Hugo Duro castiga la fragilidad defensiva del Atlético en el descuento

Empate loco (3-3) en Mestalla con dos goles de Hugo Duro en el descuento que evidencian la sangría defensiva de un Atlético que es una caricatura del equipo inexpugnable de temporadas anteriores. Dos fogonazos del Atlético mediada la segunda parte parecían dar la victoria a los de Simeone ante un rival tan voluntarioso como romo en ataque. Los colchoneros llegaban con las heridas abiertas de Anfield y parecían caminar con paso firme por la jerarquía de jugadores como Luis Suárez, Antoine Griezmann o el recién llegado Rodrigo de Paul. Pero en diez minutos, los de Simeone tiraron a la basura el triunfo de forma inexplicable.

El Cholo ha encontrado en De Paul un centrocampista sobre el que reconstruir la identidad futbolística del equipo. Un futbolista que trabaja, que va, que mete abajo, pero que también sale con el balón en los pies y proyecta en ataque. En Mestalla, el Cholo le ganó la partida en la pizarra a Bordalás rodeando a Guillamón de futbolistas para generar superioridad a la espalda de los pivotes valencianistas, donde había espacio suficiente para que los rojiblancos montasen su centro de operaciones con Correa y Griezmann.

Suárez nunca perdona

El Atlético, que llegaba tocado de Anfield, mostró personalidad y jerarquía para dominar el choque desde el inicio. Poco importó la temprana lesión de Trippier, al que sustituyó Vrslajko. Correa, Guedes y Carrasco intercambiaron ocasiones, pero el gol no llegó hasta el minuto 35. Una jugada en la que el delicioso control orientado de Luis Suárez fue capital para que su disparo posterior acabase en las redes de Cillessen. El séptimo del charrúa en Liga, lo que le sitúa empatado con Vinicius tras Benzema. Merecida renta para los colchoneros que gobernaban con solvencia el partido ante un Valencia desorganizado. El 4-5-1 de Bordalás sumaba centrocampistas, pero aún así perdían la medular ante un Atlético que asociaba mediocampistas y mediapuntas para rentabilizar su superioridad. Victoria atlética al descanso fiel a lo que se había visto en el campo.

La segunda mitad arrancó con una ocasión clara de los madrileños, tras un remate de Griezmann. Pero fue el Valencia quien marcó, con una buena jugada de Guedes que terminó marcando en propia puerta Savic fruto de un rebote. El Atlético ha perdido su personalidad defensiva, primer mandamiento del cholismo. Poco tiene el Valencia en ataque, pero con eso le llegó para empatar a un Atlético vulnerable que no defiende como lo hacía ni tiene al Oblak milagroso de temporadas anteriores. La efervescencia del gol hizo crecer en el partido al Valencia, mientras Simeone miraba a su banquillo buscando soluciones.

De Griezmann a Hugo Duro

Y entonces apareció Griezmann. Jugador mayúsculo que robó un balón en campo atlético, llevó la pelota pegada al pie hasta que llegó a las inmediaciones del área y sacó un zapatazo de zurda que entró por la escuadra. Tremendo golazo del francés que en el Atlético exhibe mucha más jerarquía de la que tenía en el Barça. Un minuto después parecía sentenciar Vrslajko, con la ayuda del VAR, ya que el asistente había anulado el gol en un primer momento.

Parecía decidido el partido, con el Atlético metiendo cloroformo, oficio y piernas nuevas con Kondogbia. El Valencia, tiene muy poco en ataque Bordalás, se aferró al vértigo de Hugo Duro saliendo del banquillo, ya que Guedes y Carlos Soler se habían quedado sin batería. El resto es un ejército de soldados más sacrificado que talentoso que difícilmente afila el perfil metálico de este Valencia. Pese a ello, la tenacidad che consiguió rescatar un punto con dos goles increíbles en el descuento de Hugo Duro. Merecido empate que evidencia la inquietante fragilidad defensiva del Atlético y la fe estajanovista del Valencia de Bordalás.