Torneo con polémica

Comienza la Copa América en un Brasil diezmado por la pandemia

Con protestas entre los jugadores brasileños, el torneo con fuertes medidas sanitarias, se disputará en cuatro ciudades.

Leo Messi lidera a una selección argentina que no gana la competición desde 1993.

Leo Messi

Leo Messi / AFA

Abel Gilbert

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Brasil y Venezuela inician este domingo la Copa América más controvertida de su historia reciente. Los anfitriones se encuentran azotados por el covid-19. El torneo continental estaba en manos de Colombia y Argentina. El primer país abandonó la organización por el estallido social. Los argentinos hicieron lo mismo ante los efectos de una pandemia que mató a más de 84.000 personas. Ni los más de 483.000 fallecimientos o el peligro de un colapso hospitalario en algunas ciudades supusieron un obstáculo para que los brasileños se hicieran cargo de la competición. El Gobierno de ultraderecha le vio una utilidad política en momentos que la figura del presidente Jair Bolsonaro atraviesa previsibles tormentas: el Congreso investiga su responsabilidad en la crisis sanitaria.

El Supremo Tribunal Federal (STF) le dio la bendición a los partidos. La sesión extraordinaria se hizo de forma remota, para velar por la salud de los ministros. Los jugadores de la selección verde y amarilla no se sintieron tan protegidos y estuvieron a punto de dar el portazo. El conjunto que lideran Neymar y Casemiro terminó por aceptar su papel. "Somos trabajadores, profesionales del fútbol. Tenemos una misión que cumplir con la histórica camiseta verde y amarilla, pentacampeona del mundo. Estamos en contra de la organización de la Copa América, pero nunca le diremos que no a la selección brasileña". A su vez explicaron que "por diversas razones, tanto "humanitarias como profesionales", se encuentran "insatisfechos" con la conducción el papel que desempeña la federación sudamericana de fútbol, la insólita Conmebol. "Todos los datos recientes nos llevan a creer que es un proceso inadecuado para su realización", remarcaron.

Extremas medidas

La Conmebol considera que el negocio del fútbol y la protección de los protagonistas no son objetivos contradictorios a pesar de la amenaza del virus. Y por eso, se ha propuesto "minimizar los riesgos de contagio a un nivel médico aceptable". Por lo tanto, durante los partidos, los jugadores no pueden escupir, sonarse la nariz, ni besar la pelota. Tampoco podrán intercambiarse camisetas o cualquier otro elemento. Antes de cada partido se tomará la temperatura a todos los integrantes de las delegaciones. "En casos graves, los equipos serán objetivamente responsables del comportamiento de sus jugadores y oficiales y estarán expuestos a sanciones".

Un día antes de cada encuentro, los planteles de cada selección deben presentar una prueba PCR negativa, realizada en las 48 horas anteriores. Las delegaciones no podrán abandonar los autobuses. Menos, los hoteles. Serán sometidas a controles diarios. Los entrenamientos se llevarán a cabo bajo estrictos protocolos. Y, por supuesto, es "altamente recomendable" que los jugadores estén vacunados. La federación distribuyó el inmunizante chino Coronavac entre las diversas delegaciones.

El celo sanitario de la Conmebol no ha impedido que importantes patrocinadores abandonaran el campeonato, entre ellos Mastercard, la multinacional de la cerveza Ambev y Diageo, la empresa dueña del whisky Johnnie Walker, el vodka Smirnoff y el gin Tanqueray.

Brasil favorito

Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela se darán cita en cuatro ciudades, donde se disputarán 28 partidos. Uruguay es la selección que más veces ganó la Copa América: en 15 oportunidades, una más que Argentina. Brasil solo la ha obtenido nueve veces, con el detalle de que cada vez que la organizó, dio la vuelta olímpica. Además, ahora, es la selección más poderosa.

Leo Messi debuta con la selección celeste y blanca el próximo lunes y ante Chile. El astro del Barcelona se quedó dos veces sin la Copa en la definición por penaltis contra esa misma selección. Tanta ha sido la frustración personal que, tras el segundo intento, en 2016, renunció temporalmente al equipo. A los 33 años, asume quizá su última oportunidad de ganarla. Lidera un equipo joven y completamente renovado en el que sus compañeros de siempre, Kun Agüero y Ángel Di María, se sientan en el banquillo de suplentes.

Messi no deja de repetir que es un equipo en formación. Se lo nota contento con sus nuevos compañeros. Argentina no gana el torneo desde 1993. El mejor jugador del mundo está seis goles detrás de Pelé como máximo goleador de selecciones sudamericanas: ya lleva anotadas 72 dianas. La 'Pulga' es el máximo artillero de la albiceleste en partidos oficiales: acaba de superar los 56 de Gabriel Batistuta. Es el jugador con más triunfos de la historia de Argentina: 85.