El Atlético pierde en San Mamés y se aprieta aún más la Liga

Tras la victoria del Barça, al Atlético no le valía nada más que la victoria para seguir encaramado a la cabeza de la carrera por la Liga. No la consiguió, tampoco un empate. Un gol de Íñigo Martínez a menos de cinco minutos para el final le dio la victoria al Athletic, Simeone no cosechó nada en San Mamés y, aunque sin merecerlo, el equipo rojiblanco se queda a expensas de ganar en el duelo directo al Barça (que llegó a estar a doce puntos de la cabeza) para ser campeón, además de seguir el ritmo. 

El partido estuvo pleno de viveza y alternativas. Lo desequilibró el gol inicial del Berenguer y, con el Atlético obligado, el equipo de Simeone no hizo más que intentar atacar, con acierto variable, en cualquier caso insuficiente. 

Apenas antes de que el partido se hubiera asentado, el Athletic cazó en un contragolpe y le hizo un gol a Oblak que le cambió los planes a Simeone, el argentino todavía no sabía cuánto. Había repetido sistema e idea de juego, ya con Luis Suárez y Joao Félix recuperados y en el banquillo.

Con un once bastante alternativo, poblado de jóvenes incipientes, el Athletic encontró caminos para contragolpear como una manada de leonas a la calza, imparable para la víctima. 

Intento de remontada

El Atlético se quedó vacilante con el gol tempranero en contra, pero pronto empezó a visitar con asiduidad el área rival. Al inicio fue con peligro moderado, menor que los riesgos ante las carreras del Athletic, pero sorteando la desesperación implícita en la obligación de remontar consiguió acercarse más al gol, incluso decantar a su favor la tendencia del partido. 

Tras el descanso volvió a encontrar el Atlético las claves para acorralar al Athletic, cada vez con ocasiones más frecuentes, también más peligrosas, hasta llevar el partido a una suerte de asedio definitivo con todos los efectivos, también con los riesgos inherentes, tantos que la mejor tentativa fue de los locales gracias a una carrera de Morcillo.

Acto seguido, todavía antes de la hora de partido, Simeone hizo un triple cambio que daba miedo: entraron Joao Félix, Luis Suárez y Lemar, acompañados de una idea desde el banquillo de ataque total. Se midió un poco después y dio entrada a Torreira para sujetar algo el equipo. 

Pasaron los minutos sin que llegaran las ocasiones que merecía el asedio atlético, la mejor volvió a ser del Athletic, pero a un cuarto de hora llegó un alivio en forma de empate, gracias a un gol que llegó con un remate tan meritorio como antiestético de Savic. 

La satisfacción plena para el Atlético era la victoria, pero mientras la buscaba apareció un cohete vestido del Athletic, con el nombre de Íñigo Martínez a la espalda, que se elevó poderoso sobre todos para marcar un gol tan inesperado como decisivo para la Liga.