Goleada espectacular del Barça con mensaje

Va en serio el Barça. Tan en serio que pasó por Anoeta dibujando un festival de fútbol ofensivo que aniquiló a la Real Sociedad, siendo un equipo tremendamente ambicioso, sin relajarse siquiera cuando goleaba. Era como si no tuviera freno en una exhibición colectiva que adquirió con la potencia de un grito descomunal para anunciarle al Atlético que está ahí. Que si quire ganar la Liga que ya era suya tendrá que pelearla hasta el últimos suspiro. 

A ese nivel de exigencia le llevará el Barça de Koeman, capaz de pasearse por San Sebastián con una lección de autoridad que contiene, en realidad, un mensaje. Aquí está un equipo que puede aspirar a Liga, sumando 45 puntos de 54 posibles. No es que no pierda desde el pasado 5 de diciembre sino que su va subido en un cohete deslumbrando con un juego tan hermoso como contundente.

El post partido del Real Sociedad - Barça: el Barça firma una goleada con mensaje

El partido estuvo marcado por la valentía. Tú me presionas decía el Barça a la Real Sociedad, ¡pues yo también! Y a la inversa. Iba el equipo de Alguacil hasta el salón de la casa de Ter Stegen transformando el partido en un duelo lleno de ricos matices tácticos, donde cada movimiento parecía estudiado. Koeman mantuvo la línea de los tres centrales, con De Jong en el eje, escoltado por Mingueza (derecha) y Lenglet (izquierda), situando a Dembélé en esa posición que se ha inventado para él en los últimos partidos. Jugó Ousmane de nueve puro. Atacando el espacio que existía a la espalda de la zaga vasca, con Griezmann sacrificado en grado extremo, tal si fuera un obrero de la metalurgia, recuperando balones con tremenda solidaridad allí donde le exigía el partido. Solo le faltó el mono azul.

Empezó bien el Barça. Y acabó mejor aún. Tomando riesgos en un encuentro que demandaba la máxima exigencia porque la Real, fiel a la idea atrevida de Alguacil, lo sometía a un estrés. Cada pase era un asunto serio porque un error era una invitación al caos. Así lo jugó el equipo de Koeman, comprometido en todo momento. Cometiendo, además, un par de graves fallos defensivos, el primero de Frenkie de Jong; el segundo de Ter Stegen, que delataban ese paseo por la cornisa. Pero cuando se asomó al precipicio emergió siempre la descomunal figura del meta alemán, capaz de hacerle perder los nervios a Isak, un prometedor delantero sueco que no sabía por donde meterle mano a Marc André. 

Acabada la primera mitad, el Barça miró al marcador y ya ganaba 0-2, prueba de su enorme fiabilidad. En los minutos malos, que los tuvo, resistió gracias a las manos y el cuerpo del alemán, mientras en los minutos buenos, que tuvo muchos más, sobresalió de nuevo la enorme influencia de Messi. No marcó ninguno de los dos primero goles. Pero fue decisivo en ambos.

Busquets, favorecido por el sistema

 Al igual que Busquets, otro de los enormes favorecidos por este dibujo táctico, con los tres centrales, que tan bien le sientan. Parece mentira, pero es un traje que le cae de maravilla, es capaz de hallar las líneas de pase necesarias para encontrar con ventaja a Messi. A partir de ahí, se desencadenó una tormenta. Leo cabalgó con el balón en los pies, la Real empezó a temblar tanto que se desintegró defensivamente, engullida por el tsunami que tenía delante suyo. Y entonces donde no había espacios aparecieron latifundios para que Alba, en el 0-1, y Dest, en el 0-2, volaran felices. Cada uno por su banda. De izquierda a derecha. De derecha a izquierda. Así iba tejiendo el Barça de Koeman el fútbol.

 Con toneladas de paciencia. Y, sobre todo, dejando que el balón viajara mucho más rápido que los rivales. Busi pasa, Messi chupa defensas, Jordi penetra por la izquierda y Griezmann, astuto, aprovechó el rechace de Remiro para darle más valor aún a las decisivas paradas de Ter Stegen. Busi pasa, Messi chupa defensas y Dest, que ya se estrelló en el larguero del Parque de los Príncipes, se desquitó con su primer gol como azulgrana, certificando que el sosiego en el pase se transformó después en un acelerador de partículas incapaz de ser descodificado. Un vendaval.

No entendió en la segunda mitad nada la Real. Estaba siendo atropellada por un fútbol eléctrico, vertiginoso y realmente eficaz. Eran dos dimensiones porque Alba y Dest montaron su fiesta privada -centró el zurdó, remató el estadounidense-, antes de que Busquets, respetuoso como es, sirviera un pase celestial para que Messi rubricara el 0-4 y demostrara que hay triunfos con mensaje. Goleadas que sacuden a la Liga.

Ficha del partido

R. SOCIEDAD: Remiro(4); Gorosabel (4), Zubeldia (4), Le Normand (4), Merquelanz (5), Guevara (5); Zubimendi (5), M. Merino (6), Portu (5), Isak (5); Oyárzabal (4). Técnico: I. Alguacil (4). Cambios: Barrenetxea (8) por Portu (m. 61); Januzaj (6) por Gorosabel (m. 61); Carlos Fernández (6) por Zubimendi (m. 72); Sagnan (s.c.) por Zubeldia (m. 83); Jon Bautista (s.c.) por Isak (m. 83).

BARÇA: Ter Stegen (8); Mingueza (8), De Jong (7), Lenglet (7), Dest (9), Alba (9); Busquets (8), Pedri (6), Messi (9), Griezmann (7); Dembélé (8). Técnico: R. Koeman (9). Cambios: Ilaix (7) por Pedri (m. 67); Araujo (6) por Busquets (m. 67); Braithwaite (5) por Dembélé (m. 80); Tricao (s.c.) por Dest (m. 85); Riqui Puig (s.c.) por Griezmann (m. 85).

GOLES: 0-1 (m. 37), Griezmann; 0-2 (m. 43), Dest; 0-3 (m. 53), Dest; 0-4 (m. 56), Messi; 0-5 (m. 71), Dembélé; 1-5 (m. 77), Barrenetxea; 1-6 (m. 89), Messi.

ÁRBITRO: M. Montero (7), andaluz.  

TARJETAS: Zubimendi (m. 9), Busquets (m. 27), Zubeldia (m. 79), Braithwaite (m. 88), Carlos Fernández (m. 94).

ESTADIO: Anoeta.