La cita olímpica de Pekín

Jaume Pueyo, tres minutos en los Juegos para aprender

El fondista badalonés se despide de los Juegos de Invierno tras caer eliminado en la prueba esprint de esquí de fondo por solo un segundo.

Integrante de una saga de marchadores, ahora preparará el Mundial sub 23 donde busca una medalla.

Jaume Pueyo, JJOO

Jaume Pueyo, JJOO / COE

Sergi López-Egea

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Fueron solo tres minutos de actuación (concretamente 2.56.77 minutos), poco tiempo para saborear unos Juegos, sin margen para disfrutar, solo para sufrir, como decía Jaume Pueyo (protagonista de esta historia) para llegar a la meta después de recorrer algo más de un kilómetro sobre sus esquís de fondo "fundido pero manteniendo el equilibrio". Quería superar la primera de las cuatro rondas que este martes llevaron a la disputa de las medallas en la modalidad de esprint, donde van quedando eliminados los participantes, una prueba rápida, viva y de las más espectaculares en el esquí de fondo. Se quedó a poco más de un segundo de alcanzar los cuartos de final.

Pueyo era el benjamín entre los 14 representantes del equipo olímpico invernal que España ha llevado a la cita de Pekín. Fue a aprender, porque el esquí de fondo no está hecho para que chavales con apenas 20 años triunfen a las primeras de cambio. Hay que madurar, conocer el cuerpo y adquirir experiencia para luchar con los verdaderos monstruos de este deporte. Y eso lo sabía Pueyo. "Mi próximo objetivo es luchar por una medalla en el Mundial sub 23", lo decía este martes, a preguntas de este diario vía Whast App. Y explicaba como los pocos días que pasa en casa, concretamente en La Seu d'Urgell, cuando la nieve está presente, es un constante ir y venir a las pistas nórdicas que hay en la Cerdanya. Ahí varía los escenarios para no esquiar siempre en el mismo sitio y aburrirse de los paisajes y trazados.

Pueyo es un valor entre los jóvenes delfines del esquí español (da igual que sea en la modalidad alpina o nórdica). Y es, además, el representante de toda una saga deportista, de marchadores, de amantes del atletismo, formado y criado por los alrededores de Badalona. Su tío Ricard fue el primer olímpico de la familia. Participó en la prueba de los 20 kilómetros marcha en los Juegos de Seúl 1988. Su padre, David, también destacó en la marcha, aunque ahora trabaja como mosso d'esquadra en la Seu d'Urgell, razón por la que Jaume se ha establecido en la capital del Alt Urgell, mucho mejor para él por la cercanía de la población leridana con las pistas de esquí.

Lo cierto, también, es que Pueyo se pasa buena parte de la temporada invernal con la bolsa y los esquís dando vueltas por el mundo, aunque muchas veces entrenando en pistas de la Europa Central puesto que ha hecho amistad y suele compartir muchas horas esquiando con los mejores especialistas austríacos, un buena compañía para aprender y madurar como fondista.

Atletismo y piragüismo

"Yo empecé con el atletismo. Me gustaba correr. Toda mi vida he hecho deporte. También me gustaba el piragüismo y probé con la marcha, la tradición familiar, pero disfrutaba más corriendo. La familia, por eso, está super contenta de que siga con la herencia deportiva", explica Pueyo desde Pekín.

Han sido unos pocos días en la villa olímpica, sin contacto con el exterior, sin público en las gradas a causa de las restricciones de las autoridades de Pekín para evitar los contagios por la pandemia. Ahora toca regresar a casa y pensar que dentro de cuatro años, con mucha más experiencia, se podrán superar más eliminatorias y quizá ya pensar en alcanzar la final. "Tiene un gran futuro y mucho camino por delante", lo animó en Pekín, Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español.

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