RENACEN 30 AÑOS DESPUÉS DEL INICIO DE LA LEYENDA

Vuelven los Dragons, con los que Barcelona descubrió el otro fútbol

La franquicia renace 30 años después de su primer partido para disputar en Reus a partir del 19 de junio la recién creada European League of Football

Angoy, exportero del Barça, fue la estrella más mediática de la franquicia y desechó una oferta de los Denver Broncos de la NFL

"Llevábamos a Montjuïc más público que el Espanyol y al Miniestadi más que el Barça de básquet al Palau", recuerda Cervera

Jesús Mariano Angoy celebra un triunfo con Bryce Burnett.

Jesús Mariano Angoy celebra un triunfo con Bryce Burnett. / ÁLVARO MONGE

Roger Pascual

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Este miércoles se cumplen 30 años del día en el que Barcelona descubrió el otro fútbol: el fútbol americano. El 24 de marzo de 1991 Barcelona Dragons disputaban su primer partido en Montjuïc, doblegando 19-7 a los New York Knights bajo una lluvia descomunal. Empezaba ahí una aventura que duraría 12 temporadas, con Jack Bicknell como entrenador y cuya estrella sería alguien que el día del primer encuentro no había chutado nunca un balón ovalado: Jesús Mariano Angoy. Este miércoles se ha anunciado el acuerdo con la NFL para recuperar el nombre de la mítica franquicia, que revivirá en Reus, donde empezará a disputar a partir del 19 de junio la recién creada European League of Football.

Muchas cosas se movían en ese 1991 en una Barcelona a las puertas de los Juegos que cambiarían la ciudad para siempre. Un año antes de que el 'dream team' de Jordan y Magic se exhibiera en el Palau Sant Jordi, el estadio que iba a acoger la ceremonia olímpica inaugural se convertía en el hogar de otro de los deportes por excelencia de EEUU. Los Dragons fueron uno de los ocho clubs fundadores de la World League of American Football, que se disputó en 1991 y 1992 a caballo entre en Estados Unidos, Canadá y Europa.

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JORDI COTRINA

"Era la primera liga de la historia que se jugaba en dos continentes", explica Rafa Cervera, una de las tres personas (junto al veterano Bicknell y Vince Martino, coordinador del juego ofensivo), que estuvo en todos los duelos de los Dragons, primero como jefe de prensa y en los tres últimos años como director general. Había vivido en México y trabajado en EEUU y era de las pocas personas en Barcelona que eran capaz de descifrar una hoja de estadísticas de fútbol americano en aquella época en que muy pocos sabían qué era eso de las 'yardas' y los 'downs'. "Al principio tuvimos que hacer mucha pedagogía, pero la gente se enganchó y muy rápido", evoca con nostalgia.

Para el encuentro inaugural contrataron a una banda de un centenar de músicos y, a los 19.700 que aguantaron el chaparrón que cayó, les regalaron entradas para el siguiente partido, que en el siguiente ya eran el doble. "Llevábamos más gente a Montjuïc que el Espanyol", destaca Cervera. "Aquella primera temporada la recuerdo con la nostalgia con la que se recuerda el primer amor. Ganamos todos los partidos menos el último. Había una simbiosis de lo bueno del deporte americano y el de aquí", señala recordando cómo las gradas coreaban el 'we're the Dragons'.

Las bajas audiencias en EEUU hicieron que en 1993 y 1994 ni se jugara y que a partir de 1995 pasara a celebrarse solo con equipos europeos. Cada año la plantilla cambiaba casi al completo, algo que dificultaba el arraigo y la identificación de la grada con el equipo.. "Era un escaparate para que la NFL viera qué jugadores no podían jugar. Si eran buenos, se iba a la NFL y si eran malos ya no volvían. Era como si Barça, Madrid y Atlético hubieran tenido filiales en una liga en Japón", sintetiza Cervera.

De parar bajo palos a chutar a palos

Angoy, con los Dragons en Montjuïc.

Angoy, con los Dragons en Montjuïc. / ALVARO MONGE

Solo repetían Marco Martos, un 'wide receiver' mexicano que estuvo siete temporadas, y Angoy, que se convertiría en el fichaje más mediático. El que había sido portero del Barça había colgado los guantes en 1995 y, un año después, Jordi Vilapuig, por entonces general manager de los Dragons, le dijo que probara como 'kicker'. "Solo había visto partidos por la tele haciendo 'zapping' y no sabias demasiado y veían que paraban muchas veces y había muchos pitidos. No pensaba que tuviera el enganche que llegas a tener cuando lo conoces". Johan Cruyff, su suegro y el resto de la familia le animaron a intentarlo, así que se fue a EEUU 12 días a que le enseñaran la metodología.

Los secretos del pateo se los enseñó Doug Blevins, un legendario forjador de 'kickers' postrado en una silla de ruedas. Tras una vida intentando salvar puntos bajo palos, Angoy descubrió el placer de marcar chutando. "Fue muy bueno en todos los aspectos. A diferencia de nuestro fútbol, la gente disfrutaba por encima del resultado, era una fiesta continua de tres horas. Y en mi caso, además, venía de jugar en el Barça en un contexto muy difícil por las especulaciones por el tema familiar, y pasaba a demostrar que jugaba porque valía".

