La Liga de Carletto

Ancelotti, el arquitecto del éxito

El técnico italiano se ha convertido en el líder de un vestuario que ha unido en torno a una idea de juego. Carlo consigue así ser el primero en la historia en ganar el título en las cinco grandes ligas de Europa.

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ancelotti / REUTERS/Susana Vera

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Sonó el teléfono y Carletto escuchó una voz familiar: “Hola mister, ¿cómo andas? ¿Por qué no te animas a entrenar a Croacia? Seguro que hacemos un buen Mundial”. Era Luka Modric, a quien había entrenado en el Real Madrid. Corría el año 2017, los plavi buscaban seleccionador y Ancelotti estaba libre. No aceptó, aunque le seducía la propuesta. Además, Italia se quedó fuera del Mundial y no le parecía elegante ir a Rusia con la azzurra en casa. Cuestión de principios.

Hoy Modric se lo recuerda entre risas a Ancelotti, porque Croacia, con Dalic como seleccionador, llegó a la final de aquel Mundial. El Real Madrid ha conquistado la Liga y el técnico italiano ha completado el repóker perfecto, ganando las cinco ligas más importantes de Europa. Cuando llegó, se encontró a una plantilla que había perdido líderes como Iker Casillas, Sergio Ramos o Cristiano Ronaldo. Carletto se sentó con Benzema, habló con Modric y Alaba, e implicó a veteranos como Casemiro, Kroos Carvajal.

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Ancelotti no tiene un estilo definido, no hace equipos de autor. Le gusta adaptarse a lo que tiene, evolucionar cosas, sumar recursos, mejorar a los jugadores. Disfruta del camino en cada sitio. Y lo hace rodeado de su equipo, en el que su hijo Davide ha ido ganando peso. Carlo delega en sus jefes de área (Pintus en lo físico, los médicos, Davide, datos…). Les exige estar actualizados en las últimas tendencias, aunque él sea un entrenador old school que al final se guía por su instinto. Como en la final de la Champions del 2007 entre el Milan y el Liverpool. Tenía la intuición de que debía jugar Pipo Inzaghi, que llevaba una temporada gris, en lugar de un Giraldino, más acertado y el preferido de Berlusconi, que apretaba para que lo pusiera. Pero apostó por Pipo, ganaron 2-1 y los dos goles fueron de Inzaghi. En la celebración se le acercó Berlusconi para hacerse la foto con la Copa y un socarrón Carletto llamó a Inzaghi: “Ven Pipo, ponte aquí con nosotros en la foto de campeones”.

En esta segunda etapa Florentino está más distanciado del vestuario. Baja al vestuario y cumple sus rituales, pero deja más a su aire al grupo. Es José Ángel con quien Ancelotti despacha, aunque recientemente ha comido con el presidente, con quien mantiene una relación muy cordial. Cuando recibió la llamada del Madrid, que le echó en su anterior etapa, la aceptó con naturalidad. La misma con la que encaja los enfados de Kroos y los desaires de Ceballos.

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Cada mañana, lo primero que hace al levantarse es prepararse un café. Después coge el coche y se desplaza a Valdebebas, donde entrena, desayuna y se reúne con su equipo cada día. Le gusta pisar el césped y animarse con la pelota. Es muy futbolero. Ha entrenado en las cinco grandes ligas, pero le fascina la Premier. Conoce a mucha gente y es respetado por su cercanía y elegancia. El día que el Cádiz despidió a Álvaro Cervera, Carlo le telefoneó para transmitirle su apoyo. Lo mismo hizo con Marcelino García Toral cuando perdió a su padre.  Pequeños gestos de un gran tipo.

Tiene una buena opinión de la prensa, incluso de la española, porque entiende que son parte del circo. Y cuando ve en la televisión alguna tertulia futbolera, siempre recuerda entre risas “vais con retraso. Esto ya lo hacía Berlusconi hace veinte años en Mediaset”. Así es Carletto. Y esta ha sido su Liga.

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