Europa no logra el milagro y la Ryder se queda en EEUU

No ha habido milagro en la última jornada y la Ryder Cup se ha quedado en EEUU. Al equipo de Europa solo le quedaba apelar a la épica después de llegar a la última jornada de la Ryder Cup ante Estados Unidos con una renta casi insalvable (11-5). Los norteamericanos, a los que les bastaban 3,5 puntos para recuperar la hegemonía, no se dejaron sorprender y recuperaron el cetro mundial en Whistling Straits, arrasando también en los duelos individuales (19-9).

Después de cuatros derrotas en las últimas cinco ediciones, EEUU se ha plantado sobre el césped de Wisconsin con ocho de jugadores en el 'top-10' y han demostrado un dominio apabullante. Rory McIlroy, tras una mala Ryder, dio el primer punto del día a Europa al imponerse a Xander Schauffele. "Me hubiera gustado dar más por el equipo. Ha sido un fin de semana muy duro", comentó con lágrimas en los ojos el norinlandés, consciente de que su reacción llegaba demasiado tarde.

Su mal fin de semana y buen último día era justo lo contrario que lo logrado por Sergio García y Jon Rahm. Los representantes españoles, los únicos que habían aportado en el bando europeo en los dos días anteriores, no han estado tan acertados en la jornada final. El golfista vasco, que había sido el mejor de su equipo de largo durante todo el fin de semana (aportando 3,5 puntos), no ha podido imponerse a Scottie Scheffler, que en los cuatro primeros hoyos se ha situado cuatro arriba, una renta que ya sería insalvable para Rahm.

Poco después Patrick Cantlay lograba el 13-6 tras no dar tampoco opción a Shane Lowry. El público local celebraba esa victoria con gritos de "USA, USA", conscientes de que estaban a punto de conseguir la primera victoria desde la obtenida en Minnesota en 2016.

Morikawa sentencia

DeChambeau se ha impuesto a Sergio García, que como Rahm siempre fue por detrás. El castellonense, el jugador que más puntos ha logrado en la historia de la Ryder, se marchó con tres. La victoria norteamericana estaba ya solo a un paso y la duda sería si sería Dustin Johnson o Collin Morikawa, tormentos europeos todo el fin de semana. Un honor que ha tenido el segundo, logrando el medio punto que quedaba tras firmar tablas ante el noruego Hovland. Morikawa, que a sus 24 años se impuso este año en su primera participación en el Open Británico, también hacía historia en su primera Ryder, en la que no ha perdido ni un partido.