El Madrid exprime sus recursos para ganar en Sevilla

El Madrid, que había sumado un punto de los últimos nueve posibles en La Liga, salvó en Sevilla su primer día clave de otra semana decisiva con una victoria poco alentadora, que volvió a poner sobre la mesa los ingentes problemas de los de Zidane para marcar goles antes de jugarse el miércoles el futuro en la Liga de Campeones.

Cuando el equipo de Zidane transitaba por sus peores minutos de juego, ya en el segundo tiempo, encontró el golpe de suerte del que había carecido en un primer tiempo en el que había sido superior en el juego, aunque sin capacidad para convertir las ocasiones que le brindó un Sevilla desdibujado. Una apertura de Benzema a Mendy y un leve roce de Vinicius en el centro lateral desvió el balón lo justo para provocar el fallo de Bono y el gol en su portería. No hizo más que defender al equipo de Zidane hasta el final y así consiguió una victoria que le devuelve algo de crédito al técnico francés. 

Inicio decente

El inicio de partido del Madrid fue más que decente, con una buena presión que incomodó mucho el inicio de las jugadas del Sevilla, con llegadas al área de un inseguro Bono, con Modric en plan director de orquesta repartiendo juego. 

Al cuarto de hora, más gracias a regalos sevillistas que por méritos propios, el Madrid había tenido dos ocasiones claras de gol, y alguna más un poco menos clara, pero marcar para los blancos es como encontrar una aguja en un pajar. Alguna vez se puede sentar, cansado de buscar, y sentir un pinchazo triunfador, pero es fruto de la casualidad.

Pasaron los minutos, dejó de hacer concesiones el Sevilla y se frenó el caudal de llegadas madridistas. Siguió dominando el equipo de Zidane, pero en esa versión en la que genera fútbol hasta los tres cuartos de campo, entonces llegan las decisiones erráticas, las malas ejecuciones y la falta de mordiente. 

Solo Benzema está capacitado para aportar algo de luz al ataque blanco y él fue el que más cerca estuvo de marcar antes del descanso, en la única ocasión de producción propia de los blancos. Lo impidió un Bono que se redimió de sus errores anteriores.

El Madrid, desaparecido

Tras el descanso, como ya viene siendo tendencia, el Madrid desapareció del partido. Coincidió con un cambio obligado de Lopetegui, que reforzó el centro del campo con Óliver Torres y su equipo tomó el mando del partido de forma descarada. 

En ese momento llegó el gol del Madrid y, aunque Lopetegui quemó las naves para aumentar la presión ofensiva, no tuvo éxito. Al mismo tiempo, poco después de la hora de partido, el Madrid se metió descaradamente en torno a su área para defender el tesoro del gol.

Pasaron los minutos sin ocasiones sevillistas, contagiado de su desastroso partido intersemanal ante el Chelsea, y el Madrid fue creciendo en confianza, aunque no volvió a atacar, hasta firmar el triunfo.