EL REJUVENECIMIENTO DEL CROATA

La pócima mágica de Luka Modric

El centrocampista de 36 años lleva a cabo un entrenamiento “inteligente” diario y personalizado, una dieta rica en proteínas que limita los carbohidratos, y solo tres días de descanso al año, con trabajo incluso en vacaciones.

Modric celebra su gol ante la Real Sociedad en el último partido del Real Madrid.

Modric celebra su gol ante la Real Sociedad en el último partido del Real Madrid. / @realmadrid

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Cada noche Luka Modric recibe un mensaje con la planificación del entrenamiento específico que realizará al día siguiente. Se lo envía Vlatko Vucetic, catedrático de la Facultad de Kinesiología de Zagreb con el que lleva trabajando ininterrumpidamente desde 2015. Luka y Vlatko se conocen desde 2003, cuando un joven Modric, de 17 años, fue testeado junto al resto de compañeros del Dinamo de Zagreb. Desde entonces el jugador ha visitado recurrentemente a Vucetic los siguientes años sin destacar especialmente aeróbica y anaeróbicamente, más allá de su interesante velocidad de recuperación.

Sin embargo, en 2014, tras someterse con la selección croata a unas pruebas de lactato de la sangre, el catedrático dio unas pautas al futbolista para optimizar su rendimiento. Los resultados convencieron a Luka que comenzó a trabajar más estrechamente con Vucetic. En una entrevista al medio croata ‘Sportske Novosti’, el preparador revelaba que Modric “trabaja todos los días en la prevención y el desarrollo para mantener su desempeño a un alto nivel”.

Desde entonces, Luka aterriza en los entrenamientos del Real Madrid media hora antes que el resto de jugadores para realizar varios ejercicios de prevención de lesiones, y al acabar el entrenamiento sigue su rutina personal de trabajo. Es lo que Vucetic llama “un sistema de entrenamiento inteligente”. El croata, que disfruta de una vida ordenada junto a su mujer y sus tres hijos, sabe que ese es el precio para seguir siendo un futbolista de élite a su edad, y asume esos sacrificios, entre los que está ejercitarse en el gimnasio de su casa los días libres. De hecho, Modric apenas disfruta al año de tres días sin actividad, porque durante las vacaciones realiza entrenamientos de natación.

"Escéptico y reservado"

El entrenamiento personalizado que recibe cada noche incluye ejercicios de tonificación, de prevención con gomas y trabajo de calentamiento para ejercitar todos los grupos musculares antes del inicio del entrenamiento, haciendo hincapié en las extremidades inferiores. A eso suma alternamente ejercicios de imitación de pases y tiros, cambios de dirección, entrenos de fuerza con pesas... Y cuando el trabajo es en el día después del partido, entonces se aplica un entrenamiento de recuperación para acelerar la misma.

Luka es un ejemplo de profesionalidad en su preparación, pero no siempre fue así. Cuando comenzó a trabajar con Vlatko, el preparador recuerda que “se mostraba escéptico, reservado y desconfiado. A veces inconsistente. Pero al notar una mejora en términos de condición física, ha ido siendo más exigente consigo mismo. El objetivo prolongar su carrera y creo que podrá jugar así hasta los 38 años por cómo conoce su cuerpo y el trabajo que hace con él. En mi opinión, los límites son exclusivamente una cuestión de cabeza”.

La fortaleza de Modric es su capacidad para acelerar en el primer metro, aplicando cambios rápidos e impredecibles en la dirección del movimiento sin tocar el balón. Y a sus cualidades técnicas ha sumado un nivel de capacidad energética muy eficiente. Añadiendo la elección idónea del movimiento y el descanso durante el juego. Algo fundamental para él como para Leo Messi, por ejemplo.

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