Cita en Barcelona

Gemma Triay y Alejandra Salazar, reinas del pádel

El Palau Sant Jordi vive su semana grande del pádel, que concluirá el domingo con las finales masculina y femenina. Por Barcelona pasarán los astros del deporte de moda, empezando por Gemma Triay, número uno del ránking, y su compañera Alejandra Salazar.

Gemma Triay y Alejandra Salazar celebran su triunfo en Cerdeña junto a su entrenador Rodrigo Ovide.

Gemma Triay y Alejandra Salazar celebran su triunfo en Cerdeña junto a su entrenador Rodrigo Ovide. / WPT

Raúl Paniagua

Raúl Paniagua

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ha llegado la gran semana, la cita que esperan todos los amantes del pádel, el segundo deporte con más practicantes (cuatro millones de personas) en España, solo por detrás del fútbol. Las rondas previas ya han comenzado en el BPI de Barberà, que cederá el testigo al Palau Sant Jordi. Allí se reunirán las mejores palas del planeta, empezando por Gemma Triay, la actual número uno del mundo, y Alejandra Salazar, campeonas el pasado fin de semana en Italia. 

Después de vivir ocho años en Barcelona, para Gemma (Mahón, 29 años) siempre es especial jugar en el Sant Jordi, donde se coronó el pasado octubre en el Máster junto a Lucía Sainz. «Me mudé a Madrid, pero me encanta Barcelona. Tengo muchos amigos allí y siempre es especial competir en el Sant Jordi», cuenta la talentosa menorquina en una charla con EL PERIÓDICO.

Gemma Triay, en primer plano, con Alejandra Salazar al fondo, en el último torneo que ganaron en Cerdeña.

Gemma Triay, en primer plano, con Alejandra Salazar al fondo, en el último torneo que ganaron en Cerdeña. / WPT

Triay encabeza la lista mundial con 13.080 puntos. «No siento ninguna presión por ser la número uno. Me da igual. Lo importante es acabar bien la temporada», asegura tras conquistar los títulos de Cerdeña, Málaga (agosto), Valladolid (junio) y Alicante (abril). 

El récord de 2019

La última victoria en Italia contra Ariana Sánchez y Paula Josemaría, que también suman cuatro títulos, supuso un subidón anímico en un año muy equilibrado en el circuito femenino. «Venimos con muy buenas sensaciones. El Sant Jordi es como mi segunda casa. Las dos pistas son preciosas. Es el mejor escenario para mantener la racha».

A su lado, Alejandra Salazar (Madrid, 35 años) coincide. Ella, además, vivió a lo grande el fin de semana del 21 y 22 de diciembre de 2019, cuando se batió el récord de asistencia en un partido de pádel con casi 10.000 personas en el Sant Jordi.

Ale conquistó el título junto a su compañera de entonces, Ari Sánchez, en una épica final contra las Martas, Marrero y Ortega ( 7-5, 3-6 y 7-6). «Fue una pasada, jamás olvidaré aquel día. Para mí Barcelona también es como una segunda casa. Soy miembro del equipo del Polo y me encanta jugar aquí», rememora la madrileña. 

El factor psicológico

Salazar cuenta con un imán especial para aferrarse a lo más alto del ránking. Además de brillar con Gemma, alcanzó el número uno con sus anteriores parejas (Ari Sánchez, Marta Marrero e Iciar Montes). «Me gusta el reto de adaptarme a nuevas compañeras. Soy una persona fácil que disfruta de todo», afirma la estrella.

"Muchos partidos se deciden por la cabeza, por la mente, por la comunicación. Tenemos una psicóloga para entendernos mejor. Es un punto extra"

— Alejandra Salazar

En este sentido, adquiere especial relevancia el factor psicológico. La convivencia no siempre es fácil. Hay altibajos y es importante superarlos. «Somos humanos, tenemos nuestras vidas. A veces te sientes más vulnerable. A este nivel, todos y todas somos buenos, pero muchos partidos se deciden por la cabeza, por la mente, por la comunicación. Por eso tenemos una psicóloga para entendernos y ayudarnos mejor. Es un punto extra», remarca Alejandra. Su entrenamiento se complementa con tres horas diarias de físico y técnica, sesiones de fisioterapia, vídeo y una cuidadísima nutrición. 

Gemma Triay (derecha) celebra un triunfo junto a su compañera Alejandra Salazar.

Gemma Triay (derecha) celebra un triunfo junto a su compañera Alejandra Salazar. / WPT

Al echar la vista atrás, ambas recuerdan sus distintos inicios. A Gemma se le encendió la luz del pádel a los 20 años, cuando estaba de Erasmus en Francia. Llevaba dos años sin jugar a tenis, pidió una pala por wallapop y le llegó a Menorca en Navidades. Ahí empezó su historia. La de Ale se inició a los 8 añitos. «Mi madre jugaba en la Casa de Campo de Madrid con sus amigas. Yo era muy curiosa. Recuerdo que decía 'quiero jugar mamá, no quiero verte'. Fui de las primeras, cuando empecé había torneos con solo tres o cuatro parejas».

"El primer día que juegas a pádel ya te lo pasas bien y evolucionas rápidamente. Es increíble la cantidad de mujeres que no hacían deporte y ahora se lo pasan en grande"

— Gemma Triay

La desigualdad con los hombres

Ahora, el pádel triunfa cada vez en más países y es el deporte de moda en España. Las niñas se fijan en ellas. En sus golpes, en sus movimientos, en sus celebraciones. «Les diría que jueguen sueltas, que disfruten, que no sientan presión ni ansiendad», apunta Alejandra. «El primer día que juegas ya te lo pasas bien y evolucionas rápidamente. Es increíble la cantidad de mujeres que no hacían deporte y ahora se lo pasan en grande con el pádel», añade Gemma. 

Ambas triunfan en el circuito femenino, pero lamentan la desigualdad con los hombres. «Queda mucho camino por recorrer, para qué nos vamos a engañar. Estamos muy lejos de ellos. Deberían igualarse los premios», concluyen.