DOS CAMPEONES ETERNOS
Bou: "Mis 28 títulos mundiales son la bomba, pero Nadal es una locura"
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Emilio Pérez de Rozas
Nadie pretende compararse con Rafa Nadal. Nadie. Ni lo pretende, ni lo ha soñado jamás, ni tendría sentido. Ni siquiera el gran, el inmenso, el invencible Toni Bou, que, curiosamente, este sábado cumplirá los mismos 34 años que tiene el señor de los anillos del tenis mundial, el caballero de Manacor, que suma 20 Grand Slam, los mismos que el suizo Roger Federer, 13 de ellos en Roland Garros.
Y, desde luego, Bou, que no ha descansado ni 24 horas después de conquistar, en Italia, su 28 título mundial de trial, 14 bajo techo y 14 al aire libre, no pretende equipararse a Nadal, pese a ser, sin duda, uno de los deportistas mundiales con más trofeos, títulos y competiciones en su haber. “Mis 28 títulos mundiales son, sí, por qué negarlo, la bomba, pero lo de Nadal es la locura, gestas de otra galaxia”, cuenta Bou, poco antes de volver a entrenarse para seguir compitiendo o, en su caso, ganando.
Lo difícil es volver a ganar
Es evidente que el trial y el tenis no son comparables ¡claro que no!, pero lo importante de estos dos señores del deporte, de estos dos auténticos prodigios, tanto física como mentalmente, es su enorme capacidad para seguir tan motivados como el primer día, como tras lograr su primer título y mantenerse en la cima de su deporte durante tantos años. “Yo creo que Rafa y yo tenemos muchísimas cosas en común. La primera, tal vez, que aprendimos muy pronto que sin sacrificio y duro trabajo no se consigue nada. Y, sobre todo, que, en la élite mundial, lo importante no es ganar sino volver a ganar, seguir ganando, ¡eso es lo más complicado!”
Bou coincide con Nadal en que “cuando empieza una competición, en mi caso cualquier trial, en el de Rafa, supongo, cualquier torneo en tierra batida, la gente te da ya por ganador, cuando tú sabes, perfectamente, lo mucho que te costará ganar ese torneo, pese a que lo hayas conseguido en innumerables ocasiones. No sé, yo cuando afrontó el trial del Palau Sant Jordi, mi casa, mi Philippe Chratier, lo hago, por supuesto, con la mentalidad de ganar, como he hecho en las 12 anteriores ocasiones que he empezado la competición ahí. Pero eso no significa que vaya a ganar con una mano, ni mucho menos. La semana previa al Sant Jordi es de una tensión inigualable”.
"Cada vez te cuesta más encontrar la motivación para seguir y, sobre todo, superar las lesiones. Pero yo soy como Rafa, siempre veo la botella medio llena"
Bou asegura que esa competición, competir en casa, te provoca recuerdos maravillosos “que, como en el caso de Rafa, supongo, debes convertir en motivación más que en una presión añadida. Yo, en el Sant Jordi, de verdad, paladeo hasta los olores. Y, cuando ganas es increíble, por eso entiendo la emoción y las lágrimas de Rafa en París, porque yo también las vivo en muchos sitios que me son comunes y me traen maravillosos recuerdos”.
El mejor campeón de trial de todos los tiempos defiende que “la gente, insisto, te ve ganador siempre y, curiosamente, tú sabes, por experiencia, que cuantas más veces ganas, cuanto más fácil parece para los demás, más difícil lo es para ti. Cuanto más ganas, más cerca estas de perder. Insisto, cuesta mucho más repetir que ganar el primer título ¡vaya que sí!”
Bou defiende que ni él ni Nadal van ya a sorprender a nadie. Todo el mundo sabe lo que van a hacer, por eso han de hacerlo siempre mejor que el rival, de lo contrario no ganan. “Todo es como el primer año, como el primer día y cada mañana, cuando te levantas, has de buscar la motivación para que sea así. Yo, como Rafa, trato siempre de ver la botella medio llena, de quedarme siempre con lo positivo de la vida. Si piensas que perder será un desastre, será muy difícil motivarte. Eso sí, lo más duro y de eso sabemos mucho, tanto Rafa como yo, es volver a levantarte, no tras una derrota, sino tras una lesión. Volver a ser el mismo tras una lesión es durísimo, pues ya tenemos 34 años y no es como cuando teníamos 18, no”.
"Rafa y yo somos muy físicos, pero trabajamos duro para mejorar nuestra técnica. Las lesiones nos han obligado a ser más estrategas. Ya no tenemos 18 años"
Este auténtico mito, icono, maestro del trial reconoce que tanto Rafa como él saben perfectamente lo que deben hacer para ganar. “Cuando oigo a Rafa decir que siempre se puede mejorar me veo reflejado en él. Y es que tiene razón: siempre se puede hacer mejor, siempre te queda camino por recorrer, insisto, aunque los demás te vean perfecto, casi invencible, tú sabes que no es así. Es imposible no ser mejor, imposible”.
Bou asegura, porque le ha dado muchas vueltas al tema, que tiene muchos puntos en común con el campeonísimo de Roland Garros, muchos. “Los dos, por ejemplo, somos muy físicos y, a la vez, trabajamos cada día para ser mejores técnicamente. Con la edad, las lesiones nos han hecho ser más fuertes y obligado a ser más estrategas, yo en las zonas y él, en la pista. Todo pasa por sentirte bien físicamente. Si estas sano y fuerte, todo es posible y es más probable que sigas ganando”.
Dos equipos imprescindibles
Cuando Bou mira los palcos que observan, acompañan y alientan a Rafa Nadal, piensa en su familia, en su equipo, en su fábrica, en Honda Montesa. Bou también tiene sus incondicionales “que están siempre ahí, por si los necesitas, más en los momentos duros que en los exitosos”. Ahí está mamá Imma, papá Toni, su hermana Gemma y, cómo no, su novia Esther Piquer. Miquel Cirera y Pep Segalés, que hacen que todo el equipo funcione como un reloj. Su inseparable amigo Quim Isart, su ‘mochilero’ Marc Freixa, su mecánico Jordi Riera, el doctor Quim Terricabras y, sí, sí, su compañero de equipo y de fatigas, el japonés Takahisa Fujinami, que le provoca y pica en cada entrenamiento para que sea mejor.
“Por eso digo que tengo muchos puntos en común con Nadal, aunque lo suyo sea incomparable a lo mío y, sobre todo, su mundo sea de otra galaxia, comparado con el pequeño planeta del trial”, concluye el campeonísimo catalán. “Y es que sé lo que es sentirte observado, pisar el trial, el que sea, y que ya te den por ganador, aunque tú sabes que todos tus rivales sueñan con derrotarte ese día. Repito, no es fácil encontrar la motivación para seguir ahí arriba, sobre todo tras una lesión o una derrota, pero esa es la diferencia entre los campeones que perduran y los que ganan de vez en cuando”.
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