Carola Salvatella, jugadora de hockey y científica

Hay una teoría muy común en decenas de deportistas. La defienden los que se excusan diciendo que han tenido que dejar los estudios para intentar convertirse en una figura de la especialidad que practican. Si conocieran a Carola Salvatella (Terrassa, 26 años) verían que la hipótesis es una auténtica falsedad. Se puede ser estrella, por ejemplo del hockey, y hasta saber que este verano en Tokio hay claras aspiraciones de conquistar una medalla. Y lograrlo no solo estudiando, sino convIrtiéndose en una divulgadora científica y, en estos momentos, estar trabajando en el estudio de cómo reacciona el cerebro de la mujer en su primer embarazo para asumir el papel de madre. 

"Se trata de un proyecto impulsado por la Universitat Autónoma de Barcelona para investigar los cambios en el cerebro de las mujeres en el primer embarazo, para ver cómo se preparan para el primer nacimiento y, sobre todo, cómo se asume el papel post parto. Es un proyecto que puedo desarrollar online con lo que me facilita la asistencia a los entrenamientos tanto de mi equipo, el Egara, como de la selección española". En lo deportivo, ya conquisto en 2018 la medalla de bronce en el Mundial de Londres, en un escenario deportivo donde las 'Redsticks' se ganaron el reconocimiento internacional.

"Siempre he tenido claro que llegará el día en el que el hockey se acabará. Al no ser un deporte profesional sé que debo prepararme para el futuro. Ahora cualquier deportista puede compaginar los entrenamientos y la competición con los estudios a distancia vía internet. Y al margen del dinero que puedas ganar si eres profesional del deporte, creo que tener una formación siempre es importante y positivo", razona.

Salvatella creció en una familia entregada al hockey y también el Espanyol, su otro club, aparte del Egara, que cuenta a su bisabuelo como uno de los fundadores. En los Salvatella hay árbitros internacionales de hockey, jugadores que han pasado por diversas categorías. "Pero yo he sido la que he tenido la suerte de ser internacional y, por ahora, haber disputado los Juegos de Río donde la selección española consiguió un diploma olímpico". Y, mientras tanto, se licenció en Ciencias Biomédicas y concluyó un Máster de Comunicación Científica, al margen de haber escrito dos libros infantiles, con ilustraciones de su hermana, para contarles a los niños didácticamente enfermedades como el Síndrome de Down y el Alzhéimer. Casi se diría que hasta tiene tiempo para jugar a hockey.

El trabajo con los niños

 "Me gusta la divulgación científica y trabajar con niños para contarles que la ciencia no es aburrida y complicada y lo puedan comprender de forma amena y divertida". Hasta hace poco este era su trabajo al igual, sin contar el deporte, que actualizar un blog personal sobre investigación. "Este último año también se ha tenido que contar a los niños lo que ya sabían, porque lo veían por la tele o lo escuchaban en casa, y porque son muy curiosos... que hay una pandemia y que desgraciadamente no pueden abrazar a los amigos como antes hacían. Lo entienden".

Ella, como el resto de sus compañeras, convive con las pruebas de antígenos antes de jugar. "Nosotras tenemos nuestro trabajo al margen del hockey. No tenemos una exclusividad y por eso debemos extremar las precauciones". La mascarilla solo se quita para jugar, ni siquiera en el vestuario. El deporte será un arte pero la ciencia se aprende fuera. 

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