De niño de la guerra a leyenda del madridismo
Luka Modric, un veterano con futuro
El croata espera la llamada del Real Madrid, que le ofrecerá seguir hasta junio de 2023 sin aplicarle la rebaja salarial del 20% que se incluyó en su última renovación.
El pasado domingo 12 de diciembre, apenas veinte minutos después de que el Real Madrid ganase al Atlético (2-0) un derbi que acabó con Modric portando el brazalete de capitán, las melenas rubias de los tres hijos de Luka destacaban correteando tras una pelota sobre el césped del Santiago Bernabéu mientras los operarios les sorteaban de forma divertida. “El Real Madrid es mi casa y aquí me quiero retirar”, advirtió el croata en zona mixta minutos antes de recoger a Iván, al que se le adivina el talento paterno, Emma y Sofía. Los tres habían convertido el templo madridista en el jardín de su casa. Emulando, sin pretenderlo, a su padre.
De prejubilado a líder
El pasado mes de mayo Modric estrechó con firmeza la mano de Florentino Pérez y firmó un contrato por una temporada asumiendo una rebaja de la ficha del 20%. El croata no dudó ni un segundo en firmar su renovación a la baja, pese a que había quien le situaba en mercados crepusculares como China, Catar o la MLS estadounidense. La oferta fue entendida por muchos como una suerte de prejubilación para Luka. Nadie contaba con que el regreso de Carlo Ancelotti le devolviese su esplendor futbolístico. Hoy Modric, a sus 36 años, espera la llamada del Real Madrid para rubricar la que sería su cuarta renovación en Chamartín, donde llegó el verano de 2012, tras una dura negociación con el Tottenham de Daniel Levy.
El 17 de junio de 2012, mientras los periódicos deportivos señalaban a Modric como la prioridad del Madrid en el mercado, Luka conversaba apaciblemente con este periodista en el Hotel Seilanka, en medio de un paradisiaco bosque cercano a la localidad de Warka, a 75 kilómetros de Varsovia. El croata se interesaba por la situación de Sahin, Altintop y Lass Diarra en el Real Madrid. Los tres acabaron saliendo ese verano, mientras él acabó llegando. A diferencia de Kroos, que no oculta su indiferencia por el fútbol más allá de si lo juega, Luka siempre ha sido un futbolero empedernido.
Hoy el Real Madrid está tan agradecido al croata por su implicación ejemplar, y su renacer futbolístico, que prepara una renovación hasta junio de 2023 sin recortar ese 20% que le aplicó en la anterior por la rebaja salarial a la plantilla. Un merecido aumento que además permitirá a Modric cumplir su sueño de jugar el Mundial de Catar, y dirigir a los blancos en el estreno del nuevo Bernabéu.
Niño de la guerra
Luka no tuvo una infancia sencilla. Pastoreaba cabras en un monte con lobos y tuvo que huir con su familia de casa por la amenaza de los paramilitares serbios. “Vivía en el hotel Kolovare con mi familia y muchos de mis compañeros. Jugábamos a la pelota hasta que se escuchaban las sirenas. Entonces salíamos corriendo al refugio”. El croata ha forjado su carácter desde la humildad sin esconder que “la guerra me hizo más fuerte. Fue un momento muy difícil para mí y para mi familia. No quiero arrastrar eso conmigo para siempre, pero tampoco quiero olvidarlo”.
En 2018 Modric rompió la dictadura de Messi y Cristiano en el Balón de Oro al conquistarlo ante el aplauso unánime de sus compañeros y rivales, incluidos Leo y Ronaldo. Finalista del Mundial y ganador de la Champions, nadie discute hoy la jerarquía del croata.
Luka tiene poco que ver con el chico apocado que aterrizó desde Londres sabiendo de memoria el nombre de la mayoría de los jugadores de la Liga. Se ha ganado el corazón del madridismo, mostró su compromiso con el club al rebajarse la ficha sin dudarlo cuando se lo pidió Florentino, y hoy es el jugador más valorado de la plantilla, junto a Vinicius y Benzema, por todos los estamentos del club.
En el Real Madrid, históricamente son muchas las figuras que se han marchado por la puerta de atrás: Di Stéfano, Hierro, Del Bosque, Raúl, Iker Casillas, Figo, Guti, Sergio Ramos... Costumbre poco estética que Florentino quiere corregir con la complicidad de Modric. El croata no se plantea vestir otra camiseta que la del Real Madrid, más allá de la ajedrezada de Croacia. Y tanto el presidente como el entrenador, Carletto, están entusiasmados con esa idea.
Modric ha sido claro, “por mi la renovación se cierra en dos minutos”, y desde el club se busca el momento idóneo para anunciar una renovación que la afición espera impaciente desde hace semanas. Y el vestuario...
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