Rodrygo da el triunfo al Madrid en el último suspiro y el Atlético pincha en casa

En el último suspiro, el Madrid, agarrado a los suplentes (Camavinga centró y Rodrygo marcó) se llevó el triunfo en Milán después de vivir agobiado, amparado en las manos y los pies de Courtois. No tuvo puntería el Inter y se acabó echando las manos a la cabeza cuando el partido agonizaba por esa jugada que le dio los tres puntos al equipo blanco.

El Atlético, en cambio, no supo encontrar el camino del gol y se quedó seco en su casa en el duelo con el Oporto (0-0), donde fue pitado Griezmann, tanto cuando se gritó su nombre por la megafonía y después cuando apareció en la segunda mitad.

Terminó la primera parte y el Madrid respiró aliviado en Milán. Sobrevivió el equipo blanco gracias a las manos y los pies de Courtois, un portero gigantesco que se hace inmenso bajo los palos. Todo lo que tocó fue decisivo, desde el despeje con el pie derecho al remate de Dzeko, tal si fuera un guardameta de balonmano, o el cabezazo, tímido todo hay que decirlo, de Lautaro que topó con el cuerpo del belga.

Los cambios de Ancelotti, que dio entrada a Rodrygo y Camavinga, cambiaron al gris Madrid para darle una valiosa victoria

El Madrid no entró en el partido. Y eso que Ancelotti modificó su estructura defensiva situando a Alaba en el eje formando pareja con Militao, desplazando al flanco izquierdo a Nacho, chico para todo. Le tocó jugar de lateral zurdo, justo en la banda donde tenía como compinche en ataque al festejado Vinicius. El problema es que el brasileño estuvo bien vigilado por el Inter. Y el peor problema para Nacho y, por supuesto, para el Madrid es que el delantero le dejaba solo incapaz de ayudarle en tares defensivas.

Pitos a Griezmann

Por la banda derecha detectó el Inter su camino hacia el área madridista, arrinconado como estaba a la sombra de Courtois. Hasta 14 remates, cuatro a puerta, los cuatro detenidos o despejados por el belga, retratan el asedio interista. Un asedio sin puntería ni contundencia porque le perdonó la vida al apocado Madrid de Ancelotti.

 Al Inter de Simone Inzaghi se le veía con energía y piernas, aunque después en la segunda parte se fue apagando. Poco a poco, se derretían los interistas. Mejoró el Madrid en la segunda mitad. Tampoco era difícil. Mejoró porque Vinicius fue profundo y venenoso. Pero necesitó, eso sí, el equipo de Ancelotti otra milagrosa parada de Courtois.

Pero dio la sensación de sentirse deprimido el campeón italiano por tanto error cometido en el disparo en los primeros 45 minutos. Ni rastro, además, de Hazard, que se pasó muchos minutos calentando cuando Camavinga apareció en el tramo final del encuentro para conectar con Rodrygo y firmar el 0-1 definitivo. En el Metropolitano no llegó el gol que pedía Simeone, quien comprobó que la afición colchonera silbó a Griezmann. En la primera noche del reencuentro, el público le hizo saber al exazulgrana que será difícil tener su cariño.