Una sentencia polémica

Francia, perpleja por la agresión machista sufrida por la campeona olímpica Margaux Pinot

Un juez deja en libertad por falta de pruebas al entrenador de judo y pareja de la agredida, Alain Schmitt

Margaux Pinot en rueda de prensa en Paris acusando a su ex entrenador de violencia y estrangulación

Margaux Pinot en rueda de prensa en Paris acusando a su ex entrenador de violencia y estrangulación / ANNE-CHRISTINE POUJOULAT

Sergi López-Egea

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La imagen casi aterradora ha dado la vuelta al mundo. Se ve a la campeona olímpica francesa, una de las estrellas del judo de su país, Margaux Pinot, con el ojo morado y diversas magulladuras en el rostro. Es el testimonio de una agresión machista, la que la deportista denunció haber sufrido por parte de su pareja, exjudoca y antiguo entrenador de la selección francesa de judo, Alain Schmitt. Pinot puso una denuncia el domingo 28 de noviembre. El martes, en un juicio rápido, el Tribunal Correcional de Bobigny, al noreste de la periferia de París, absolvió al presunto agresor por falta de pruebas.

Margoux Pinot no quiso que la agresión sufrida quedase en el olvido, razón por la cual subió a las redes sociales esa imagen espantosa de su rostro, la que ha dado la vuelta al mundo, en la que aparece con la cara desfigurada y restos de sangre. Pinot, de 27 años, es una de las mejores judocas francesas. Este verano, en Tokio, obtuvo la medalla de oro en la prueba con el equipo mixto, al margen de otro bronce en la categoría de menos de 70 kilos y haber sido campeona de Europa en dos ocasiones. “Mi compañero ha realizado una defensa calumniosa de lo ocurrido -ha explicado la deportista-. ¿Qué faltó? Quizá la muerte. El judo me ha salvado pero pienso en aquellas mujeres que no puedan decir lo mismo que yo”.

Ella misma contó la agresión que sufrió la madrugada del 28 de noviembre en su domicilio. “Fui insultada, golpeada. Mi cabeza impactó en el suelo varias veces y, finalmente, trató de estrangularme. Enseguida pensé que iba morir. Sin embargo, logré escapar y pude refugiarme con mis vecinos quienes llamaron a la policía. Sufro varias lesiones. Tengo la nariz rota. Y la Justicia ha decidido ponerlo en libertad”. Pinot ha debido interrumpir sus entrenamientos y hasta al menos dos semanas no estará recuperada.

El presunto agresor quiso salir al paso de las acusaciones, no solo en los tribunales, donde realizó la defensa “calumniosa” denunciada por Pinot, sino a través del diario 'L’Équipe'. “Hay que respetar al Tribunal. Estoy harto de las calumnias porque creí que tras la sentencia me dejarían tranquilo. Recibo mensajes de intimidación y amenazas de muerte”. Según su versión, la noche de la agresión a su pareja estaba a punto de partir para Israel, donde acaban de nombrarlo seleccionador de judo. Schmitt apareció en el diario deportivo francés con un ojo morado y añadió que la relación con su pareja “era complicada”. “Ella no sabe controlar las emociones. Me dijo que era un cobarde. Tiene un conflicto consigo misma”. Él sostenía que fue su pareja la que inicio la pelea.

Schmitt tiene 38 años y el fiscal que se hizo cargo del caso solicitaba un año de prisión al considerarlo culpable de la agresión “muy grave” a Pinot. El juez decidió que no había "suficientes pruebas de culpabilidad”. Y añadió, con la consiguiente polémica en Francia: “Un tribunal nunca está ahí para decir quién dice la verdad y quién miente”.

Los argumentos de Schmitt, la “defensa calumniosa”, según Pinot, se basaron en que la deportista saltó sobre él y se produjo la pelea en la que ambos chocaron contra la pared y un radiador de la casa. Advertía que él jamás ha agredido a nadie.

En el juicio, Pinot explicó que su pareja escondía la relación y que, a menudo, la maltrataba verbalmente con comentarios despectivos relativos a su carrera deportiva. “Me decía que no llegaría a ningún lado”. Todo comenzó cuando se fueron a dormir. “Me acosté con los dedos en los oídos para no escucharlo. Y luego comenzaron los golpes”. Pinot añadió que en otras ocasiones él ya había destrozado el apartamento que compartían.

Roxana Maracineanu, ministra delegada de Deportes, y antigua medallista de natación en Sydney 2000, salió en defensa de Pinot. “Para mí, claramente, es la víctima de lo ocurrido". Teddy Riner, triple campeón olímpico con oros en Londres, Río y Tokio, y Clarisse Agbégnénou, con dos medallas de oro en Tokio, respaldaron a su compañera de selección. “¿Qué hay que hacer para que las víctimas sean escuchadas? Cada día mujeres, niños o los más vulnerables se enfrentan a la violencia, ya sea física o moral. Es intolerable. Hay que acompañar y proteger mejor a las víctimas... Es una cuestión de vida o muerte”, solicitó Riner.

 “No tengo palabras para expresar todo lo que pasa por mi cabeza y mi cuerpo de mujer ante lo que ha pasado mi compañera Margaux Pinot. Tanto más sorprendida por la decisión del Tribunal. ¿Qué se necesita para que caigan las sanciones, muerte?”, escribió Agbégnénou en su cuenta de Twitter.