La suerte rescata al Madrid en Alcoy

El fútbol da y quita razones. Y en Alcoy demostró que Ancelotti no se equivoca apostando por sus mejores jugadores sin rotar. El Real Madrid ganó holgadamente en el marcador, pero volvió a sufrir en la segunda mitad echando en falta a jugadores como Modric, Vinicius o Benzema.

Plantó Carletto un once ante el Alcoyano con la unidad B para ahuyentar el fantasma de la eliminación del año pasado. Enfrente volvía a toparse con un equipo incómodo y directo. Comenzó el partido áspero para los blancos, que veían como los locales les asfixiaban en la salida y en ataque se saltaban la medular con pelotazos para las segundas jugadas. Los de Parras lo tenían claro, más incluso que el mediocampo madridista, con Camavinga y Valverde desorientados. 

Fútbol directo

Los balones largos al gigante Mourad dieron problemas en el arranque, en el que Camavinga salvó un gol bajo palos y los locales tuvieron otra ocasión clara. Hazard y Rodrygo leían mal el partido asociándose por dentro, lo que creaba un embudo fácil de defender para los locales. Carletto se desesperaba en la banda viendo cómo su mediocampo era incapaz de salir tocando. Lunin y los centrales rifaban la bola, que no duraba nada a los madridistas. Los locales tenían el partido donde querían, por actitud y colocación. Pero un error en la marca en un córner permitió a Militao adelantar al Madrid, cuando peor lo estaba pasando. Una ocasión, un gol.

La segunda mitad comenzó con malas noticias, en el primer sprint se rompió Mariano. El Alcoyano también había salido frío y los blancos parecían más cómodos. Hasta que un balón aparentemente inofensivo por el carril de Marcelo terminó con un recorte de Dani Vega a Casemiro y Militao y un zurdazo que entró como un obús por la escuadra. Empate y el partido empezaba a pintar como el año pasado.

Ancelotti miró al banquillo y echó mano de Kroos e Isco, lo poco que le quedaba en la reserva. El Alcoyano volvía a tensar el partido, con su fútbol directo, pero la suerte se alió con el Real Madrid cuando un disparo de Asensio que dio en un rival engañando a José Juan. Respiraba aliviado Carletto, que solo un minuto después veía cómo el propio José Juan, en una salida ante Isco, se marcaba el tercero de los blancos en su portería. Dos jugadas afortunadas, en dos minutos, rescataban a un Madrid mediocre en el que los no habituales no se ganaron los minutos.