Premier League

El City: un líder sin un '9'

El equipo de Manchester se destaca en la Premier sin un goleador puro, con los centrocampistas ejerciendo de llegadores al área

El 'falso nueve' no es nadie y son todos: llega Gundogan, flota Bernardo Silva, muerde De Bruyne.

Gündogan, seguido por Foden, celebra un gol ante el Tottenham.

Gündogan, seguido por Foden, celebra un gol ante el Tottenham. / DPA

Pol Ballús

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Hora y media antes del inicio de cada partido se produce una escena curiosa en el Etihad Stadium. Se abren las puertas para que proceda un desfile imparable de coches de alta gama. Se han acabado las concentraciones previas, los jugadores y el staff del Manchester City tienen que desplazarse al estadio en fila y cada uno en su vehículo. El nuevo fútbol.

Pep Guardiola suele llegar en un Nissan Leak, de la compañía de automóviles que patrocina al club, y enfundado en una sudadera gris de la ONG ‘Open Arms’. Tiene motivos para lucirla: la vistió por primera vez el pasado 19 de diciembre. El City era cuarto de la Premier y venció por 0-1 en Southampton. Desde entonces no se la ha quitado en ningún partido, y no han podido parar de ganar. Encadenan 17 triunfos consecutivos, son líderes de la Premier y sacan 10 puntos al segundo clasificado.

Cero delanteros

Este City comanda Inglaterra con la autoridad de las etapas más imponentes de Pep en Manchester. Sin embargo, ninguno refleja la identidad del de Santpedor como el actual Manchester City, que ha encontrado su razón de ser en la figura a partir de la cual Guardiola entiende el fútbol: el centrocampista.

"No tenemos a Messi, ni a Cristiano, ni a Mbappé, ni a Neymar. Así que tenemos que hacerlo juntos, como equipo”

— Pep Guardiola

Las lesiones dejaron al equipo sin delanteros, y el técnico se ha refugiado poblando como nunca la sala de máquinas. Ganó en Stamford Bridge, Old Trafford y Anfield jugando con un pivote, cuatro interiores y un lateral (Cancelo) convertido a todocampista. Y cero delanteros. El falso nueve que no es nadie y son todos. Llegaba Gündogan, flotaba Bernardo Silva, mordía De Bruyne.

Sterling, o Mahrez, o Ferran Torres abrían el campo, y el resto fluía. No ha habido otro esquema en su trayectoria que se asemeje como el actual a una de sus obras maestras en Barcelona: el 3-7-0 con el que desarmó al Santos de Neymar en el Mundial de Clubs de 2011. Un partido de autor del Barça de Pep. La enésima reinvención que arrasa el campeonato inglés.

La tercera Premier

“No tenemos a ningún jugador que te gane el partido por sí solo. No tenemos a Messi, ni a Cristiano, ni a Mbappé, ni a Neymar. Así que tenemos que hacerlo juntos, como equipo”, analizó el catalán hace menos de una semana mientras se dirige imparable hacia su tercera Premier League.

Ganó en Stamford Bridge, Old Trafford y Anfield con un pivote, cuatro interiores y un lateral (Cancelo) convertido a todocampista

Confiesan desde los corredores de la City Football Academy que su trayectoria cambió el 15 de diciembre. Los celestes empataron en casa ante el West Brom, un recién ascendido. Pep entró enrabietado a la caseta y se reunió en el cónclave de su círculo de confianza y clamó: “Esto no me gusta. Hemos perdido lo que nos hace ser nosotros. ¡Tenemos que recuperar nuestra esencia!”.

El romanticisimo de Pep

En los siguientes dos meses no solo la han recuperado en el campo, también en el romanticismo que arrastra Guardiola fuera de él. No hay nombre que suene con más orgullo hoy en el Etihad que el de Phil Foden. Tras cinco años en Manchester, Pep ha asentado a otro canterano en su once.

Antes de su llegada, el City llevaba desde 2007 sin tener un futbolista ‘mancuniano’ en la alineación de un derbi contra el United. Hoy Foden no solo sabe lo que es ser titular y ganar en Old Trafford, sino que él mismo fue quien trituró otro gran maleficio que atormentaba al club: los 18 años sin ganar en Anfield.

Identidad cultural

A la peor racha que ha sufrido nunca la afición del City le puso fin uno de los suyos. Un tipo que necesita agarrarse el escudo en cada celebración, y que sentencia rotundamente que no ve su carrera en otro sitio que no sea el Manchester. Porque está donde quiere, en el club de su vida, para qué se iba a ir.

Nada le da más sentido al fútbol como identidad cultural que palabras así. Ni nada refuerza mejor la convicción de que, entre las exigencias económicas y resultadistas que rigen el fútbol actual, Guardiola se empeña en demostrar que el estilo es capaz de permanecer.