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FC BARCELONA 3 - 1 VALENCIA CF

Ansu devuelve la sonrisa al Barça

Remontada azulgrana en el día del debut del Kun Agüero

Ansu Fati celebra el gol del empate

Ansu Fati celebra el gol del empate

Marcos López

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En un enloquecido partido, Ansu Fati tuvo calma, paciencia, personalidad y, sobre todo, carácter. Algo que no se le supone a un niño de 18 años que hacía 11 meses que no jugaba de titular. Casi un año sin entrar en ritmo de competición y con el Valencia, agarrado a un descomunal zurdazo de Gayá, a la salida de un córner, colocado por delante en el marcador. De nuevo, un escenario horrible para el inusual Barça que diseñó Koeman en la semana del triple examen. Inusual porque colocó a Sergi Roberto de lateral derecho, algo que no deja de ser normal, pero al provocar que Dest ejerciera de extremo diestro todo era distinto.

En ataque era un 4-3-3, con Ansu anclado de forma falsa en la banda izquierda, mientras Memphis bailaba, y también como falso nueve, ante los centrales de Bordalás. Gavi, impulsivo como siempre, arropaba a Busquets y De Jong en el centro del campo. Cuando no tenía la pelota, el equipo se plantaba en una especia de 4-2-3-1, aunque era capaz hasta de defender con una línea de cinco atrás porque Dest perseguía a Gayà hasta la casa de Ter Stegen.

Partido entretenido

La noche estuvo entretenida. No dejaron de pasar cosas nuevas sobre el Camp Nou. No tanto como en la asamblea, aplazada de manera inesperada por Laporta porque tenía ganas de ver el Barça-Valencia. No quería el presidente perderse ese encuentro que empezó de mala manera para los azulgranas. Y no solo por el golazo de Gayà, síntoma de que el equipo de Koeman no comienza conectado al juego.

Ansu devuelve la sonrisa al Barça

Cuando no es un problema es otro. Una mala apuesta para cuidar el segundo balón que nació en un córner dejó la opción para que el capitán del Valencia soltara un disparo que despertó los malos temores en una afición demasiado acostumbrada a las malas noticias. Pero no contaba el pueblo culé con Ansu. Se sabe que es bueno, extremadamente bueno. Genial. Irrealmente genial. Aunque lo que no contaba el Camp Nou es que volviera como si nada hubiera ocurrido en este último año. Apareció cuando más lo requería el partido, endemoniado como estaba tras el 0-1. Flotó por la banda izquierda, detectó a Memphis, transformado en una especie de pared. Una pared con pies de seda todo hay que decirlo.

Derechazo soberbio

Amortiguó el balón con un sencillo pase que le contará después como asistencia porque Ansu ajustó su mirilla de precisión, que no notó el paso del tiempo, y dibujó un derechazo soberbio para quebrar el vuelo raso de Cillessen, el meta del Valencia. Lo evitó con ese tiro lleno de potencia y precisión. Tan bonito resultó ese gol, con un aire celestial, que levantó a un estadio donde acuden realmente los militantes. Y cada vez son menos. Ni medio Camp Nou. Apenas 47.317 espectadores, retrato de lo que costará (y está costando) la reconstrucción.

Venir al templo azulgrana es un acto de fe. De fe y esperanza en que ni una hora de Ansu sirve para reencontrarse, al menos, con el camino perdido. Ese gol transformó el paisaje. Y no es fácil teniendo en cuenta el paisaje deprimido que rodea al Barça. Tuvo un impacto mágico porque, de repente, el equipo de Koeman y miles de culés encontraron la luz. No fue únicamente el gol del empate. Fue mucho más valioso que un simple e importante 1-1. Fue, en realidad, una llamada para despertar a todo un club. ¿Al equipo? Claro. ¿A Koeman? También. Pero la trascendencia de ese disparo es que reanimó a millones de personas, convencidos todos ellos de que el 10 de Leo está depositado en buenos pies.

Homenaje a Neeskens

A partir de ese momento, el Barça descubrió la ruta más directa para remontar el partido a través de la combinación anterior. Entre Memphis y Ansu. O Ansu y Memphis. El orden de los factores no alteró el producto final. Paró el mundo el neerlandés en el balcón del área para acelerar después la jugada que terminó con penalti sobre Ansu, muy protestado por Gayà porque entendía que no había hecho nada ilegal. Luego, el disparo de Memphis desde los 11 metros fue un homenaje a Neeskens. No lo tiró por el centro. Fue a la izquierda de Cillesen, al que petrificó con un derechazo tan furioso que hizo estallar la red que rebotó el balón hasta dentro del área. El portero ni se movió.

El Camp Nou, viejo y obsoleto como está, tembló de emoción. Y luego, en una extraña segunda parte, mejorada con los cambios de Koeman (Coutinho entró por el ídolo Ansu, Mingueza dio profundidad y piernas, minutos para el Kun, recibido a lo grande por el barcelonismo), se sostuvo sobre el palo derecho de Ter Stegen, que repelió el disparo de Soler y después en la mano de izquierda, mano de acero del alemán, que envió a las nubes para alivio culé. Resuelto esos tradicionales desajustes defensivos, el Barça galopó a campo abierto para darle a Coutinho el placer perdido de un gol, que llevó la firma ideológica de Dest. Terminó la noche en que el rayo de felicidad estuvo en el rostro de Ansu, un niño angelical. 

La ficha del Barça-Valencia (3-1)

Barça: Ter Stegen (7), Sergi Roberto (6), Piqué (6), Eric (6), Alba (6); De Jong (5), Busquets (6), Gavi (6), Dest (7), Memphis (7), Ansu Fati (10).

 Técnico: Ronald Koeman (8).

 Cambios: Coutinho (7) por Ansu Fati (m. 59); Nico (6) por Gavi (m. 70); Mingueza (5) por Sergi Roberto (m. 70); Agüero (sc) por Dest (m. 87).

Valencia: Cillessen (6);  Foulquier (5), G. Paulista (6), Diakhaby (5), Gayà (7); Wass (6), Guillamón (6), Soler (6), Duro (5); Guedes (7), Maxi Gómez (6). 

Técnico: José Bordalás (5).

Cambios: Marcos André (5) por Duro (m. 59);  Cheryshev (sc) por Guedes (m. 75), Musah (sc) por Foulquier (m. 75); Vallejo (sc) por Maxi Gómez (m. 86); Helder (sc) por .Guillamón (m. 86).

Goles: 0-1 (m. 5), Gayà;  1-1 (m. 12), Ansu Fati; 2-1 (m. 41), Memphis (p); 3-1 (m. 85), Coutinho.

Árbitro: Gil Manzano (5), extremeño.  

Tarjetas amarillas: Gavi (m. 20); Busquets (m. 31); Gayà (m. 38), Foulquier (m. 62), Maxi (m. 82).

Estadio: Camp Nou.

Espectadores: 47. 317.