Hito en los Juegos de Invierno

Queralt Castellet hace historia en los JJOO y se cuelga la medalla de plata en 'halfpipe'

La 'rider' catalana consigue el primer subcampeonato olímpico de invierno de una deportista española

Queralt, medalla

Queralt, medalla / COE

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Está desbordada y en una nube", decía este jueves una amiga de Queralt Castellet, la ‘rider’ vallesana, la ‘maga de Sabadell’, como gusta denominarla en alusión a sus trucos, como si fuera una Harry Houdini sobre la nieve, la que salta sobre un medio tubo llamado ‘halfpipe’… hasta cuatro metros de altura, para ganarse una puntuación de los jueces de 90.25, tras una segunda serie de ensueño, este jueves, en su actuación olímpica, la que le sirvió para hacer historia y convertirse en el primer deportista español en conquistar una medalla de plata en unos Juegos Olímpicos de Invierno.

Pero este jueves, sobre la nieve artificial de Pekín 2022, donde siempre es más difícil moverse que sobre el medio natural, Queralt Castellet alcanzó con sus saltos y acrobacias el punto más alto de una carrera deportiva que empezó, olímpicamente hablando, cuando tenía 16 años en la cita de Turín de 2006. Hasta este jueves, en un día que concedió más entrevistas y respondió a más preguntas que en casi dos décadas de carrera deportiva, difícilmente se había dado cuenta de lo que significaba ser una “leyenda del deporte español”, como la definió desde China Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE).

Porque hasta este jueves ningún deportista español había ganado una medalla de plata en una cita olímpica invernal, donde el deporte español, siempre, a pesar de sus montañas y sus estaciones de esquí, ha tenido una actuación casi testimonial entre las grandes potencias que se lucen en cualquier evento (Estados Unidos, Rusia o China) y los países dominadores con la nieve y el hielo (Austria, Suiza, Noruega o Canadá).

Vueltas por todo el mundo

Es más, Castellet lleva años recorriendo el mundo con su maleta como si fuese el baúl de la mítica artista Concha Piquer buscando ‘halfpipes’ para realizar sus piruetas ante la falta de escenarios parecidos en España. En la Península Ibérica solo hay tres y solo dos tienen dimensiones olímpicas, en La Molina y Sierra Nevada. El tercero, en El Tarter (Andorra), está pensado para el uso lúdico de ‘snowsboaders’ de todas las edades.

"Esta medalla es el fruto de mucho trabajo y sacrificio, la lucha de muchos años y un trabajo constante. Pero valió la pena por esa ronda y esos trucos en un momento tan cortito y compacto. No puedo estar más contenta". Tan cortita fue la segunda ronda que no llegó al minuto. Tiempo suficiente para encandilar al jurado con trucos denominados  ‘Switch Bs 5 Mute’, ‘Cab 7 Melon’, ‘Fs Air Indie grab’, ‘Bs 9 Mute’, ‘Fs 9 Melon’ y el vuelo a cuatro metros de altura en el ‘coping’ (la parte más alta del ‘pipe’).

Fue una actuación prodigiosa que le valió sumar 90.25 puntos y situarse en la segunda de las tres series con la medalla de plata y convertirse junto a la nueva campeona olímpica, la intratable estadounidense Chloe Kim, en las únicas ‘riders’ puntuadas por encima de los 90 puntos por el jurado del ‘halfpipe’.

"Todo lo que he luchado vale la pena. Perseguía la medalla desde hace tiempo, costara lo que costara y sobrepasando todos los obstáculos que me pusieron delante". Porque la vida de Queralt, identificada por el significado de su nombre (roca alta), ha sido un constante camino, caer y levantarse. Como el porrazo que se dio en los entrenamientos previos a la final de Vancouver 2010 y que la llevó a una clínica canadiense en vez de poder pelear por las medallas olímpicas hace 12 años.

O la necesidad de salir de casa, sin patrocinadores por el amor "a la nieve y a la montaña" hasta convertirse a los 32 años en una referencia del snowboard. Y, sobre todo, concienciarse para volver a ser una deportista de élite, tras el retiro obligado por el duro golpe que le dio la vida en 2015, una triste historia de la que prefiere no hablar, la muerte de su pareja y entrenador, Ben Jolly, que la apartó mucho tiempo de los halfpipes.

Levantarse y planchar con la tabla; ser la estrella de los X Games, la ‘Champions’ del ‘snow’, ganar medallas en los mundiales y en la Copa del Mundo, pagarse de su bolsillo viajes costosos a las estaciones más ‘in’ del planeta, como Aspen (Estados Unidos), buscando los mejores ‘teatros’ en forma de tubo para crecer y practicar trucos inalcanzables para buena parte de sus rivales. Y así hasta conseguir este jueves la primera medalla de plata española en unos Juegos de invierno, justo a los 50 años de la mítica medalla de oro de Paquito Fernández Ochoa en Sapporo 1972, en blanco y negro y en tiempos de dictadura.

Hasta este jueves ninguna catalana había ganado una medalla invernal. Hasta este jueves Queralt, la ‘maga’, no sabía lo que significaba ser una persona mediática. "Al ganar la medalla pensé en mi familia, mis amigos y la gente que ha sufrido los momentos difíciles conmigo".