POLÉMICA

La desesperación del maestro Benzema con el aprendiz Vinicius

Los reproches del delantero francés han destapado problemas internos en el vestuario del Madrid

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Alejandro García

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La inesperada llegada al dominio público de la exasperación de Benzema con Vinicius ha revolucionado el armisticio con la crítica que firmó el Madrid, 50 minutos después del hecho, con el empate en el descuento en Monchengladbach.

Tan verdad es la reivindicación de los afiliados a la causa del francés, de que la relación con Vinicius es como la de un maestro que a veces tiene que ser exigente con su alumno, como lo es que la paciencia de Benzema (como de todo el equipo) se ha ido agotando fallo a fallo del brasileño hasta desembocar en una situación que está lejos de ser ideal y que, al menos a la luz pública, se convierte en problemática y embarazosa. Ya en partidos anteriores se observan reacciones de frustración ante acciones erráticas de Vinicius, sobre todo de un Benzema con el que comparte parcela ofensiva.

Contra nosotros

Camino de nuevo al barro de la derrota y sus problemas colaterales, después de ganar en el Camp Nou con más entrega que merecimientos futbolísticos y de nuevo perdiendo al descanso en Alemania, la impaciencia de Benzema por encontrar soluciones casi resulta empática, aunque sea con esa frase que señala directamente a un compañero. "No juegues con él. Está jugando contra nosotros", le dijo a Mandy. Pero la cara con la que afronta la conversación, con el aludido no nombrado a unos metros, es más de angustia desesperada y de preocupación que de reproche desquiciado. Más o menos como la que tenía Courtois, aún más cerca del foco que Vinicius, francófono y al tanto de lo que allí se estaba hablando. El portero no puso el grito en el cielo, pareció no sorprenderle.  

Vinicius había declarado en diversas ocasiones que el francés le da consejos sobre el campo: “Me ha ayudado desde el primer día, me ha aconsejado para decidir mejor y cuando jugamos juntos me dice que esté tranquilo y concentrado”, explicaba el bisoño brasileño en una entrevista en la edición de abril de la revista FourFourTwo, en la que también cuenta que le cambió la posición durante un derbi ante el Atlético para que recuperara confianza. “Es el mejor 9 del mundo”, decía con algo de devoción. 

Reacción o desconfianza

Desde el club se transmite mesura y desde la línea defensiva del madridismo se recurre a las “conversaciones de vestuario”, repiten muchos medios, para justificar el acontecimiento. Una charla entre compañeros, pero en la que dos no querían que les entendiera un tercero, que ya se ha enterado de todo. 

Con todo y con eso, la exposición pública a la que ha sido sometido Vinicius puede derivar en una reacción del brasileño o en una pérdida total de confianza. Solo el tiempo lo dirá.

En el reencuentro en el entrenamiento de este jueves, seguido con emoción, no ha trascendido más que normalidad, sin consecuencias aparentes del episodio. Eso sí, el revuelo en Brasil ha sido considerable, desde una invasión de comentarios en las redes sociales del francés hasta portadas y tertulias incendiarias. 

Isco, otra conversación de vestuario

No es la única conversación privada que han captado los micrófonos durante la liga de la pandemia, sin público en las gradas. Problemas que afloran con las derrotas como las setas con las lluvias y los días de otoño. 

Antes del Clásico en Barcelona, Isco explicó con bastante precisión sus minutos de juego con Zidane. “A mí me cambia en el 50 o en el 60 (minutos), a veces en el descanso, y si me tiene que meter, me mete en el 80”, comentó con los compañeros entre risas generalizadas. “Lo que quiere es jugar”, juzgó sin acritud después Zidane.