LA INDUSTRIA DEL DEPORTE

¿LaLiga podría vivir sin traspasos?

De Jong en la última victoria barcelonista frente al Celta

De Jong en la última victoria barcelonista frente al Celta / FC Barcelona

Marc Menchén

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Con prácticamente todo decidido en el césped, estas semanas los despachos ya trabajan a pleno rendimiento en la confección de las plantillas de 2022-2023. Para no dejarlo todo para el 31 de agosto y porque, todo lo que se venda antes del 30 de junio servirá para tapar el agujero en las cuentas de esta temporada. El Barça ya ha colocado por 20 millones a Philippe Coutinho, plusvalía neta al 100% tras reducir su valor a cero el pasado verano. Y no será la única operación, ni de los blaugranas ni del resto de equipos de LaLiga. Inicialmente todos auguraban unas pérdidas agregadas de como máximo 55 millones, pero la gestora de la competición eleva a 297 millones ese boquete si no se firman salidas como esta.

¿Es mucho o poco? Depende. Lo cierto es que LaLiga ya acumula unas pérdidas netas de 846 millones entre 2019-2020 y 2020-2021, que en un 60% son atribuibles al Barça, por cómo ha sufrido el golpe de la Covid-19, el excesivo riesgo que asumió Josep Maria Bartomeu con la gestión del vestuario y la limpia de balance por 230 millones que realizó Laporta. Y aun así, el torneo español no es el más mal parado. Sólo le ha ido mejor a la Bundesliga, donde sus equipos han perdido 474 millones en dos años, mientras que la cosa se agrava en Inglaterra (allí el socavón es de 3.119 millones), Italia (1.795 millones) y Francia (946 millones).

La razón por la que España y Alemania están un poco mejor es porque la estructura accionarial de los clubes es muy similar. Aquí no hay una alineación de multimillonarios financiando sueños. Y, en el caso de LaLiga, ese rápido saneamiento tras la anterior crisis y su crecimiento en competitividad ha venido por la compraventa de jugadores. Lo asume la propia competición, que en su último informe corrobora que “somos, de entre las grandes ligas, en la que mayor peso venían teniendo las desinversiones de jugadores sobre la facturación ordinaria”.

Dicho de otro modo: el fútbol español sería probablemente insostenible económicamente si no fuera por su capacidad para detectar, revalorizar y exportar talento. Esta actividad sólo generaba 435,6 millones en 2015-2016, pero ya en 2019-2020 se alcanzaron los 1.128,3 millones de euros, situando la venta de jugadores como la segunda línea de negocio más relevante. Sólo le supera la televisión.  Es algo que, por el bien del futuro de los clubes, debe reequilibrarse para que la taquilla de los partidos y el patrocinio vuelvan a estar por encima. Porque ha quedado claro la imprevisibilidad del comportamiento del mercado, y nadie querría fiar su viabilidad a los deseos de un nuevo rico o los intereses de un agente. Y un club rival, favores hará los justos

Barça Corporate y la retirada de Messi

El proyecto Barça Corporate no se ejecutará como tal, si bien el club avanza en las negociaciones para dar entrada a socios inversores en Studios, el brazo audiovisual, y BLM, que explota todo el merchandising. Finalmente, la primera a la que podría sacar rédito económico es a la segunda, pues ya tiene muy avanzada la negociación con Fanatics e Investindustrial -dueños de Port Aventura- por 200 millones.

El reto, visto el plan de negocio que diseñó Bartomeu, es mantener el valor de estas unidades de negocio sin Leo Messi en el horizonte. Los documentos que tienen los inversores muestran que había todo un plan diseñado para que el delantero argentino acabara su carrera en Europa aquí antes de pasar un par de años en Miami. Es más, la hoja de ruta establecía abrir tienda en esta ciudad de moda para el deporte, además de una serie y una película sobre su historia. De este modo, el club daba con fórmulas para ligar su imagen a la del atleta más allá de su presencia sobre el césped, y Messi ataba una vía de ingresos a medio plazo. Está por ver si las partes querrán o no retomar estas ideas en el futuro. Dinero es dinero.

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