WATERPOLO

Blanca Gil, la leyenda que vuelve a flote

La que fuera mejor waterpolista del mundo vuelve a competir a los 37 años, 6 después de anunciar su retirada

Un cáncer, una sanción y una depresión marcaron su carrera: "El momento de la retirada fue lo más duro que he vivido en mi vida"

Blanca Gil, en una piscina de Mallorca.

Blanca Gil, en una piscina de Mallorca.

Roger Pascual

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Blanca Gil fue la mejor waterpolista del mundo en 2005, 2007, 2008 y 2011. Pero las turbulencias empezaron a aparecer un año después: sufrió un cáncer de útero en 2009, recibió una sanción de dos años en Italia por un problema en su traspaso y renunció a los Juegos de 2012 por una depresión y acabó retirándose a los 31 años en 2015. Tras un retorno fugaz de cuatro partidos en Grecia en 2018, regresa ahora a los 37 años y con una enorme sonrisa para ayudar a partir de mañana al Mallorca a subir a Primera.

«Desde hace 2 o 3 años era algo que echaba en falta. Y es raro porque cuando dije de retirarme y luego fui a Grecia a ayudar a un equipo pensaba que nunca más volvería a jugar. Pero no así, parece que esto engancha mucho. Si algo he aprendido con el deporte es que cada momento hay que disfrutarlo», dice ‘Blanchi’, emocionada con este nuevo e inesperado bis.

«Me da igual lo que haya sido. La satisfacción que tengo de poder estar aquí, ayudar a estas chicas que tienen una ilusión espectacular a mí me llena más que cualquier otra cosa en estos momentos. Estar en el Mallorca Waterpolo Club es una oportunidad de oro». Tras pasar media vida jugando en Italia y Grecia, esta jugadora, nacida en Vinaròs pero que se mudó de pequeña a Mallorca, podrá competir sin tener más traslados. «Estoy muy feliz, es un lujo, porque toda mi vida he estado fuera de mi casa compitiendo».

Un momento complicado

Todo empezó cuando Patricia del Soto, excompañera de la selección y amiga íntima, la animó a volver juntas al agua para ayudar al Echeyde de Tenerife a subir. «Me pilló en un momento de mi vida complicado: tengo dos hijos y me divorcié hace menos de un año y creo que me venía bien un reto y algo diferente. Y le dije que sí que estaba encantada de poder sobre todo repetir momentos espectaculares que viví con ella». Blanca trabaja desde febrero como nutricionista en el Palma Futsal y cuando en el equipo se enteraron que se planteaba volver a jugar la convencieron para que lo hiciera en el Mallorca Waterpolo Club, aprovechando la unión de ambos clubs a través de la Fundació Palma Futsal. 

Tras la retirada la máxima goleadora de los Mundiales del 2007 y 2011 no había vuelto a nadar, pero con su separación hace medio año decidió zambullirse de nuevo en una piscina. «El deporte me ha ayudado a superar momentos difíciles». Momentos difíciles como los que vivió cuando le detectaron cáncer de útero. «Creo que en el momento del cáncer no era consciente estábamos de concentración con la selección. Me operaron y me dijeron: ‘no vas a poder ir al Mundial’. Y yo dije voy a ir sacando la lengua o como sea. Estuve un mes recuperándome, tuve dos semanas para ir y cuando volví me volvieron a operar. Descansé un mes y volví a jugar con el equipo italiano en el que jugaba. Pero esto a nivel mental es después que sale. En el momento piensas ‘soy fuerte, yo lo aguanto todo’. Después poco a poco la coraza se va debilitando. No es en el momento. Después es cuando me vino el palo mental en conjunto».

Un palo mental al que se sumó el lío de su traspaso del Orizzonte Catania (con el que había sido campeona de Europa dos veces) al Pro Recco, que hizo que la sancionaran dos años sin poder jugar en la liga italiana. Se fue a Grecia, donde terminó saliendo a flote toda la presión acumulada. Capitana de la selección española de waterpolo (con la que fue plata europea en 2008), renunció a los Juegos de Londres 2021 porque no se veía psicológicamente entera. «Puedes estar medianamente bien físicamente, pero si mentalmente no te acompaña la fuerza y el empeño...». «Cada traba ha sido un esfuerzo de superación. He estado muy mal tres días, cuatro, una semana hecha polvo. Pero llega un día y digo: ya está. Tienes que sacar esa tristeza, rabia, injusticia. Somos humanos y si estás mal hay que sacar la tristeza. ¿Porque si no luego qué hacemos? ¿Medicarnos con pastillas? Intenté que fuera lo último y lo evité. Y cada día me ponía un objetivo para buscar algo que me desapareciera eso que me había pasado. Intenté reflexionar qué era lo mejor para mí e intenté con una superarlo con una sonrisa. O eso o me quedo llorando en el sofá»

El día después

Tres años después, la boya anunciaba que colgaba el bañador. «El momento de la retirada fue lo más duro que he vivido en mi vida -asegura-. Es una de las cosas que me ha costado más superar. Solo has hecho eso en tu vida desde pequeña te crees que solo vales para hacer eso y te genera una impotencia y sensación de fracaso brutal. En vez de abrirse una nueva vida, parece como que las puertas se te cierran. Ha habido muchas veces que he tenido ganas de tirar la toalla y decir: ¿ahora qué hago, donde voy? Es complicado».

En este punto lamenta que desde las instituciones no se prepare a los deportistas de élite para su nueva vida tras el adiós. «Hubiera agradecido ayudas para prepararme para el día después. Tendría que haber un programa para ayudar a la retirada porque es muy dura y muchos por desgracia caen en una depresión tremenda. Yo porque tuve un hijo y luego otro y eso parece que un poco me desvió. Pero estuve bastante mal, sí».

A sus hijos no les había contado mucho de su carrera deportiva y lo han descubierto con el anuncio de su regreso. ‘«Un profesor le dijo al mayor. ‘Tu madre ha salido en la prensa’. Les he dicho que el domingo que viene la mama va a jugar y el mayor me dice: ‘mamá es una campeona’». Sus nuevas compañeras también alucinan. «Cuando voy a entrenar me miran todas, sobre las mas pequeñas, y dicen cosas como ‘has visto qué pase, has visto que chut’ aún a la expectativa de qué voy a hacer. Yo físicamente me encuentro superbien, mejor de lo que pensaba y voy a dar guerra, voy a morir en cada entreno como si se acabara el mundo. Ya no por ellas sino por mí. Quiero ayudarlas a subir a Primera y seguir jugando el año que viene ahora que me vuelve a apetecer».

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