FÚTBOL

La violencia en el fútbol, un problema en América Latina

La justicia de México investiga posibles relaciones de los barra bravas con grupos del crimen organizado tras la batalla campal entre seguidores de Querétaro y Atlas

Las autoridades reportan 26 heridos, pero se expande la creencia de que se ocultan fallecidos

Imagen de la batalla campal en México.

Imagen de la batalla campal en México.

Abel Gilbert

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La batalla campal en las tribunas y el campo de juego entre hinchas de los equipos de fútbol Querétaro y Atlas ha llevado a las canchas mexicanas la lógica de una violencia que es recurrente en los estadios latinoamericanos. La crueldad que han mostrado las imágenes no pueden por otra parte desligarse de una feroz cotidianeidad que, de la mano del crimen organizado, ha provocado en ese país 100.000 víctimas fatales solo en los últimos tres años. A pesar de semejante drama social, México, que ya tuvo a su cargo los Mundiales de 1970 y 1986, debería organizar la Copa de 2026 junto a los Estados Unidos y Canadá.  

Según el gobernador de la región de Querétaro, Mauricio Kuri, lo ocurrido este sábado en las instalaciones de La Corregidora dejó 26 heridos, de los cuales 19 ya fueron dados de alta. “Aunque no hay muertos, no podemos decir que no es una tragedia y no podemos permitir que se politice". Sus palabras provocaron de inmediato sospecha. "El problema es que vivimos en un país en el que el presidente (Andrés Manuel López Obrador) desestima con la mano en la cintura un asesinato a pesar de que existe un video con ciudadanos que reciben disparos afuera de una casa que hace de paredón de fusilamiento; así se entiende por qué la afición duda de las autoridades que aseguran que no hay muertos a pesar de las dantescas escenas. Yo no puedo estar convencido que no hay aficionados fallecidos sólo porque lo diga un gobernador", señaló Carlos Ponce de León, columnista del diario Récord.

Suspensión de los campeonatos

La Liga decidió suspender momentáneamente sus campeonatos oficiales. La Federación "lamenta y condena los hechos sucedidos en Querétaro". A su vez prometió "vigilaremos y coadyuvar en el proceso de investigación con las instancias correspondientes". Medios de prensa consignaron que se evalúa desafiliar al Querétaro hasta el final del presente certamen por su responsabilidad principal en los episodios que se registraron en La Corregidora a los 10 minutos del segundo tiempo, cuando hinchas locales agredieron con patadas, golpes y elementos contundentes a los pocos simpatizantes del conjunto rival, que ganaba por un gol.

"Hemos cancelado los servicios de la empresa de seguridad privada G.E.S.K9, contratada por el Club Querétaro; y hemos suspendido a cinco funcionarios públicos. No habrá impunidad", aseguró el gobernador Kuri. Parte de la perplejidad que por estas horas todavía provocan esos sucesos tienen que ver con la pasividad policial y con un hecho más inquietante aun:  por ahora no hay ni uniformados ni funcionarios detenidos. “Fallaron todos...no cabe duda que en nuestro país vivimos nuestras propias guerras y esto fue igual de grave que el fusilamiento de personas en Michoacán”, señaló Ulises Gómez, del Diario de Querétaro.

Por lo pronto, se ha abierto una investigación judicial que busca determinar los probables nexos entre integrantes de las porras, como llaman a las barras bravas, con las bandas criminales. Algunos especialistas remarcan las semejanzas entre los comportamientos entre los grupos violentos mexicanos en los estadios y los de otros países sudamericanos, en especial argentinos, al punto de haberse apropiado de sus cánticos.

Incidentes en Brasil y Uruguay

A la par de los incidentes en México, una pelea entre hinchas del Atlético Mineiro y del Cruzeiro dejó este domingo en Brasil al menos un muerto y un herido de bala. El pasado 24 de febrero, dos jugadores del Bahía resultaron a su vez heridos después de que un artefacto explosivo fuera lanzado contra el autobús del equipo. Una semana más tarde, un grupo de aficionados del Paraná invadió la cancha de Vila Capanema, en Curitiba, con la intención de agredir a los jugadores de su equipo. Además, el autobús del Gremio fue apedreado por hinchas de Internacional, su máximo rival de Porto Alegre, dejando varios jugadores heridos.

En Uruguay, en tanto, debió ser suspendida la quinta fecha del Torneo Apertura tras las amenazas recibidas por los árbitros durante los partidos entre el Nacional-Torque y Peñarol-Danubio. El de la violencia en las canchas es un problema regional.