Cata Corró, nadar a contracorriente

La vida se desliza día a día para Catalina Corró, la joven nadadora del CN Sabadell, sin que existan límites, pero también sin excesivas metas. Todo lo que le llega es un logro especial, una bendición después de liberarse de un tumor cerebral que la ha llevado a pasar hasta tres veces por el quirófano en los últimos cuatro años. La última vez fue en marzo del 2020. En ese desafío constante, la nadadora mallorquina de 26 años sigue ganando batallas. A partir de este lunes participará en el Europeo de natación de Budapest con el único objetivo de disfrutar y de sentirse bien en el agua como una más de los 27 nadadores del equipo español, liderados por Jessica Vall, Hugo González y Joan Lluis Pons, entre los que finalmente no estará Mireia Belmonte por lesión.

“Voy al Europeo con muchas de competir a nivel internacional y sobre todo a disfrutar de la competición”, cuenta Corró, que será de las primeras en entrar en acción a primera hora del lunes en las clasificatorias de los 400 estilos y que nadará tambien en el 200 estilos. “Saldré a nadar con ganas de hacerlo muy bien, pero sin marcarme un objetivo concreto, sino de ir recuperando poco a poco las sensaciones”, dice.

El tabú de Tokio

 Para la mayoría de los deportistas, la cita de Budapest es una de las últimas oportunidades para sellar la clasificación para los Juegos de Tokio. Cata Corró ni se lo plantea ni quiere oír hablar del tema, por mucha ilusión que pueda hacerle. “No llego al 100% físicamente, pero en ambición y ganas no me gana nadie”, cuenta a este diario Corró, una de las grandes referencias de la natación española desde sus inicios, oro en los 400 estilos de los Juegos del Mediterráneo del 2018, finalista ese mismo año en la misma prueba en los Mundiales de Hangzhou (China), a quien la enfermedad frenó de golpe en su progresión.

“Está trabajando bien, con ganas de competir y de hacerlo lo mejor posible pero la palabra Tokio simplemente no ha salido porque sigue adaptándose a las circunstancias”, explica su técnico en el CN Sabadell, José Antonio del Castillo, consciente de lo especial de la situación. “No hace tanto que ha dejado la medicación, hemos entrenado más en la distancia de los 200 estilos que los 400, para los que hubiera necesitado hacer mucho más trabajo de fondo. Pero tampoco está tan lejos de sus marcas. En cierta forma, es como tirar una moneda al aire”, aventura.

Cambio de prioridades

Muchas cosas han cambiado en ese nueve escenario en el que se mueve Corró, que mantiene su pasión por el deporte, pero cuyo orden de prioridades ha cambiado. Antes la natación aparecía como la primera sin discusión. Ahora dedica buena parte de su tiempo también a sus estudios de tercero de medicina en la UAB y a las prácticas en el Hospital Universitari Parc Taulí, aunque Casti, que ya le entrenó en sus inicios, y que ha vuelto a retomar su carrera en el CN Sabadell después de dos años como responsable técnico de la Catalana, sabe que acudir a Tokio sería una una experiencia que difícilmente olvidaría. “Para ella sería un premio gordo, una recompensa que merecería”, asegura.

Desde que supo de su enfermedad, a principios del 2017, que parece por fin totalmente superada, Corró ha mantenido una actitud más que positiva, enfrentándola con la misma energía con la que sigue enganchada al deporte. Es un ejemplo de carácter y superación. Este pasado marzo, ella misma celebró en Instagram el aniversario de su última operación, enseñando una imagen de un escáner de su cerebro: “Hoy esta maravilla y yo cumplimos un año de libertad”, aseguraba. Dos semanas después, a pesar de todas las limitaciones para tirar adelante su preparación, obtuvo su plaza en el equipo para el Europeo en el Open de España que se celebró en su club, el CN Sabadell, delante de su gente. Esta semana, en Budapest podrá disfrutar de su nueva conquista. “Teniendo en cuenta por todo lo que he pasado, estar en el Europeo ya es un premio del que estoy muy orgullosa”, sentencia.

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