La resaca del Liverpool

Lo peor de las resacas es que casi siempre las ves venir, pero casi nunca las puedes parar. Jürgen Klopp podría teorizar al respecto, ya que en 2011, tras ganar su primera Bundesliga con el Dortmund, tuvo una noche difícil. “A la mañana siguiente me desperté solo dentro de una camioneta, en un garaje. No sabía dónde estaba y no recuerdo nada de lo que pasó en las horas previas”, reveló el técnico alemán en el documental 'Inside Borussia Dortmund'.

Lejos de su Alemania natal, actualmente la resaca la padece en Inglaterra. La máquina de jugar al fútbol sin fisuras, el elenco poderoso que erigió en Anfield durante el último lustro, se ha agrietado con el frío de enero y ha sufrido su peor racha con Klopp al mando. Este jueves ganó ante el Tottenham de Mourinho su primer partido en las últimas seis jornadas.

Por el camino perdió dos choques, contra Southampton y Burnley. Este último rompió un récord de 1.369 días sin perder en liga en Anfield. Casi cuatro años. Empató tres partidos más (ante West Brom, Newcastle y Manchester United) y cedió el liderato, ahora en poder del Manchester City. Con un partido menos, los de Guardiola les sacan cuatro puntos.

Celos en el vestuario

El periodista inglés Jonathan Liew analizaba así al Liverpool en 'The Guardian': “El gran problema de construir una máquina de ganar partidos de fútbol es este: una vez lo has ganado todo, ¿qué queda?”.

Lo que ha quedado es un vestuario alborotado. Un ejemplo es el de Georgino Wijnaldum, pieza tan clave como infravalorada bajo su opinión: acaba contrato en junio y no ha llegado a un acuerdo para renovar, para desespero de Klopp.

Mención aparte merece Mohammed Salah. La estrella egipcia ha dejado varias pataletas que no han gustado en el club. Se quejó públicamente por no ser elegido capitán en la última jornada de la fase de grupos de la Champions, un partido intrascendente contra el Midtjylland danés. Y la última rabieta llegó en una entrevista con el 'Diario AS', hace un mes, en la que abría las puertas a jugar en España. Su contrato termina en 18 meses y su agente espera una oferta.

Problemas en el campo

Las distracciones fuera del campo no son la única explicación al bache 'red'. Es imposible disociar los últimos resultados de una plaga de lesiones que se ensañó en su defensa. Van Dijk, gran bastión del vestuario, y Joe Gómez se pierden la temporada por dos graves lesiones de rodilla. No le ha quedado más remedio a Klopp que reconvertir a dos mediocentros como Fabinho y Henderson, y recurrir a la cantera. Los ‘reds’ han dispuesto 11 parejas de centrales distintas en los últimos 20 partidos. 

El Liverpool solía compensar sus lagunas en defensa con la autoridad ofensiva de Salah, Firmino y Mané. Hasta esta campaña. Los 'reds' encadenaron cuatro jornadas seguidas sin ver puerta, algo que no sucedía desde mayo del 2000.

Durante la caída, se vio la imagen más irritable del germánico. Un Klopp que se enzarzaba en batallas dialécticas con periodistas por los horarios de la Premier. De postre, fueron eliminados de la FA Cup en Old Trafford, pero allí la cara del equipo mejoró. Unas sensaciones que se corroboraron ganando este jueves al Tottenham. 

Klopp pide fichajes

‘Kloppo’ ha pedido un esfuerzo a la propiedad del Liverpool, obsesionada con no gastar más dinero de la cuenta en tiempos de pandemia. Ahora quizás les toque rascarse los bolsillos. "Queremos el jugador adecuado, aunque creo que no hay defensas de 80 millones disponibles para fichar ahora", sentenció el alemán este viernes en rueda de prensa.

Quién sabe si el último triunfo ante Mourinho es la luz al final del túnel. Los resultados del próximo mes decidirán si este Liverpool puede seguir soñando con ser campeón, o si por el contrario quedan sometidos a los efectos de una resaca de las que casi siempre ves venir, pero casi nunca consigues parar.