El Barça logra su 11ª Copa Asobal consecutiva

El Barça logró su 11ª Copa Asobal consecutiva, y la 17ª en total, tras derrotar en la final al Bidasoa Irun (29-37), un rival que no se entregó nunca pero que acabó cediendo ante el potencial de los azulgranas. El conjunto de Antonio Carlos Ortega hizo gala de su condición de favorito y añadió un título más a su extenso palmarés.

 La exigente semifinal del Bidasoa Irun ante el Fraikin Granollers y las importantes bajas, le pasaron factura. El equipo de Ortega, que logró su primera Copa Asobal como técnico barcelonista, afrontó esta competición con las miras puestas en la ‘Final a Cuatro’ europea y con la idea de que fuera un buen test. El bloque catalán recuperó a todos sus efectivos y se probó con acierto.

Las buenas defensas de ambos conjuntos al inicio del encuentro impedían ataques cómodos. De hecho, debían ser muy trabajados en ambos lados de la pista. El Bidasoa era consciente de que sus opciones pasaban por repetir su habitual férrea defensa. El Barça, conocedor de que con la zaga conformada de su rival le iba a costar despegarse, apostó por cerrar huecos atrás ante Pérez de Vargas para buscar contras. El equipo vasco se mantenía firme en la contención pero tenía problemas para superar el entramado defensivo azulgrana, aunque mantuvo las cosas igualadas hasta poco después del minuto 10.

Superioridad azulgrana

A partir de ahí, el Barça logró despegarse poco a poco llegando a tener cuatro tantos de renta en este periodo (6-10). Su rival, en cambio, se topó con Pérez de Vargas y los postes en varios lanzamientos de 6 metros. Pero los de Jacobo Cuétara, lejos de bajar los brazos, y gracias a la clarividencia de Kauldi Odriozola en ataque durante los últimos minutos de este periodo, pudieron marcar un parcial de 5-3 para alcanzar vivos la orilla del descanso (14-17).

El regreso de vestuarios devolvió la máxima ventaja de cinco goles del equipo azulgrana y la amplió a siete (18-25) por obra y gracia de las acciones de contragolpe de Blaz Janc tras buenas defensas, que encontraron en el pivote con más facilidad a Yussef Ben Alí.

El equipo irundarra parecía empezar a notar el peso psicológico de la diferencia y el cansancio porque no era tan solvente como en el primer acto y eso facilitó que al final el Barça, con mayor profundidad de banquillo, mantuviera las diferencias sin agobios para llevarse un cómodo triunfo ante un Bidasoa que, aún así, peleó hasta el final.