Goleada balsámica para un Atlético con dos caras

Goleada del Atlético en el remozado Carranza en un partido que tardó una hora en descifrar. Los de Simeone se quitaron un peso de encima cuando Lemar abrió el marcador, y con espacios y ventaja, se soltaron a jugar ante un rival que sigue coqueteando con el descenso.

Cádiz y Atlético se veían las caras en un partido al que llegaban con urgencias. Los atléticos porque se han complicado la vida en Champions con su derrota en el Metropolitano ante el Milan, y los amarillos porque no acaban de mostrar la fiabilidad defensiva de temporadas anteriores. Y lo cierto es que la primera media hora confirma todas las sospechas en ambos equipos. Ni un disparo a puerta, llegadas a partir de groseros errores de los rivales en la salida de balón, poca pegada, un fútbol gris... En resumen, muchos nervios. 

Más talento que fútbol

Simeone puso a los mismos del fiasco ante el Milan (0-1), con tres centrales, Carrasco y Llorente en los laterales, Koke y De Paul en la manija, y arriba Suárez y Griezmann con Lemar por detrás. Un equipo de un talento innegable, pero que no termina de fluir. Más nombres que fútbol y un sistema que ha provocado una pérdida de identidad en la consistencia defensiva clásica de los colchoneros. Ningún jugador rojiblanco está ofreciendo su mejor versión en este primer tercio de temporada con esta apuesta del Cholo que no termina de funcionar. El Atlético concluyó la primera parte sin convencer, ni por juego ni por eficacia, y perdonando una ocasión clamorosa de Luis Suárez en la que se empachó de balón en el remate.

En el Cádiz, Cervera colocó arriba a Choco Lozano y Rubén Sobrino, retrasando a Álex Fernández con Jonsson, para dejar fuera a Fali y a Negredo. Mucho trabajo y un intento de enlazar entre líneas con Sobrino, pero sin mostrar peligro serio ni así ni con el fútbol vertical. Ninguna ocasión clara del Cádiz, que solo ha marcado cuatro goles en casa en Liga, siendo dos de ellos de penalti. Empate tan justo como soporífero al final de la primera parte. 

Gol liberador

Comenzó la segunda mitad con algo más de mordiente, que se tradujo en varias ocasiones. Un centro que casi empuja a la red Choco Lozano, y dos remates de Savic y Cala a la salida de córner. Más por necesidad que por convencimiento los de Simeone fueron arrinconando a los locales, algo que tenía premio en el minuto 56 cuando se asociaron los dos mejores jugadores rojiblancos. Centro de Carrasco y cabezazo de Lemar a la red. Suspiraba Simone en el banquillo, en lugar de celebrarlo. Síntoma claro del estado de ansiedad de un Atlético que en realidad está metido en la pelea por el título, a un paso del Real Madrid y a la par que el Sevilla.

Pudo y debió sentenciar Lemar diez minutos más tarde, pero Conan Ledesma le ganó el mano a mano que podía haber sellado el triunfo de los visitantes. Con el marcador a favor, y menos lastre en la cabeza y en las piernas, el Atlético se soltó y una llegada de Llorente a la línea de fondo terminó con Griezmann anotando el segundo tanto. Goles franceses para dar oxígeno a los rojiblancos.

El tercero llegó tras una preciosa triangulación que terminó anotando Correa para confirmar que el Atlético jugaba liberado con el marcador de cara. Sonreía ya Simeone, tan aliviado como sus jugadores, que comenzaban a tejer el fútbol que se les adivina en las piernas. Una inexplicable cantada de Oblak concedía el gol del honor al Cádiz, al meterse un balón llovido en la escuadra. Y ponía el colofón Cunha con un tremendo zapatazo para fusilar a Ledesma. El Atlético sonríe después de sacarse de encima un partido que le costó digerir hasta la hora de partido. Con el marcador a favor y el viento de cara, los de Simeone se parecieron en algo a lo que se espera de este equipo lleno de nombres de relumbrón. Ahora, a centrarse en ganar en Oporto.