NÚMEROS ROJOS

La Superdeuda de los 12 clubs fundadores de la Superliga

Más de 7.500 millones de euros de deuda acumulan los fundadores. Una crisis económica que ya era grave antes de la pandemia. Ahora, mucho más.

Los 12 representantes de los clubs fundadores de la nueva Superliga europea.

Los 12 representantes de los clubs fundadores de la nueva Superliga europea.

Marcos López

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El ranking oscila entre las pérdidas del Chelsea, que ha sido, curiosamente, el que más ha gastado este verano en fichajes (250 millones de euros) y las del Arsenal, cuyos números rojos se sitúan en 125 millones. La Superliga está formada por 12 grandes clubs que tienen, a la vez, grandes deudas, víctimas de una crisis económica que se ha venido larvando en los últimos años en el fútbol europeo, acelerada ahora por la pandemia.

Pero la crisis ya estaba desde antes propiciada por la burbuja de los fichajes por encima de los 100 millones. El United pagó esa cantidad por Pogba (2016), la Juve por Cristiano (2017), el Barça por triplicado con Dembelé (2017), Coutinho (2018) y Griezmann (2019), el Madrid por Hazard (2019), y el Atlético por Joao Felix (2019), cantidades que se convirtieron en asunto rutinario.

El mercado estalló con la marcha de Neymar (222 millones) y de Mbappé (180) al Paris SG en el verano del 2017, justo cuando los clubs entraron en combustión acometiendo operaciones faraónicas. Luego, el virus desnudó la fragilidad de las estructuras económicas de los grandes, con salarios estratosféricos para sus grandes estrellas, inasumibles en los tiempos del fútbol pospandémico.

Necesitan los grandes clubs una inyección urgente de dinero para sobrevivir

"Queremos salvar el fútbol, estamos arruinados", admitió Florentino Pérez, el presidente del Madrid, asumiendo la dantesca fotografía de un fútbol que ya lleva años viviendo por encima de sus posibilidades. Ahora, necesitan los 12 la desesperada ayuda de la Superliga para sobrevivir ante el tsunami desatado por el coronavirus que ha pillado a varios clubs, entre ellos Madrid, ya con las grúas en el nuevo Bernabéu, y Barça, un proyecto que no arranca, con inversiones comprometidas en la construcción de los nuevos estadios. Pero en el Camp Nou nada pasa aún de la maqueta.

Una maqueta del nuevo Camp Nou.

Una maqueta del nuevo Camp Nou. / FCBARCELONA

Al Tottenham, por ejemplo, le corresponde el segundo lugar entre los 12 porque paga todavía la factura de la construcción del nuevo campo, con un coste de 1.000 millones de euros, que fue inaugurado hace dos años. Todos los planes de patrocinio y comercialización de su nuevo templo han quedado dinamitados por la pandemia, provocando, además, una crisis deportiva, simbolizada en el despido de Mourinho.

Dinero para la regeneración

El Arsenal sí ha tenido tiempo para amortizar la creación del Emirates Stadium, abierto en el 2006, pero no para establecerse con solvencia en la elite del fútbol europeo, al que ahora accedería con una invitación directa. La Superliga es una pura necesidad económica para permitir a los grandes de continente resistir en tiempos tan convulsos donde, además, de levantar nuevos templos se necesita dinero para regenerar plantillas, como es el caso de Barça, Madrid, Juventus, United, City...

Un dinero que ha dejado de fluir con la alegría y cantidad de antes porque el negocio se detuvo en seco en marzo del 2020. La deuda del Barça, el tercero, alcanza los 1.173 millones de euros. Y 730 son a corto plazo, por lo que la angustia invade las oficinas del Camp Nou, como también sucede en el Bernabéu, con 901 millones, 203 a corto plazo.

Las obras de la remodelación del Bernabéu.

Las obras de la remodelación del Bernabéu. / David Castro

De ahí que ese proyecto de la Superliga, trabajado a fuego lento desde hace años, explotara en la medianoche del domingo a lunes, casi de forma furtiva sin ninguna aparición pública de sus impulsores. Florentino lidera ahora la puesta en escena de la Superliga, arropado por el silencio del traidor Agnelli (Juventus) y el poder del dinero americano que manda en la Premier (United, Liverpool y Arsenal), acostumbrados a negocios controlados en lo económico como la NBA.

"No creo que la Superliga vaya a solucionar los problemas económicos derivados por el coronavirus", proclamó Karl-Heinz Rummenigge (Bayern Múnich), uno de los grandes disidentes que aboga por "reducir costes" para lograr "un fútbol más racional". Florentino, y 11 más, defienden la otra vía: más dinero y más dinero ya mismo para reactivar un negocio "arruinado", como ellos mismos han confesado.

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