LA VUELTA DESDE EL SOFÁ

¡Pero, se puede saber a dónde iba Roglic!

El líder de la Vuelta, que ya no lo es aunque continúa como principal favorito, estuvo a punto de perderlo todo al querer protagonizar una absurda machada

"Sabíamos que la bajada de Almáchar era peligrosísima, por eso no nos preocupamos cuando Primoz intentó escaparse", comenta Enric Mas, astuto y listo

Caída de Roglic bajando el puerto de Almáchar

Caída de Roglic bajando el puerto de Almáchar

Emilio Pérez de Rozas

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“Lo habíamos comentado al salir, ¡ojito! con la bajada, ¡ojito! porque, el que se le juegue, se puede llevar un susto”. El mallorquín Enric Mas comentaba, en meta, hoy mismo, sereno, satisfecho, orgulloso, relajado, bueno, bueno, no tanto, por haber sobrevivido a una caída, idéntica y/o parecida a la que sufrió su maestro Alejandro Valverde o, por qué no decirlo, sí, sí, hay que decirlo, a la que ha sufrido, hoy, hace un ratito, el que era líder y ya no lo es de esta vuelta, el esloveno Primoz Roglic, a quien ni su director, ni sus compañeros, ni sus mecánicos, ni sus amigos, ni ninguno de los enteradillos del equipo Jumbo, que los debe haber, le advirtió, como habían advertido en el seno del Movistar al bueno del mallorquín Mas, que hoy, en el descenso del muro de Almáchar, de la pared de Almáchar, no se podían hacer tonterías y su perder la Vuelta y, quien sabe, si algo más.

¿A dónde iba Roglic?

¿Qué pretendía Roglic con su tremendo apretón, furioso ataque, galopada a dos kilómetros de la cima? ¿Quería demostrar, cuando aún resta más de media Vuelta, que es el mejor de todos? ¿Tiene miedo de la pareja de Movistar, Mas y Miguel Ángel López Superman y cree que aún necesita más ventaja para ganar esta Vuelta? ¿O, simplemente, quería hacerse el machote y sacar pecho? Puede, sí, claro (“la verdad es que nos ha cogido a todos descolocados”, reconoció Mas), el ataque de Roglic los dejó a todos atónitos.

Pero, fijo, seguro, que Mas le dijo a Superman, que hoy le ha ayudado mucho, mucho, a conservar sus posibilidades de victoria en esta Vuelta, que mantuviese la calma. “Tranquilo, ‘Superman’, tranquilo, que la bajada es temible. Si quiere, que se la juegue él, que se la juegue”, fue, sin duda, el consejo de Mas a su ángel de la guarda mientras no dejaban de apretar los dientes subiendo para que el esloveno no se distanciase demasiado.

Y, sí, claro, ocurrió lo que habían pronosticado en el autobús de los sabios de Movistar: el descenso de Almáchar tenía trampa. Y Roglic salvó su físico, quien sabe si la vida (él y su bicicleta quedaron a centímetros del guardarail) y, desde luego, las posibilidades de ganar la Vuelta. Derrapó en una curva rápida y larga de derecha, se fue al suelo, se destrozó el culo de su pantalón, se levantó y, ya cuando volvió a correr, y mucho, lo hacía en compañía de aquellos a los que había querido humillar o, como poco, asustar, distanciar.

Pudo perderlo todo

La pregunta sigue en el aire: ¿qué pretendía hacer alguien que tiene la Vuelta controlada con esa demostración de poder que por poco le cuesta la carrera o, como poco, pasar por el quirófano? Roglic, con menos equipo de INEOS o Movistar, fue demasiado chulito y, al margen de que le costó el liderato, el maillot rojo, que eso poco le importa, demostró un nerviosismo que ha podido animar al dúo de rivales de Movistar, que, ahora, sí pueden verle vulnerable.

“Yo lo tenía clarísimo, no me importaba demasiado que Primoz bajase a esa velocidad, pues yo iba cuadrado sobre la bici con mucho respeto y mucha precaución, pues nos habían dicho y sabíamos que era una bajada temible”, insistió Mas ante el micrófono de Quique Iglesias, de la COPE. “Hemos salvado el día, hemos distanciado con medio minuto más a los INEOS y, con Miguel Ángel (López Superman), seguimos haciendo un gran trabajo. Hay que seguir así”.

Y esperar que Roglic, difícil ya que vuelva a equivocarse, siga queriendo ser el más chulito de la serpiente multicolor.