MUNDIAL DE F-1

Hamilton tiene, por fin, un enemigo serio: Verstappen

El primer GP del 2021, decidido por el VAR de la F-1, demuestra que el campeonisimo británico tiene, en el rebelde piloto de Red Bull, un rival serio por el título

La revolucionaria suspensión de Red Bull, creada por el mago Adrian Newey, y el poderoso motor Honda convierten al coche del toro en un poderoso monoplaza

"Ha sido una pena cómo hemos perdido, pero hay que sacar el lado positivo: hemos luchado, de tú a tú, con el Mercedes", dice orgulloso Max Verstappen

Hamilton F-1

Hamilton F-1 / REUTERS

Miguel Martínez

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Habían transcurrido dos años de tedioso dominio de Mercedes, con dos títulos —2014 y 2015— para Lewis Hamilton sin otro coche que pudiera ni siquiera hacer sombra a las 'flechas de plata'. Y entonces sucedió. Hamilton y Nico Rosberg chocaron sus monoplazas en la primera vuelta del GP de España de 2016 y Max Verstappen, que debutaba ese día en Red Bull, tras un año y cinco carreras en Toro Rosso, se convertía en el ganador más joven de la historia de la F-1.

“Es el nuevo Senna”, se cansó de repetir Helmut Markko, el hombre que lo llevó directamente de las F-3 a la F-1 siendo menor de edad. Desde entonces, la F-1 ha soñado con un mano a mano entre Hamilton y Verstappen por victorias en carreras, por un título mundial. Han tenido que transcurrir seis años, pero el GP de Bahrein, el primero de una excitante temporada, cumplió, por fin, esas expectativas: mano a mano desde la clasificación, cuerpo a cuerpo desde la salida hasta la ultima vuelta, un adelantamiento polémico, una sanción… Y, sobre todo, la sensación de que este año el chico nacido hace 36 años en Stevenage se ha tropezado con un belga nacionalizado holandés, de 23 primaveras, dispuesto a reventar su camino hacia el octavo título.

El mundo se enamora de Max

Aquel piloto de 18 años que se había fumado casi todos los pasos para ir, directamente, del karting a la F-1, enamoró a toda la estructura Red Bull, sus destellos de fuera de serie obnubilaron al propio Markko, responsable del programa de pilotos y asesor del dueño, Dieter Matesnichitz, pero también a Christian Horner, el director del equipo. Red Bull se convirtió en un equipo para Max y para su padre Joss. Acabaron con la ilusión de Carlos Sainz, su compañero en Toro Rosso, y el madrileño se fugó a Renault y McLaren antes de recalar en Ferrari. Aunque fue más sonora la marcha de Daniel Ricciardo, el compañero del holandés en Red Bull camino de Renault y McLaren. Red Bull nunca encontró en su estructura a nadie con la capacidad de Sainz y Ricciardo. Por precipitación, por falta de confianza, o por escaso alento, Kyviat, Gasly o Albon sumaron decepciones hasta que Red Bull tiró a la basura su trabajo con más de 80 pilotos y toda una filosofía de vida, para acudir al mercado y contratar un compañero: Checo Pérez.

Max respondió con nueve victorias más, dos de media por temporada, muchos podios y dos terceros puestos en el Mundial de pilotos en las dos últimas temporadas. Y este invierno, Adrian Newey obró un nuevo milagro con su lápiz. El gurú del diseño ha dibujado unas suspensiones traseras en las que sus cinco brazos ejercen como piezas aerodinámicas para manejar los flujos de aire en la parte trasera y compensar la falta de carga aerodinámica propiciada por la reducción de la dimensión del difusor que recogen las pequeñas variaciones del reglamento de este año.

La despedida de Honda

Mercedes, en cambio, dedicó gran parte de su trabajo en construir un motor más fiable de cara a la congelación reglamentaria del futuro. Y por ahí también encontró una grieta Honda. El motorista al que repudió McLaren en 2018, no ha dejado de evolucionar el propulsor para entregar a Red Bull un motor tan potente como el Mercedes. Regresaron a la F-1 en 2015 con un motor sin apenas investigación previa. Han empleado siete años en llegar al nivel de los mejores, y justo ahora se plantean dejar la F-1… Red Bull les ha convencido para seguir un año más al menos, pero nadie sabe muy bien lo que pasa por la cabeza de los directivos de Honda.

Max Verstappen y Lewis Hamilton se felicitan tras pelear por la victoria en el primer GP del 2021.

Max Verstappen y Lewis Hamilton se felicitan tras pelear por la victoria en el primer GP del 2021. / AFP

El propulsor Honda es tan rápido como el Mercedes, pero el conjunto mecánico parece menos fiable. Verstappen sufrió problemas con el diferencial toda la carrera, y tampoco encontró la forma de recargar de forma óptima las baterías en las dos últimas vueltas, justo después del gran acto del gran premio. Con una estrategia diferente —Mercedes se la jugó con un 'undercut'—, Verstappen llegó al alerón trasero de Hamilton a cinco vueltas del final, con unos neumáticos más frescos y un coche medio segundo más rápido por vuelta. Le adelantó en la curva cuatro, pero lo hizo poniendo las cuatro ruedas fuera de la línea blanca. Los comisarios le obligaron a devolver la posición cuatro curvas después… Es verdad que Hamilton sobrepasó esos límites una y otra vez en esa curva para mejorar sus tiempos por vuelta mientras Max le daba caza, pero no es menos cierto que Max podría haber adelantado —disponía de cinco vueltas— sin sobrepasar esas líneas.

Si quiere ser campeón, Verstappen debe ser más consistente, más zorro, sin perder esa ambición y agresividad que le ha llevado al punto que todo el mundo esperaba desde hace años. Y así lo ve Max, que encajó la sanción sin pataletas, casi sin rabia, como hacen los llamados a ganar. “Es una pena, pero hay que sacar el lado positivo de lo que ha pasado. Hemos conseguido luchar con Mercedes, y eso es muy bueno si tenemos en cuenta que es el primer gran premio”, dice Max sin dejar de recordar las cuatro décimas que endosó a Hamilton en la clasificación, sin dejar de pensar cómo hubiera sido su victoria si Red Bull le hubiera llamado a cambiar ruedas marcando a Hamilton, su único rival en la pista que transitaba por detrás.