Los Juegos de Tokio

Craviotto y Belmonte, con la ilusión por bandera

“Ser abanderado es la cúspide. En estas últimas horas sientes una mezcla de alegría y nervios”, dice el palista

“Es un orgullo ser la tercera mujer en la historia de los Juegos de verano en llevar la bandera ”, asegura la nadadora

Craviotto Belmonte

Craviotto Belmonte / COE

Luis Mendiola

Luis Mendiola

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un signo de los nuevos tiempos que corren en el olimpismo podrá apreciarse en la ceremonia inaugural de Tokio. En un paso más por afianzar la paridad de género, el COI lanzó la idea de que fueran un deportista masculino y otro femenino los portadores de la bandera y los Comités Nacionales recogieron el guante con rapidez.

No era fácil escoger a las personas que tomarían el relevo de Rafa Nadal, el abanderado en los Juegos de Río. Fue por votación de su junta directiva como se escogió al piragüista Saúl Craviotto y a la nadadora Mireia Belmonte. “Ser abanderado es la cúspide, es llegar a la cima del olimpismo. Y algo muy bonito el poder representar a tu país. En estas últimas horas sientes una mezcla de alegría y nervios. Yo estoy deseando vivir ese momento y va a ser el momento más bonito de mi carrera deportiva”, explicó Craviotto este jueves en las horas previas. Belmonte revindica, además, su condición de mujer. “Es un orgullo, aún más siendo la tercera mujer en toda la historia de los Juegos de verano que lleve esta bandera”, señala la nadadora badalonesa.

Los méritos de ambos son enormes. El piragüista leridano, de 36 años, cuenta con cuatro medallas olímpicas (dos oros, en Pekín 2008 y en Río 2016, una plata en Londres 2012 y un bronce en Río) y la posibilidad, al alcance de sus dedos, de igualar las cinco medallas de David Cal, como el deportista español más laureado en unos Juegos, o incluso superarlas si, finalmente, se inscribe en la prueba individual.

Reto asumible

Las posibilidades de Craviotto son altas. La medalla que atacará el día 7 de agosto con el K4, junto a Carlos Arévalo, Rodrigo Germade y Marcus Cooper, se da por hecha porque este embarcación no se ha bajado del podido en todo el ciclo olímpico, y la victoria frente a Alemania, seguramente su máximo rival, en la Copa del Mundo disputada el pasado mayo, demuestra que están en el camino correcto. “Fue una gran victoria pero hay que poner los pies en el suelo. De nada sirve ganar allí y luego sale mal”, aclara el palista español, que está concentrado en Kyotango, una cidad a 800 kilómetros de la capital, Tokio, lo que le obligará a un duro viaje de ida y vuelta para cumplir con su papel de abanderado, aunque por suerte no competirá hasta la segunda semana.

También el palmarés de Mireia Belmonte, 30 años, es deslumbrante. Sus cuatro medallas (plata en 200 mariposa y 800 libre en Londres 2012 y oro en 200 mariposa y bronce en 400 estilos en Río), la convierten en una de las mejores deportistas del deporte español. Pero su reto de buscar una quinta medalla en Tokio será mucho más complicado. Las lesiones la han perseguido en los dos últimos años y la han obligado a abandonar en muchas de las competiciones internacionales, como el último Europeo de Budapest. En la capital japonesa no podrá defender, por ejemplo, el oro de los 200 mariposa, su prueba reina.

La nadadora badalonesa logró plaza en las dos pruebas de fondo; los 800 y los 1.500 metros, que ya se disputaba en los Mundiales pero se estrena en el calendario olímpico, dos pruebas que domina de forma tiránica la nueva reina de la natación, Katie Ledecky. De hecho, su última gran competición se remonta al Mundial de Gwanju en el 2019, donde ya disputó esas dos pruebas. Ese será también su objetivo en Tokio, donde ya se pondrá en marcha este domingo con las eliminatorias de los 400 estilos, apenas 24 horas después de participar en la ceremonia inaugural. “Habrá que intentar estar el mínimo tiempo posible para estar bien al día siguiente”, admite, que tiene poca información de la ceremonia, aunque sabe que Craviotto y él compartirán una bandera. “Estoy esperándolo con mucha ilusión, porque aunque no haya gente y sea una ceremonia diferente, va a ser muy especial”.

El caso de Belmonte y Craviotto no será el único.  Las grandes delegaciones han apostado por los dos abanderados. Tokio será un punto de inflexión en la historia. Japón, EEUU, Australia o Francia son algunos de los países que han optado por designar dos atletas para la ceremonia. La jugadora de baloncesto Sue Bird y el beisbolista Eddie Álvarez llevarán la bandera de EEUU. La nadadora Cate Campbell y el jugador de baloncesto, Patty Mills, la de Australia; la judoka Clarisse Agbegnenoa y el gimnasta Samir Ait Said, la de Francia; y la luchadora Yui Susaki y el jugador de la NBA, Rui Hachimura, los del país anfitrión, Japón, que cerrará el desfile.

Abanderados de España en los Juegos de verano

Amberes 1920: Javier Bartrina Costa (médico y secretario del COE), aunque el COE le atribuye el puesto a Mariano Arrate Esnaola (fútbol), que en realidad era el que portaba el cartel de España en la inauguración.

París 1924: Félix Mendizábal (atletismo).

Amsterdam 1928: Diego Ordóñez (atletismo)

Londres 1948: Fabián Vicente del Valle (boxeo)

Helsinki 1952: Luis Omedes (remo)

Roma 1960: Jaime Belenguer (gimnasia)

Tokio 1964: Eduardo Dualde (hockey)

México 1968: Gonzalo Fernández de Córdoba (vela)

Múnich 1972: Francisco Fernández Ochoa (esquí)

Montreal 1976: Enrique Rodríguez Cal (boxeo)

Moscú 1980: Herminio Menéndez (piragüismo)

Los Angeles 1984: Alejandro Abascal (vela)

Seúl 1988: Cristina de Borbón (vela)

Barcelona 1992: Felipe de Borbón (vela)

Atlanta 1996: Luis Doreste (vela)

Sydney 2000: Manuel Estiarte (waterpolo)

Atenas 2004: Isabel Fernández (judo)

Pekín 2008: David Cal (piragüismo)

Londres 2012: Pau Gasol (baloncesto)

Río 2016: Rafael Nadal (tenis)