LA INDUSTRIA DEL DEPORTE

Barça-Madrid, el romanticismo social frente a los nuevos titanes del fútbol

El Bayern, propiedad de sus 293.000 socios, cuenta con accionistas minoritarios como Allianz, Adidas y Audi que han reforzado una gestión económica y deportiva envidiable

El Bayern celebra uno de los goles al Dynamo en el Allianz Arena.

El Bayern celebra uno de los goles al Dynamo en el Allianz Arena. / FCB

Marc Menchén

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"Quieren convertir el club en una SAD". "El modelo de propiedad es innegociable". "Esto acabará en manos de gente de fuera". El debate sobre el modelo de FC Barcelona y Real Madrid va acompañado de rápidas respuestas que se oponen a cualquier modificación, por más ejemplos que existan de los problemas de gobernanza que provoca para competir en esta era del fútbol. Pero miremos el modelo alemán y, en concreto, el del Bayern de Múnich, propiedad de sus 293.000 socios, pero con accionistas minoritarios como Allianz, Adidas y Audi que han reforzado una gestión económica y deportiva envidiable.

El modelo alemán se rige por una norma muy sencilla: todos en la Bundesliga deben estar controlados en más de un 51% por el club social del que surgieron. Así, se asegura que se respeta el modelo de propiedad, si bien permite que las operaciones del fútbol puedan trasladarse a una empresa en la que dar entrada a socios. Respeto a la tradición, pero adaptando su naturaleza a un contexto en el que los grandes clubes ya facturan más de 500 millones de euros anuales y requieren de inversiones millonarias.

Sinceramente, me cuesta encontrar argumentos en contra de esta evolución de los dos únicos clubs sociales que quedan en la élite. La gobernanza en Concha Espina la garantiza un presidente que por sí solo avala a toda la junta directiva, algo que le permite ceder el poder a los ejecutivos y que la junta actúe como un consejo de administración, en lugar de formarlo personas que buscan la foto y el reconocimiento. Eso, por sí solo, ya ayuda a entender por qué el Madrid ha salvado el beneficio en los mismos dos años en que el Barça ha acumulado unas pérdidas de 578 millones de euros.

En manos experimentadas

Ese es uno de los grandes males del club, del que han huido profesionales hastiados por ver proyectos tumbados con gente con menos conocimiento que ellos, pero -¡ah, sí!- avaladores. En el Bayern, la junta del club social la preside Herbert Hainer, ex CEO de Adidas, y tiene a futbolistas, académicos y empresarios junto a él. En el consejo del club, están altos cargos de Adidas, Audi, Allianz, Unicredit y Deutsche Telekom.

Talento atrae a talento, pero también capital. El Bayern captó 275 millones a cambio de un 25% de la gestora del fútbol, que cada año paga dividendos al club que, junto a las cuotas, crea su presupuesto para las secciones. Y eso le abre a vías de capitalización que un club tiene cerradas si no hace derrama. La Juventus ha conseguido 400 millones, el Atleti otros 120 millones y el Borussia Dortmund 86,5 millones más. Medidas de choque para competir y no quedarse atrás, como puede sucederle al Barça tras la losa que dejó la gestión de Bartomeu.

La difícil relación entre Barça y Nike

Es el socio más importante del Barça en cuanto a ingresos de una marca, y para Nike seguramente sea uno de los clubs que más vende. Pero la relación entre las dos partes hace tiempo que no pasa por su mejor momento, y no solo por los problemas de fabricación de hace unos meses o las críticas a algunos de los diseños. Antes de irse, la junta de Josep Maria Bartomeu no solo activó la maquinaria de la Superliga, sino también una ofensiva legal contra su proveedor técnico.

Son tres demandas que suman cerca de 50 millones de euros, entre los impagos por la venta de réplicas que no se declararon, penalizaciones que el club considera que no tienen justificación, y un posible caso de abuso de posición de dominio. En este caso, la junta de Joan Laporta ha decidido pisar el freno y buscar un pacto amistoso a todos estos frentes. No tendría sentido renunciar a una indemnización tan importante si tan evidente es la problemática, pero puede entenderse que la bronca judicial no sea la mejor manera de retener o mejorar las condiciones de uno de sus principales patrocinadores. Bastante trabajo hay con buscar alternativas para Rakuten y Beko en sus camisetas.