UN DESENLACE SORPRENDENTE

El italiano Tamberi y el catarí Barshim pactan compartir el oro en salto de altura tras empatar a todo en Tokio-2021

El saltador italiano y el catarí empataron a todo en el concurso de altura y el juez les planteó una disyuntiva: repartir dos oros o disputar un desempate

Barshim y Tamberi (con su yeso fetiche) tras compartir el oro en altura.

Barshim y Tamberi (con su yeso fetiche) tras compartir el oro en altura. / Europa Press / Alfredo Falcone

José María Expósito

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El lema de los Juegos Olímpicos, 'Citius, altius, fortius (más rápido, más alto, más fuerte)', saltó por los aires este domingo en el estadio olímpico de Tokio. Y es que, durante la final de salto de altura, el italiano Gianmarco Tamberi y el catarí Mutaz Essa Barshim renunciaron lo de 'altius'. Empatados a todo tras no poder superar los 2,39 metros, se vieron ante una disyuntiva: disputar un desempate o compartir el oro. Y no lo dudaron. Un abrazo que queda para la historia del olimpismo selló la decisión. Estarán igual de alto en el podio, en lo más alto, algo inédito desde que los estadounidenses Edward Cooke y Alfred Gilbert compartieron el oro en los Juegos de Londres de 1908, hace 113 años.

Tamberi y Barshim calcaron sus respectivos concursos. Los dos franquearon todas las alturas hasta los 2,37 y no fueron capaces de superar los 2,39. Como quiera que llegaron hasta esa altura sin ningún error que sirviera de desempate, un juez se acercó a ambos y les explicó la situación. "Pueden seguir compitiendo o compartir el oro", les expuso. "Si no, ¿el oro es para los dos?", respondió Barshim, algo incrédulo. No había mucho más que decir. No tenía ningún sentido poner en riesgo un oro que ya tenían en el bolsillo yendo a un desempate en el que en el fondo ninguno tenía nada que ganar, más allá de aparecer en solitario en la fotografía del podio. Ni hablar de 'biscotto', porque nadie salía perjudicado por esa decisión. Estrecharon las manos y dejaron así vacío el segundo escalón del podio.

El llanto y los calcetines

Barshim, de 30 años y nacido en Doha, completó una colección en la que ya lucían el bronce de Londres-2012 y la plata en Rio-2016. El saltador catarí, que ha atravesado problemas físicos últimamente, acudió a la grada a celebrar el título con su equipo de forma comedida. Tamberi estrenaba su palmarés olímpico, y su celebración estuvo a la altura del momento. No es el italiano un atleta que pase desapercibido. En otras citas participó con el pelo teñido de colores, y esta vez su más recatado moño lo acompañó con unos calcetines en los que aparecía su propia cara (y su moño).

La celebración tras el oro 'pactado' estuvo a la altura de la situación y del personaje. Tamberi, de 29 años, rompió a llorar desconsolado y estuvo revolcándose durante varios minutos por la pista. Todavía andaba por ahí durante la carrera de los 100 metros, y envuelto en una bandera tricolor recibió al velocista Lamont Jacobs en plena deceleración tras proclamarse por sorpresa campeón olímpico del hectómetro, en unos minutos históricos para el deporte italiano.

Un yeso fetiche

También ha llamado la atención durante estos Juegos un yeso que Tamberi deja en la pista mientras ejecuta sus saltos, con la inscripción "Road to Tokio 2020", con el año tachado y sustituido por un 2021. El saltador italiano sufrió una lesión de ligamentos que le privó de participar en los Juegos de Río cuando atravesaba su mejor momento (acababa de ser campeón mundial en pista cubierta y de Europa al aire libre). Lejos de hundirse, se prometió trabajar durante cuatro años (al final han sido cinco) para estar a su mejor nivel en Tokio y el esfuerzo le ha premiado con un oro olímpico.

El bielorruso Maksim Nedasekau, que también llegó hasta los 2,39, sin éxito, se quedó fuera del pacto por haber derribado el listón dos veces (2,19 y 2,35) y se tuvo que conformar con el bronce y con aparecer en el que será uno de los podios más recordados de Tokio-2020.