Tokio 2021: la montaña rusa de Trayvon Bromell

Una montaña rusa. Así parece ser la vida y la carrera profesional de Trayvon Bromell criado en San Petesburgo, Florida, un barrio acosado por la violencia y las bandas criminales, "lo que me hizo un hombre y me enseñó a resistir cualquier tormenta", afirma el esprinter estadounidense, el principal favorito para hacerse este domingo (14.50 horas) con el título en los 100 metros, la distancia que proclama al hombre más rápido del mundo. Esta vez, el título tiene un valor añadido: suceder a Usain Bolt en lo alto del podio olímpico.

Solo en el podio, porque sustituir o simplemente emular al 'Rayo' y su empático despliegue de recursos fuera y dentro de la pista parece una misión imposible. Bolt, único e irrepetible,  "una broma de la evolución", tal y como lo ha descrito un fisiólogo italiano, ha iluminado un deporte plagado de personajes que ha sabido pelear lo suyo para salir de callejones muy oscuros.

Una carrera diferente

El jamaicano desarrolló toda su carrera profesional entrenando en su pequeña isla, junto a su familia, sus compañeros y su entrenador de siempre. Poco que ver con la agitada vida de Bromell, uno de los atletas que optan a ocupar su trono.

Bromell, de 26 años, ya era un fenómeno a los 19, cuando se convirtió en el primer júnior en bajar de los 10 segundos en los 100 metros. Entonces fue señalado y seguido como posible sucesor natural, quizás incluso rival,  de Bolt: esa temporada (2014) había bajado de los diez segundos nada menos que en 7 ocasiones. Y a la siguiente, libre de molestias aún,  lograba el bronce en el Mundial de Pekín, con Bolt, como no, en lo más alto. 

El primer título

En el invierno de 2016, el velocista criado en las calles de San Petesburgo, ganaba el Mundial de pista cubierta en Portland, demostrando que su puesta en acción, en una carrera de 60 metros, superaba a la del astro jamaicano, aunque al atleta de 1,75 de estatura le faltaba el remate final, tan característico de atletas largos como Carl Lewis o Bolt. 

A partir de ahí su meteórica carrera languideció por culpa de las lesiones: llegó a los Juegos de Río como pudo y a duras penas se metió en la final que acabó en última posición. Bolt volvía a ganar y Bromell entraba en un callejón que parecía no tener salida.

Dos cirugías

El atleta al que su padre impedía hacer deporte, soportó con paciencia los tres años de parón y dos cirugías en el talón entre 2016 y 2019. Su recuperación resultó más costosa de lo normal. Antes de entrar a formar parte del Lightning Bolt Track Club con 14 años, Bromell se había roto las dos rodillas y un brazo intentando sobrevivir en su barrio. Cuando todo parecía que iba sobre ruedas, Bromell volvió a desencajarse el talón y a pasar por el quirófano en 2019. 

Esta vez decidió probar otro método de recuperación más exitoso al integrarse en el grupo de Rana Reider en Jacksonville, con Omar Mcleod  y el canadiense André de Grasse, también candidato a estar en la final de mañana junto a Bromell. Todo ello si superan el paso previo por la eliminatoria de 100 metros programada para este sábado a las 12.45. 

La decisión

Reider optó por prohibir  a Bromell que se probase en pista durante meses y sometió a su nuevo pupilo a largas sesiones de fortalecimiento, única y exclusivamente. La eterna promesa lograba volver a ser competitivo en medio de la pandemia a base de extenuantes ejercicios de fuerza. Su éxito en los 'trials' disputados en el Hayward Field de Eugene (primero con 9.77 segundos), superando a Keny Bednarek, Noah Lyles y al veteranísimo Justin Gatlin, entre otros, le sitúan virtualmente en el lugar del podio que ocupó el 'Rayo' en los Juegos de Pekín, Londres y Río. Y con posibilidades de anotarse un segundo oro formando parte del cuarteto estadounidense en el relevo 4x100, ajusticiado por la Jamaica de  Bolt en la capital basileña.