Sorpresa en Tokio

El gran batacazo de Djokovic

"Ha sido un día terrible, muy duro", asegura el tenista serbio tras su derrota ante Zverev en las semifinales de los Juegos Olímpicos.

Desplome olímpico de Djokovic

Desplome olímpico de Djokovic / DPA vía Europa Press

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“Me siento fatal ahora mismo. Ha sido muy duro. La sensación que tengo ahora mismo es terrible. Pero esto es deporte. Espero estar mejor mañana y dar al menos una medalla a Serbia”, decía Novak Djokovic tras la bofetada encajada después de que Alexander Zverev le apartara de la final olímpica, el objetivo y el reto por el que había venido a los Juegos de Tokio.  

“La presión es un privilegio para mí, se como manejarla” había respondido unos días antes Novak Djokovic a la gimnasta estadounidense Simone Biles, campeona olímpica, que se retiró deTokio agobiada por la presión mediática. El número 1 mundial se sentía fuerte y seguro para manejar esa ansiedad y lo había demostrado en los cuatro partidos anteriores hasta llegar a las semifinales.

Máquina encasquillada

Y parecía que también controlaba la situación cuando dominaba a Alexander Zverev por 6-1, 3-2 y saque en su poder para encarrilar el camino a la final olímpica. Pero tras 67 minutos de exhibición, inesperadamente, la máquina perfecta se encasquilló. El tenista serbio perdió su saque en blanco y cuatro juegos seguidos para ceder el primer set del torneo. 

Parecía un pequeño lapsus, pero no mejoró en el inicio del segundo donde volvió a perder el servicio y dejó escapar después cuatro ‘break points’ para igualar 1-1. Su grito colérico hacia su palco ponía en evidencia que no manejaba la presión tan bien como había presumido. 

Desde la ventaja de 3-2 en el primer set, Djokovic cedió ocho juegos seguidos a un Zverev que se colocaba con 4-0 y que ya no dejó escapar esa ventaja. El alemán solo cedió un juego más antes de abrazarse a Djokovic en la red y decirle que era “el tenista más grande de todos los tiempos”.

Bloquedo por la presión

Un consuelo que no evitó la decepción de Djokovic. “No supe qué hacer, mi tenis se vino abajo”, decía. Se bloqueó por esa presión que decía tener controlada. 

Zverev lo aprovechó. El alemán puso fin a una racha 22 victorias consecutivas y le impedía optar esa medalla de oro y el soñado ‘Golden Slam’ si, en septiembre, el número 1 mundial conquista el Abierto de Estados Unidos el último que falta este año a su colección tras Australia, Roland Garros y Wimbledon.

Las dudas del futuro

Zverev se comió la guinda del pastel que quería Djokovic. Ahora queda por ver qué supondrá esta dura derrota de cara a sus aspiraciones de ganar el Grand Slam es una misma temporada. El objetivo real del número 1 en busca de superar el récord de 20 grandes que comparte con Rafael Nadal y Roger Federer.

En Tokio Djokovic ya solo puede aspirar a ganar la medalla de bronce olímpico que ya tiene desde los Juegos de Pekín 2008, además de otro bronce en el doble mixto junto a Nina Stojanovic. Poco premio para un campeón que llegó a Tokio hambriento de gloria.