MUERTE EN EL KARAKORUM

Mingote, alpinista, ultradeportista, socialista

Tenía 49 años y llevaba más de dos décadas subiendo 'ochomiles' en cualquier parte del planeta.

Dejó la alcaldía de Parets del Vallès para dedicarse de lleno a la montaña y realizar otros retos a pie, a nado o en bicicleta.

Encontró la muerte en el K2, montaña que ya había escalado, como el Everest, cuya cima conquistó en dos ocasiones.

DEPORTES  SERGI MINGOTE   Sergi Mingote en la cima del Broad Peak  a 8 047 metros

DEPORTES SERGI MINGOTE Sergi Mingote en la cima del Broad Peak a 8 047 metros

Sergi López-Egea

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Dicen, quienes conocen la dureza de las montañas, que el K2, pese a tener menos fama que el Everest, es la cumbre más difícil, el reto más complicado para cualquier alpinista, por mucha experiencia y por muy bueno que se sea, como era el caso de Sergi Mingote. Un caída letal y una noticia que nadie, absolutamente nadie, querría haber escuchado o leído. Tenía 49 años e íntegras, como si fuera un dulce tesoro de juventud, las ganas de seguir escalando, de conquistar las montañas más increíbles y por continuar sumando ochomiles en cualquier parte del mundo donde casi se pudiera tocar el cielo con las manos. Era sobre todo alpinista, pero también deportista de retos inverosímiles, ya fuera corriendo, yendo en bici o nadando. Y también político, un buen socialista como este sábado ya lo definían varios compañeros de su partido, el PSC.

"La muerte en la montaña comporta siempre tristeza. ¿Sabéis por qué? Porque desde el momento en que un alpinista pisa la montaña está luchando por sobrevivir; y en las expediciones de alta montaña mucho más. Y cuando se pierde la vida, pierde la partida, pero evidentemente pierde mucho más. Pierde a su familia, pierde a sus amigos, lo pierde todo". Fueron unas pocas líneas que Mingote escribió en este diario, en mayo de 2019, tras un accidente con víctimas que le hizo renunciar a la tercera conquista del Everest. Varias costillas rotas y una infección pulmonar fueron el recuerdo de aquella aventura en el Himalaya.

Llevaba muchos, muchos años escalando. De hecho, desde 1998 no hizo otra cosa que viajar a cualquier parte del mundo a la caza y captura de una montaña. Había subido 20 veces a cumbres por encima de los 6.000 metros. Pero no solo era un alpinista. Mingote era un activista de las redes sociales, de saber contar y explotar sus aventuras, las que ahora lo habían convertido enel mejor embajador de la candidatura pirenaica para organizar en 2030 los Juegos Olímpicos de Invierno. "Juan Pablo y yo estamos en una pequeña 'Samaya'. Apenas cabemos. Por la noche el viento es incesante. Pero seguimos con el plan establecido". Fue su último mensaje publicado en Twitter, escrito desde una pequeña tienda de campaña a más de 6.000 metros de altitud, en compañía del alpinista chileno Juan Pablo Mohr, con quien había decidido enfrentarse al K2 y quien no se ha separado de él desde el fatal accidente.

Los recuerdos de los vecinos

"Era estimado y amigo de todos. Acostumbraba a salir en bici con cicloturista de Parets y cuando fue alcalde siempre estuvo muy próximo a la gente. Como cicloturista quería estar al día de las altimetrías y conocer nuevos puertos. Había intercambiado muchas veces correos electrónicos con él. Era muy estimado por todos nosotros", cuenta Raül Massabé, vecino de Parets, cicloturista y tal vez la persona que mejor conoce las altimetrías de todas las montañas catalanas que se puedan escalar en bici.

En 2019 publicó el libro 'A pulmón, seis ochomiles sin oxígeno en 367 días' (Ediciones Desnivel), donde narraba su experiencia durante el reto deportivo y solidario ‘3x2x8000 Solidary Project’, que lo llevó a coronar la cima de seis de los 14 grandes colosos del mundo en tan solo un año y dos días, entrando así en el récord Guinness del alpinismo. Fue una gesta sensacional como alpinista: Broad Peak (8.047 m), K2 (8.611 m), donde ha encontrado la muerte, Manaslu (8.152 m), Lhotse (8.516 m), Nanga Parbat (8.152 m) y Gasherbrum II (8.035 m); todos ellos sin la ayuda de oxígeno artificial. Quiso proseguir con el reto; nada menos que doblar su apuesta y coronar los 14 picos de 8.000 metros del planeta en solo mil días. Pero la pandemia y las restricciones tumbaron el reto.

Mingote y el ciclista Purito Rodríguez eran la esencia deportista de Parets del Vallès. Mingote coronó el Everest por primera vez en 2001. Luego repitió la experiencia dos años más tarde, en una ascensión retransmitida en directo por TV-3. Pero también había llegado al Polo Norte, había cruzado a nado el estrecho de Gibraltar, recorrió toda la Patagonia y en bici había realizado la Transpirenacia, la Transdolomitas y a base de pedales había atravesado Mongolia de punta a punta. Se consideraba un ultradeportista y un amante también del Ironman.Y sobre todo, como reto solidario y social, luchaba por la inclusión mediante el deporte de personas con alguna discapacidad.

Los mensajes de pésame

"Triste fallecimiento de Sergi Mingote en el K2. Quería seguir haciendo historia formando parte de la primera expedición en coronar esta montaña en pleno invierno y un trágico accidente ha acabado con su vida. Un abrazo enorme para los seres queridos de este grandísimo deportista", escribió este sábado, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. "Dejó la labor municipal para dedicarse a su gran pasión. Lo echaremos en falta", añadió Meritxell Batet, presidenta del Congreso. "Catalunya pierde a un gran deportista y los socialistas a un compañero", lamentó Miquel Iceta. "Era uno de los iconos del alpinismo español al que agradecemos su apoyo a la candidatura Barcelona-Pirineos 2030", expresó el Comité Olímpico Español.