LOS PROTAGONISTAS DE LA FINAL

De Bruyne y Kanté, símbolos antagónicos de la final de la Champions

Dos centrocampistas, el creativo belga del City y el correcaminos francés, son los emblemas de los dos aspirantes ingleses al trono continental

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Roger Pascual
Raúl Paniagua
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Kevin De Bruyne y Ngolo Kanté son los símbolos de los dos aspirantes ingleses al trono continental. Mientras el mago belga del City traslada al césped la apuesta de Pep Guardiola por el fútbol de toque, el correcaminos francés refleja mejor que nadie la intensidad de un Chelsea que aplastó por KO físico al Madrid.

Kevin De Bruyne

Kevin De Bruyne / GETTY IMAGES

La joya que ‘Mou’ despreció

Despreciado por el Chelsea y por Mourinho, De Bruyne ha tenido en el Manchester City y Pep Guardiola la familia de acogida que necesitaba para florecer. El técnico portugués ninguneó en Londres a un jugador al que se refería como un «llorón» y un «niño molesto». No le dio bola y en una reunión con el resto de centrocampistas (Juan Mata, Eden Hazard, Willian, Oscar y Andre Schürrle) le afeó su poca producción: un gol y ninguna asistencia. Una humillación que convenció a ese joven de 23 años, al que Roman Abramovich fichó tras deslumbrar en el Werder Bremen, que debía salir de Stamford Bridge.

Este año lleva 10 goles y 18 asistencias, aunque su incidencia en el juego va mucho más allá de los números. Guardiola apostó por él como su Messi y este pelirrojo no le ha defraudado. 

Como Pep, en sus inicios tenía un físico frágil y tuvo que suplirlo en las categorías inferiores a base de técnica y colocación. En su formación en Genk vivió una familia de acogida hasta que su madre le dijo entre lágrimas que esa familia no le quería. «¿Por qué?», le preguntó a su progenitora. «Porque eres como eres».

Pero ni ese rechazo ni el de Mou le hicieron dejar de ser como era. Explotó en el Wolfsburgo y Guardiola, que le había sufrido en la Bundesliga, ha sabido sacar todo el potencia que anidaba en el interior: visión de juego (especialmente del último pase), llegada y personalidad. «Después de Messi, viene De Bruyne», dijo el técnico catalán que, tras ver como el argentino le guiaba a sus dos primeras Champions, espera que el belga le conduzca a su tercera.

Bernardo Silva (Manchester City) y Kanté (Chelsea) persiguen un balón.

Bernardo Silva (Manchester City) y Kanté (Chelsea) persiguen un balón. / EFE / NEIL HALL

La bestia de 15 pulmones

Un terrible escalofrío recorrió el cuerpo de los hinchas del Chelsea en los últimos días. No era para menos. Ngolo Kanté se lesionó en los isquios en la penúltima jornada de la Premier y era dudoso para la final de hoy. Falsa alarma. El MVP de la ida y la vuelta de las semifinales contra el Madrid estará en el once. Malas noticias para el City.

Sin el glamour ni la fama de otras estrellas del panorama futbolístico, Kanté se ha ganado la admiración de todo el mundo. Aficionados, compañeros y rivales elogian al pequeño centrocampista, un tipo incansable que acumula kilómetros sin desmayo. ¿Cómo lo hace? «Todo está en la mente», sostiene. Algo tendrá que ver, o más bien mucho, su infancia. Con solo 7 años, caminaba sin parar por los suburbios de París en busca de chatarra para reciclar. Su familia, de origen maliense, apenas tenía recursos y tuvo que multiplicarse cuando murió su padre. Entonces, Ngolo tenía 11 años y ocho hermanos, pero salió adelante.

En el fútbol nadie le regaló nada. Su escasa estatura (ahora mide 1,68) fue siempre un impedimento.El Caen se fijó en sus cualidades y comenzó una ascensión que le ha llevado a lo más alto. A sus 30 años, ha sido campeón de Liga con el Leicester y el Chelsea, y cuenta con la Copa del mundo conquistada con Francia en 2018. La Champions coronaría un brillante palmarés.

«Es pequeño, es amable, frenó a Leo Messi», reza una de las canciones favoritas de los hinchas del Chesea en honor a su pequeño ídolo. «Yo soy más alto, pero el más grande es Kanté. Debe tener 15 pulmones para correr tanto», bromea su buen amigo Pogba.