El cetro de 1997

En 1997, en su segunda temporada en el equipo, conquistaron la World Bowl al derrotar a los Düsseldorf Rhein Fire 38-24 ante 30.000 personas en Montjuïc. La efectividad de Angoy empezaba a despertar interés en el otro lado del charco y un día de agosto de 1999, cuando estaba de vacaciones con la familia, Cervera le llamó para decirle que los Denver Broncos, en aquel momento el mejor equipo de la NFL, querían que hiciera una prueba para ficharle. "No entendía nada y tenía que estar en 24 horas o si no se perdía la ocasión". Así que hizo la maleta y cogió con Cervera el avión.

Su actuación en las dos semanas que estuvo en el campus impresionó en el campus a Mike Sahanan, el entrenador jefe, que le dijo que estaba contento de haber acertado con él. Pero en 1999, aquella época en que internet apenas empezaba a andar y las comunicaciones no eran tan sencillas, estar tan lejos de los suyos se le hizo un mundo. "Estaba ayudando a Johan con un proyecto de deportes en la región de Murcia y un día me levanté y le dije al traductor que lo sentía pero tenía proyectos de trabajo en España y algo me decía que debía volver". Sanahan hizo una rueda de prensa diciendo que no entendía qué pasaba, que era el primer jugador que no quería jugar en los Broncos.

"Me volví y siempre tendré la espina de qué hubiera pasado, hasta dónde habría llegado". A sus 33 años las prioridades del exportero aragonés eran distintas de las que podría tener un veinteañero americano que hubiera soñado desde pequeño con jugar en la NFL.

Con los Dragons jugó siete años, disputó tres finales de la NFL Europa (como se rebautizó en 1998) y acabó siendo el segundo máximo anotador histórico de la competición con 329 puntos.

A

CESAR RANGEL

El Barça, último 'down'

"Lo de Angoy fue bestial", resume Cervera, que relata cómo la excitación inicial los Dragons fue decayendo, algo en lo que Cervera culpa a la NFL por cometer un "fallo de bulto" al vender los derechos a Canal+, que por entonces llegaba a muy poca gente, en lugar de que lo siguiera emitiendo TV3 (donde incluso salieron en un capítulo de 'Plats Bruts' en el que Joel y Lopez fichaban por la franquicia). En 2001 firmaron un acuerdo con el Barça y pasaron a llamarse FC Barcelona Dragons, con el escudo del club en la indumentaria y se trasladaron al MIniestadi. Pero solo duró un par de años y en 2003 la Asociación de Propietarios de equipos de la NFL se llevó la franquicia a Colonia. "Aquel convenio fue un poco de perdidos al río. La combinación era buena. El Barça no ponía nada solo nos dejaban el Mini. Iban unas 10.000 personas, más que al Barça de básquet, pero para los americanos era poco". Se ponía así al sueño del fútbol americano de los Dragons, que contribuyeron a crear una sólida cantera de fans y practicantes.

""De aquí hasta final de verano Reus será la casa de los Barcelona Dragons"

— BART IACCARINO (GENERAL MANAGER DE LOS DRAGONS)

Gladiators tras la leyenda

El problema, según Cervera, fue que "nos avanzamos al tiempo". "Si hubiera nacido ahora, con internet, las redes sociales y el seguimiento que hay en España ahora de la NFL (con un boom impresionante en los últimos cinco años), sería un éxito". De hecho, tres décadas después del 'kick-off' de aquella World League este verano empezará a andar la European League of Football, reencarnación de la NFL Europa, con un franquicia en España que, pese a llamarse Barcelona Dragons, estará de momento afincada en Reus. "De aquí hasta final de verano Reus será la casa de los Barcelona Dragons", ha sentenciado Bart Iaccarino, exentrenador de Reus Imperials y 'general manager' de los hasta ahora llamados Gladiators Football.

El acuerdo firmado el 9 de marzo entre la European League of Football y la NFL permitirá a la nueva franquicia heredar la antigua denominación. "Nuestro deseo y objetivo es el de recuperar esa magia, ese encanto especial y el mito de lo que fueron entre 1991 y 2003 los Barcelona Dragons. Heredamos todos esos aspectos para ponerlos nuevamente en primera línea", señalan en un comunicado los nuevos Dragons. El 19 de junio jugarán en el estadio municipal de Reus (con capacidad para 4.400 espectadores) contra los Stuttgart Skorpions, en el partido inaugural del campeonato. Posteriormente se medirán a los también alemanes Hamburg Sea Devils, Berlin Thunders, Frankfurt Galaxy, Cologne Centurions, Leipzig Kings y a los Wroclaw Panthers polacos. En la European League of Football el peso fundamental serán los jugadores de cada país (36 por plantilla), a los que se añadirán cuatro americanos y 10 europeos. El hawaiano Adam Rita será el entrenador de un equipo que intentará estar a la altura de la leyenda del equipo de Bicknell.

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