Crisis perpetuada

El Real Madrid sucumbe a la austeridad

Las desatinadas y escasas inversiones deportivas de la directiva de Florentino Pérez han inducido al hundimiento del equipo

Con Zidane a la cabeza, los blancos siguen sostenido por una generación marchita y sin recambios a la altura

Hazard y Vinicius acaparan críticas por su bajo rendimiento y su falta de progresión en el equipo capitalino

Florentino Pérez

Florentino Pérez

Alejandro García

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La gestión de ahorro máximo de la directiva del Real Madrid está deteriorando de manera alarmante en el rendimiento de un equipo al que todavía sostiene una generación obsoleta, a la que no le ha llegado un relevo a la altura. Sin fichajes este año, las malas inversiones de la directiva de Florentino Pérez en los últimos tiempos son un lastre demasiado pesado.

Además de Jovic y Odegaard, los últimos en salir, la punta del iceberg es Eden Hazard, fichado como la gran estrella que era en el Chelsea. Pero, un año y medio después, sigue sin rendir al nivel esperado. Más allá están los casos de los jóvenes, en los que se invirtieron millonadas, y que están desaparecidos en combate en un Madrid que siempre se ha surtido de jugadores contrastados. Vinicius es el que acapara más miradas, de nuevo en un mal momento tras meses sin confianza. 

El último desplome

Ante el Levante, el Madrid hizo buena unos minutos aquella famosa sentencia de Helenio Herrera, la de que se juega mejor con diez que con once. Por un momento, el equipo dirigido en la distancia por Zidane transmitió una mejoría al verse liberado del peso del partido, sin la losa del fracaso en la creación de juego de ataque. Un remedio peor que la enfermedad, que tras unos minutos sacó a relucir otra carencia: una fiabilidad defensiva perdida, acrecentada por las bajas. 

Butragueño criticó públicamente las decisiones arbitrales, pero los hilos periodísticos rápidamente saltaron para reflejar el cabreo de la directiva blanca con Zidane, con las pretensiones de una liga europea de Florentino Pérez como telón de fondo. 

Más allá, la irregularidad del Madrid, que acumula dos victorias en los últimos siete partidos, le imposibilita como candidato en firme al título de Liga. 

En el horizonte, en menos de un mes, aparece la Liga de Campeones y una eliminatoria ante un Atalanta que, hasta ayer, no había perdido desde noviembre y que ha extirpado sus problemas de convivencia con la venta de Papu Gómez al Sevilla. El cruce será enfermería o cementerio para un Madrid sin aspiración de ganar más  títulos, eliminado en una semana de la Supercopa y de la Copa del Rey, además del sonrojo permanente en La Liga.