responsable de la academia de Bagdad, que se muestra encantado por la experiencia profesional y personal que está viviendo. El preparador considera que es "posible" tener a un candidato para el filial periquito en ocho años, aunque queda trabajo por hacer.

Mateo, antes de su rol en Bagdad, tuvo experiencia en los centros de China. Y detecta situaciones similares: "Hay talento, tienen jugadores que son muy buenos técnicamente, pero en el plano táctico, es un reto. Les cuesta, insistimos en el posicionamiento y tenemos un desafío por delante".

En este sentido, el responsable de la academia de Bagdad apunta que uno de los escenarios a corregir claramente son las órdenes directas al jugador. "Es algo que me cuesta más, insistir en que no se haga de esta manera. El futbolista debe pensar y solucionar por sí mismo las situaciones", señala.

Mateo apunta también problemas de tipo cultural, como la dificultad de las familias para entender que los grupos deben ser homogéneos en su nivel, alguna entrada de los padres al campo o cuestiones como el cuidado del terreno de juego o que algunos jugadores solo se apunten unos meses y no toda la temporada.

"Falta mucho trabajo por delante"

Sea como sea, el técnico mantiene que para llegar al nivel europeo "falta mucho trabajo por delante". Sin embargo, Miguel Mateo confiesa que para él sería "increíble" y una "satisfacción enorme" ver que algún jugador en los que él haya participado en su formación llegue al fútbol profesional.

Más allá de cuestiones deportivas, la experiencia humana está siendo impagable para Mateo: "Me gustaría destacar siempre el trato. Tenía reticencias a venir aquí por las cosas que lees, como que no es un país seguro, pero discrepo totalmente. Es una experiencia muy bonita y me he sentido seguro en todo momento".

Además, él también ha recibido lecciones, aunque no futbolísticas. "Hay niños que han perdido a sus padres en Mosul. No han parado de vivir situaciones muy fuertes y horribles en los últimos 25 ó 30 años, pero siempre te reciben con una sonrisa. Y te choca. Piensas, con lo que han sufrido", confiesa.

Con todo, las academias de Irak son un claro ejemplo de las sinergias que se crean con el fútbol formativo. A un proyecto económico y deportivo viable se suma una oportunidad de mercado y, sobre todo, una fórmula para crecer en el plano deportivo y en el personal, en el que las lecciones van en ambas direcciones.