HALTEROFILIA

Eliminada Laurel Hubbard, la primera deportista transgénero en unos Juegos

La neozelandesa se despide de la cita de Tokio tras fallar en sus tres intentos en categoría de más de 87 kilos

«El deporte es para todos, es inclusivo», asegura la neozelandesa, de 43 años, tras su histórica y polémica presencia en la prueba de halterofilia

Laurel Hubbard.

Laurel Hubbard. / EFE / MIGUEL GUTIÉRREZ

Roger Pascual

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La neozelandesa Laurel Hubbard se ha convertido, a sus 43 años, en la primera deportista transgénero en disputar unos Juegos Olímpicos. Ha participado en halterofilia en la categoría de más de 87 kilos, de la que se ha despedido tras fallar su tres intentos de levantar 120 y 125 kilos.

"Desde el punto de vista deportivo no he cumplido con los estándares que me había impuesto y tampoco los que esperaba de mí mi país", reconoció. "Sin embargo he de estar agradecida a mis seguidores en Nueva Zelanda por todo el amor y el aliento que me han dado". Sin entrar en el debate que había creado su presencia "no soy del todo ajena a la polémica que rodea a mi participación en estos Juegos", evitó entrar en el tema y prefirió ensalzar al Comité Olímpico Internacional "por su compromiso en demostrar que el deporte es para todos, es inclusivo y esto es fabuloso".

Hasta los 34 años, Hubbard se llamaba Gavin. Era el hijo del exalcalde de Auckland City y había participado hasta los 23 en competiciones masculinos de halterofilia. En 2012 empezó una terapia hormonal que le permitió disputar en 2017, 16 años después, en un torneo, aunque esta vez femenino. "No estoy aquí para cambiar el mundo", dijo Hubbard entonces. "Solo quiero ser yo y hacer lo que hago".

Un año después se convirtió en la primera deportista transgénero en competir en unos Juegos de la Commonwealth. La Federación Australiana de Halterofilia intentó impedir entonces su participación, considerando que su musculatura y su fuerza (desarrolladas cuando era un hombre) le daban una ventaja física más allá de su nivel de testosterona. Una queja que no prosperó.

La Federación Internacional de Halterofilia exige que el nivel de testosterona esté por debajo de 10 nanomoles por litro durante un periodo de, al menos, 12 meses. El mismo criterio que defiende el COI que, desde su cambio de reglamente en 2015, señala también que para competir como mujer hay que declararse como tal y no es necesario operarse quirúrgicamente.

Nuevo reglamento del COI

"En ese momento se establecieron los 10 nanomoles por litro porque pensamos que era el nivel más bajo para los hombres. Ahora sabemos que bajan a siete", reconoció Richard Budgett. El director médico y científico del COI admitió el pasado fin de semana que sus pautas actuales para los atletas transgénero no son adecuadas para su propósito, y anunció que planea lanzar una nueva en los próximos dos meses.

"Todo el mundo está de acuerdo en que las mujeres transexuales son mujeres. Pero es una cuestión de elegibilidad para el deporte, y para determinados eventos, y realmente tiene que ser muy específica para el deporte", comentó Budgett. "Hay un gran desacuerdo en todo el mundo del deporte y fuera de él sobre esta cuestión de la elegibilidad". No solo porque hay estudios que el nivel de testosterona en hombres puede bajar hasta siete nanomoles, sino porque otras investigaciones señalan que los que hayan pasado la pubertad masculina antes de la transición mantienen ventajas significativas incluso tras los tratamientos para bajar la testosterona.

Solo espero que haya mayor discusión entre los actores implicados, los atletas, los científicos e incluyendo por supuesto a las propias personas transgénero. Me gustaría una explicación más científica para saber qué es completamente justo", argumentó este lunes la belga Anna Van Bellinghen, que hace unos meses tildó la presencia en los Juegos de Hubbard de "broma de mal gusto".

"Creo que a nadie, por una medalla olímpica, le gustaría cambiarse de sexo", sentenció Lydia Valentín, triple medallista olímpica, que se tuvo que retirar en la prueba de menos de 87 kilos por problemas en la cadera.